Suma y sigue. ¿Hasta cuándo dejará de sorprendernos la Iglesia? En los últimos días, además de salir a la calle, nos está instruyendo en el nuevo catecismo. Así, hemos aprendido que en el 11-M hay una “fundada” conspiración etarra. También sabemos, que debajo de los pasos de Semana Santa puede haber “tocamientos” (sólo importan los de sexos distintos). Nos han inculcado que debemos votar a los “buenos (PP)” y no a los “traidores (PSOE)”. Por fin, y de una vez por todas, tenemos la certeza de que el “infierno” existe (y yo con estos pelos, perdón que soy calvo). Se ha comprobado que este país está dominado por el “creciente ateísmo” y que la nueva religión es el “laicismo”. También hemos descubierto que la Iglesia, y no el Estado, es quien tiene que “educar” a nuestros jóvenes (Religión contra Ciudadanía).
Ayer hemos dado otro paso. El último capítulo es que no se pueden aceptar monjas hindúes en un convento. Este último edificante apartado del nuevo catecismo que como vemos se está escribiendo a marchas forzadas y no tiene nada que envidiar al Ripalda(*), ha sido proclamado por el Obispo de Granada, que el muy majo ha entendido que la fe y la patria deben ir unidas (¿a qué me sonará?). Y que a nadie se le ocurra pensar que es un acto xenófobo, que hay gente muy mal pensada. En fin, las bases están puestas, si a los anteriores preceptos unimos el rechazo al preservativo, que el aborto y la eutanasia son asesinatos, que la teoría de la liberación es una herejía, y alguno más que en este místico momento no alcanzo a recordar, tendremos que admitir que sólo falta añadir dos capítulos nuevos para haber terminado esta obra, compendio de fe y mortificación:
· La procesión bajo palio del gran jefe de la oposición: D. Mariano.
· La reinstauración de la Inquisición
Y ahora a mejorar el concordato, que nos dan poco. A ver si se enteran estos agnósticos y ateos. Y que lo sepan, el infierno no sólo existe, además es eterno.
Salud y República
(*) Nota para los más jóvenes: El Ripalda, así como el Astete, era el catecismo que nos impusieron a la fuerza con la educación nacionalcatolicista durante treinta años. Se pueden encontrar ejemplares en cualquier mercadillo del libro. Es muy recomendable su lectura y os enteraréis por qué estamos tocados los educados en aquellos tiempos.
Ayer hemos dado otro paso. El último capítulo es que no se pueden aceptar monjas hindúes en un convento. Este último edificante apartado del nuevo catecismo que como vemos se está escribiendo a marchas forzadas y no tiene nada que envidiar al Ripalda(*), ha sido proclamado por el Obispo de Granada, que el muy majo ha entendido que la fe y la patria deben ir unidas (¿a qué me sonará?). Y que a nadie se le ocurra pensar que es un acto xenófobo, que hay gente muy mal pensada. En fin, las bases están puestas, si a los anteriores preceptos unimos el rechazo al preservativo, que el aborto y la eutanasia son asesinatos, que la teoría de la liberación es una herejía, y alguno más que en este místico momento no alcanzo a recordar, tendremos que admitir que sólo falta añadir dos capítulos nuevos para haber terminado esta obra, compendio de fe y mortificación:
· La procesión bajo palio del gran jefe de la oposición: D. Mariano.
· La reinstauración de la Inquisición
Y ahora a mejorar el concordato, que nos dan poco. A ver si se enteran estos agnósticos y ateos. Y que lo sepan, el infierno no sólo existe, además es eterno.
Salud y República
(*) Nota para los más jóvenes: El Ripalda, así como el Astete, era el catecismo que nos impusieron a la fuerza con la educación nacionalcatolicista durante treinta años. Se pueden encontrar ejemplares en cualquier mercadillo del libro. Es muy recomendable su lectura y os enteraréis por qué estamos tocados los educados en aquellos tiempos.