Ya saben ustedes, la austeridad, a secas, ha sido la culpable de que esta crisis se haya prorrogado y siga en su punto álgido. Pues bien, ellos a lo suyo. La Troika y Merkel mandan, y han sido muy claritos. Hay que seguir la senda de la austeridad. O sea a seguir recortando, que para eso los bancos alemanes lo agradecerán eternamente, y si el personal lo pasa mal, ¡qué importa!
Y eso es lo que se ha plasmado en los presupuestos de 2013. Unos presupuestos continuistas y tramposos donde seguiremos pagando los de siempre. Y ellos siempre tendrán un Bárcenas a mano que les amamante.
Porque un mero estudio de los presupuestos nos despejan las dudas si es que las tuviéramos. Vamos a seguir sudando sangre. Y entre las maravillosas que estas cuentas encierran, podemos observar:
Las pensiones se subirán un 0,25%, cuando el IPC aumentará por lo menos un 1,5%. O sea, los pensionistas, precisamente los que están ayudando a soportar esta crisis ayudando a los suyos, verán con la nueva ley que en los próximos diez años, sus pensiones perderán aproximadamente un 20% de poder adquisitivo.
Por cierto que, como cada vez hay menos contribuyentes a la Seguridad Social, para pagar este año las pensiones habrá que sacar 11.000 millones del fondo de reserva. ¡Que casualidad!, la misma cifra que todos los años se le dona a la Iglesia Católica, por diversos conceptos, ¿por qué no hacerles pagar? (ya sé, ya sé, dirán que es demagogia)
Por otro lado, siguen apaleando a los más débiles. Y es que uno de los recortes mayores que se hacen es el que se refiere a la Dependencia, donde la cantidad prevista para el año que viene disminuye en un 46,7%, la ya disminuida cifra de este año. Más miseria para los más necesitados. ¡Suma y sigue!
El salario de los funcionarios se congelará otra vez más. Todos los empleados públicos tendrán el sueldo congelado y por cuarto año consecutivo, perderán poder adquisitivo. Otro agravio más a este sector, que dice mucho de la importancia que los peperos dan a los servicios públicos.
El presupuesto de Sanidad disminuye en un 35,6% en 2014. Otro recortazo que dejará a la Sanidad Pública en pelotas y con una calidad mínima. Más repagos, más largas listas de espera, peor servicio. Todo para que se salven sólo los que tengan posibilidad de acogerse a la Sanidad privada.
A todo esto añadamos que también disminuye de forma espectacular las infraesctructuras (-17%), las ayudas al cine (-12%), la atención al inmigrante o la ayuda a la Cooperación al Desarrollo (-6%).
Estos son los brotes verdes que mal intencionadamente repiten que existen, ésta es la luz de final del túnel que quieren ver, aunque sigamos y, desgraciadamente, seguiremos largo tiempo en el túnel del horror de este neoliberalismo merkeliano, secundado a pies juntillas por esta pepería troikista.
Sumemos a esto que este año, por mucho que diga Montoro, que miente como su jefe, no se alcanzará el objetivo de déficit (pasaremos del 7%, cuando el objetivo era el 6,5%) y que en 2014 la Deuda Pública pasará del billón de euros y se acercará al 100% del PIB, cuando a finales de 2011 –al subir el PP al poder— no llegaba al 69% (por aquello de que todo es fruto de la herencia recibida).
Y qué decir de los ingresos. Cuando la actividad está en horas muy bajas, el paro sigue en las alturas, el crédito no fluye, se sigue sin hacer una reforma fiscal justa para que paguen los que tienen, y tampoco se ve que se ataca el fraude fiscal, ¿cómo va a ser posible conseguir los ingresos que pretenden? Ya pueden imaginar qué ocurrirá si los ingresos no se consiguen: el déficit se disparará y tendrán que subir los impuestos (dirán que se ven obligados). Es una cuestión matemática y que ya han efectuado repetidamente.
Luego, lo lógico es que nos preguntemos, ¿para qué puñetas sirve esta política basada en la austeridad? Respuesta inmediata: para cargarse el Estado del Bienestar y para satisfacer a los bancos alemanes, que están engordando gracias a la deuda y sus intereses.
Se cargan los servicios públicos, privatizan lo que pueden, se ceban en los más débiles y pretenden hacernos creer que son adalides del Estado del Bienestar. Son tan cobardes que son incapaces de reconocer lo que están haciendo, y siguen mintiendo con eso de que no tienen más remedio, cuando hay alternativas que se podrían elegir.
Y ven brotes verdes donde hay barbecho y luces al final del túnel donde sólo hay intermitentes de peligro.
Pero claro, perseguir el fraude fiscal, hacer pagar a la Iglesia lo que otras organizaciones pagan, hacer volver tropas militares que no solucionan ningún conflicto y que gastan inútilmente, pedir una reforma de las Administraciones Públicas donde se liquiden los privilegios de ciertas castas políticas, se controle el personal de confianza de los políticos, y se hagan desaparecer entes que no sirven para nada o pueden ser absorbidos y cuestan un dineral, como el Senado y las Diputaciones, eso no. Ellos tienen un objetivo único, desarmar el Estado del Bienestar y que las prestaciones sociales se privaticen. Sus amigos así se lo requieren. Y ellos obedecen, porque serán los tuertos en un país de ciegos.
Salud y República