15 marzo 2007

La botica del libro


Esta entrada es un artículo que saldrá la semana que viene en la Revista Zarabanda, dentro de un espacio mensual que firmo y se titula “el Retrato del mes”. Se trata de un proyecto tan hermoso y emocionante que he decidido incluirlo en mi blog. Esta revista que se distribuye en Rivas, por si queréis hojearla tiene una edición digital:
www.editorial@zarabandadigital.com


Descubrí “La botica del libro” en un artículo de Rosa Montero en El País y me llamó tanto la atención que decidí documentarme y escribir sobre este proyecto.

Este ambicioso plan trata de promover el mundo de los libros en dos barrios marginados de Cartagena. El barrio Lo Campano es un barrio marginal donde conviven gitanos y payos con una gran dificultad para su inserción en el mundo laboral, con un nivel de educación bajo, con una alta tasa de fracaso escolar, de delincuencia y de drogadicción. El otro barrio, José María Lapuerta, tiene problemas de integración, es una zona donde hay una gran presencia de inmigrantes marroquíes, ecuatorianos y de Europa del Este; allí se han formado grupos endogámicos de acuerdo a su nacionalidad, que no se relacionan entre sí ni con la sociedad de acogida, creando guetos importantes que generan problemas de relación entre sus habitantes.

En estos dos barrios funcionan varias asociaciones que han puesto en marcha un proyecto novedoso y original, de un gran impacto social. La Asociación La Charka, en la persona de la voluntaria Diana Montoya, es quien coordina esta biblioteca peculiar en el barrio Lo Campano.

“Se trata de un tentativa difícil pero alcanzable y que merece la pena” comenta Diana Montoya. “Es un proyecto a largo plazo pero que ya ha conseguido frutos en el corto”. Efectivamente, parece que poco a poco está cambiando la fisonomía cultural del barrio. Lo Campano que era un barrio sin actividad cultural ha comenzado a preocuparse por la cultura y aunque no sean muchos, todavía, los que participan directamente en el proyecto, en sus calles se comenta con orgullo esta empresa.

“La botica del libro” no es una biblioteca convencional. Tiene servicios propios que la caracterizan. Además de los préstamos tradicionales, cuenta con:
· Préstamos a colectivos: Botiquín viajero. A petición de un grupo o asociación se prepara un botiquín con un conjunto de libros con temática monográfica o variada adecuada al gusto, la solicitud y las necesidades del colectivo demandante.
· Talleres de fichado de Libros-Medicina. Se lleva a cabo por jóvenes del barrio que, después de haber entrado en contacto con los libros, deciden convertirse voluntariamente en “Auxiliares de la botica”
· Campaña de recogida de libros y Hospital del Libro. Una idea por la que se solicita libros a los vecinos, aunque estén viejos, y si es necesario se restauran en el Hospital (Taller de encuadernación y restauración). Los libros no se tiran.
· La Botica a domicilio. “Si te cuesta venir, vamos nosotros. Si te cuesta leer, te leemos nosotros”. Así consta el lema de este servicio. Los boticarios se desplazan adonde se solicita si el demandante tiene algún impedimento para asistir a la Botica (enfermos, personas mayores, etc.)
· Talleres de lectura y escritura.
· Servicio de cuentacuentos
· Encuentros con escritores
· Concursos de relatos

Se trata de un proyecto donde los boticarios (asesores voluntarios) tienen una labor primordial. Son los que imparten recetas (de libros) a los que vienen a contarles sus males (del espíritu). Les introducen en la lectura aconsejándoles qué y cómo leer.

Después de conocer esta hermosa experiencia, me he hecho varias preguntas. ¿Por qué no se llevan a cabo experiencias de este tipo en otros sitios, por ejemplo, también aquí en Rivas? ¿Por qué nos dejamos llevar por la inercia y no buscamos con imaginación formas nuevas de hacer cultura? ¿No es posible dar otros usos a las bibliotecas municipales que sean menos pasivos y convencionales?

La coordinadora en el barrio Lo Campano es Diana Montoya, a ella, como representante del colectivo de asociaciones y voluntarios que hacen posible una labor como ésta, muchas gracias. En este mundo, donde el espectáculo ha desplazado a la cultura y donde los libros son un instrumento cultural minoritario que no llega a las clases más desfavorecidas, emociona pensar que, de forma altruista, gente como Diana Montoya dedica su tiempo a un fin tan loable. Salud y muchos ánimos, compañera, nuestro apoyo y solidaridad desde este pequeño y modesto púlpito.

Salud y República

2 comentarios:

Daniel Isaac dijo...

Perfecto Rafa, perfecto.

Felicidades por su espacio!

Anónimo dijo...

Agradecemos desde La Botica del Libro tu interés por este maravilloso proyecto, pero hay una cosa muy importante, de la que no hablas quizás por desconocimiento y es el papel tan importante de las aulas de educación de adultos, como dinamizadoras en ambos barrios de dicho proyecto. Las boticarias, tienen un amplio equipo que gestiona, dinamiza y educa en estos barrios. Este proyecto es resultado de un trabajo social realizado desde el ámbito de la educación de adultos en el Barrio de Lo Campano y en el Barrio de Jose M. Lapuerta de Cartagena desde hace muchos años.