Poderoso
caballero es don dinero. Eso es lo que piensa Rajoy, y se ha lanzado a prometer
lo que no ha cumplido durante los últimos cinco años. Que si el Plan de
Rodalies, que si el Corredor del Mediterráneo, que si carreteras, que si… o que
no. Hay varias cuestiones que me dejan ojoplático.
En primer
lugar, convertirse en el Dios de la Pasta o el Zeus del Parné, hace a Rajoy
feliz, eso sí, la duda viene cuando vemos cómo cumple D. Mariano. Porque
prometer se le da bien, pero cumplir… Esa es la clave. Irá en serio o también
esta vez será de boquilla. Lo de poner en marcha el Corredor del Mediterráneo y
arreglar lo del Plan de Rodalies es una promesa incumplida reiteradamente.
¿Quién asegura que ahora va a cumplir?
En segundo
lugar, aún suponiendo que esta vez lo cumpliera, que ya es mucho suponer,
hacerlo es reconocer que era necesario antes, y lo ha dejado pasar hasta que ha
visto cada vez más cerca el referéndum. Total, que no lo ha cumplido antes
porque no ha querido y su incumplimiento ha cavado una grieta mayor en Cataluña.
En tercer
lugar, no creo que los catalanes se dejen engañar con unas inversiones que
deberían ya haber sido implementadas en los años anteriores. No parece que esta
sea la solución para combatir el soberanismo, cuando se le ha estado
alimentando durante cinco años. En 2011, los independentistas no llegaban al
25%, hoy están casi en el 50%. ¿Por qué no propuso estas inversiones hace cinco
años?
En cuarto
lugar, y es lo más importante, los catalanes se sienten agraviados por algo más
que lo económico, algo que empezó con llevar al Constitucional un Estatuto para
que lo tumbaran, después de haberlo aprobado en el Parlamento Español y los
ciudadanos catalanes. Por cierto, en Andalucía, poco después, se aprobó un
estatuto con cuestiones que el Tribunal Constitucional había declarado
inconstitucionales en el de Cataluña. Este es el principio y la principal
cuestión, la parte económica no ha hecho sino empeorar la situación.
La solución
definitiva pasa por volver a aquel estatuto que fue aprobado por tirios y
troyanos y despreciado por el PP e ilegalizado por el Constitucional, y en
poner los medios para que se pueda efectuar un referéndum sobre la soberanía
catalana. Pactado y con condiciones. A estas alturas no hay otra solución que
pueda resolver el problema. La inanición de Rajoy durante los últimos cinco
años ha acelerado un estado donde el gobierno catalán ante cualquier problema,
de cualquier índole, exagera y se escuda en su sentimiento independentista.
No es sólo
una cuestión de dinero. No se puede tapar todo con dinero. Hay cuestiones
políticas que quedaron enterradas por una actuación lamentable del Partido
Popular y son las que deben ser desempolvadas. Con el estatuto catalán de 2006 que
aprobó el parlamento español y los ciudadanos catalanes, hoy no existiría esta
confrontación.
No queda
otra, los catalanes tienen que votar. La solución pasa por crear las
condiciones para que pueda hacerse de forma pactada. Estoy seguro de que la
voluntad mayoritaria de los catalanes no es ser independendientes, pero hoy no
queda sino comprobarlo, se ha llegado demasiado lejos. Prohibirlo puede seguir
haciendo crecer el independentismo.
Salud y
República