Esta y otras mil conversaciones más se pueden dar entre este hijo y su madre, enferma del mal de Alzheimer. Hace años que padece esta enfermedad. Ha visto como su madre ha ido desapareciendo de este mundo. Y, sin embargo, está ahí. Tiene una salud física aceptable. Pero no recuerda nada.
Hoy, que casi todos disponemos de ordenador, podemos darnos cuenta de lo que significa que éste fuera perdiendo archivos hora a hora, día a día, sin parar. Hasta que quedara totalmente vacío. Sin disco duro. Ya no sirve para nada. Está muerto.
Sí, muertos en vida o quizá, vivos muertos. Los enfermos de Alzheimer pierden su pasado, no reconocen a los suyos, sólo le funcionan algunas actividades vitales básicas. Todo lo demás lo domina el olvido. Éste es el que manda. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Quién es esta gente? Esas serían las preguntas que se harían si pudieran.
Es quizá la enfermedad más inhumana que existe. Te va separando de todo, poco a poco, en años, de forma irreversible. Se va comiendo todas tus células nerviosas cerebrales hasta dejarte en blanco. Todos hemos conocido u oído hablar de esta penosa enfermedad. Muchos conocemos o hemos conocido a alguien que la ha padecido. El cambio que experimenta es tremendo, imposible de describir. Va despojando al enfermo de vida inteligente, sin remisión.
Hoy hay una pequeña luz. Un atisbo de esperanza. Parece que se ha encontrado un medicamento capaz de detener esta enfermedad. Nunca agradeceremos a los científicos su trabajo. Gente que pasa desapercibida con escasa o nula notoriedad. Gente que consigue retos importantes. No son ni tenistas, ni artistas, ni políticos, sólo trabajan para hacernos la vida más fácil o para luchar contra la muerte. Sólo eso.
Entre noticias de todo tipo, la mayoría negativas, crisis económicas, atentados, guerras, miseria; en pequeño, en un rincón del periódico, casi pasa desapercibida –pag. 31, ángulo inferior derecho del periódico Público, en papel. La enlazada aquí, la he visto después en Público digital--, encuentro esta noticia. Investigadores escoceses parece que han encontrado el medicamento que puede frenar el mal de Alzheimer. Y si supera la fase experimental tres, ya ha superado las dos primeras, podría estar listo para 2012.
Un alivio. Se ha abierto la esperanza. Aunque mediáticamente casi no interese. Puede ser que en un futuro próximo se pueda parar a ese mal canalla. Ojalá. Amén.
Salud y República