Pues sí. Ha
llegado el día. Y no se trata de Lázaro, que ese ya tuvo su momento, sino del
Siglo XX. Un siglo que parecía muerto y que vuelve con fuerza, que amenaza con
quedarse, con sus nodos en blanco y negro, con su caspa totalitaria y su Sección
Femenina.
Un siglo
lleno de episodios únicos. Se trata de la resurrección de la cruzada
nacional-católica, de la persecución de los rojos, maricones, vagos, maleantes y
gente de mal vivir. Ha llegado el momento.
Escondidos,
con pequeñas salidas de la cueva, han permanecido el siglo XXI, disimulando,
pero esperando el momento. Y han salido para luchar contra esta España que les
ha privado de sus valores fundamentales, de policías grises, de curas con
sotana, y de ser la reserva espiritual de Occidente.
Es una
cuestión de honor, de recuperar valores que les ha querido extirpar la
democracia. Quieren defender esa España, cuya unión fabricaron Isabel y
Fernando, y que hoy puede deshacerse como un azucarillo. En nombre de la patria
tienen que acabar con esta panda de gobernantes de pacotilla que se permiten
libertinajes y ultrajes y que pretenden vender la Patria a los independentistas
e imponer el Estado democrático por encima de los valores auténticos.
Quieren
volver al blanco y negro, a las películas bravas y patrióticas como Raza o A mí
la legión. Esas que enseñan la pureza de nuestra superioridad imperial. Todo
bajo una bandera cuyos colores sangre y oro, reflejan la venganza y la
plutocracia, para ellos.
Pretenden,
por mor de sus deseos españoleros y la unión Iglesia y Estado, hacer de El
Valle de los Caídos su catedral de culto, de El Escorial la octava maravilla
del mundo y de la Mezquita de Córdoba su principal monumento conquistado, hoy
llamado por ellos la Catedral de Córdoba, eso sí, a coste cero gracias al bueno
de Aznar, su padre ideológico.
Ahí están:
Ciudadanos, Partido Popular y Vox, esa triple alianza derechona que desciende
del Padre Aznar, subidos de tono y en aras de constantes mentiras e insultos
pretendiendo hacerse con el poder, sin ningún miramiento, y con insultos y
acusaciones falsas que repiten constantemente para fijarlas en el imaginario
del colectivo derechoso. Eso sí, sin mover un dedo por el diálogo y, sin
embargo, dando todo por mantener, aunque sea a hostias, esa Unidad inamovible
que no existe.
Por cierto,
una curiosa alianza, donde Ciudadanos disimula y dice no querer estar con Vox, al
igual que decía de la corrupción del PP, y sin embargo, mantiene –eso sí, con
la nariz tapada y sin mirar a Macron--, una unión que les delata, por mucho que
traten de disimular.
De momento,
al igual que hicieron los árabes, han empezado a conquistar España por
Andalucía. Y las primeras medidas del gobierno reconquistador ha sido otorgar a
la pata más extrema del trío, Vox --el más auténtico baluarte de la España
pura: la Una, la Grande y la Suya—, la comisión de Cultura y Patrimonio
Histórico. Paradójico, pero significativo. Los seguidores de Millán Astray que
gritó: “Muera la inteligencia”, y los que llevan en su programa la desaparición
de la Memoria Histórica son hoy los responsables de esa comisión.
Pero ese ha
sido el comienzo. Mañana pretenden comenzar con la reconquista de Madrid, con
el ‘sí pasarán’ de Celia Gámez, con eslóganes y proclamas pretéritas, dignas de
hace cincuenta años. Se han convocado en la Plaza de Colón --bien podrían
haberlo hecho en la Plaza de Oriente y quedarían perfectamente encajados--,
para solicitar que vuelvan los viejos tiempos.
Hablan de
veinte mil personas como mínimo, a sabiendas de que serán más y así parecerá un
éxito. Veremos si son capaces de ser más de medio millón como en la
manifestación de las mujeres del 8 de mayo pasado.
Y para
conseguirlo, lucharán como Flechas y Pelayos, o como Roberto Alcázar y Pedrín.
Eso sí: “Todos juntos y en unión, defendiendo la bandera de la Santa
Inquisición (perdón: Tradición)
Salud y
República
P.D. A mi parecer, queda pendiente una manifestación en toda España a favor del diálogo y la democracia, antes de que nos tapen con sus falsas diatribas