Asfixiados. Ese es el estado en el que la mayoría de los ciudadanos se encuentra, salvo los más poderosos. Todos los demás, hemos sufrido, sufrimos y sufriremos esta inacabable crisis que nos está aplastando. Los servicios públicos que debería cubrir el Estado del Bienestar, hoy han quedado mutilados –y esperemos que no vayan a más los recortes—, de forma que podemos hablar ya del Estado del Bienestuvo.
Educación y Sanidad pública, Dependencia, Pensiones, Investigación y, en general, el resto de los servicios públicos han sufrido recortes tremendos que dejan a los más débiles en situación de pobreza, cuando no de exclusión social.
Pero no, no todos hemos sido recortados. Hay dos excepciones que, desde luego, no responden sino a decisiones ideológicas, al margen de las necesidades sociales de los ciudadanos.
Una de ellas es la Defensa, un ministerio que dice sufrir una bajada, pero que es falsa absolutamente, porque el año pasado sufrió un incremento de un crédito a su favor de 1800 millones de euros, y este año está previsto que haya otro, por lo que aunque digan que baja en los presupuestos, es otra mentira más, ya que el presupuesto de Defensa se hace pensando en que se aprobará una extensión del mismo que le hace ser el único ministerio que aumenta sobre el año anterior. De él ya he hablado y hablaré en otras entradas. Hoy voy a comentar el presupuesto de la SICAR (Santa Iglesia Católica Apostólica Romana).
Pues bien, mientras que nos han subido impuestos, nos han recortado en todos los servicios, nos están bajando las pensiones, resulta que la única institución que no sufre recortes es la Iglesia, que sigue, a pesar de la situación económica crítica que tenemos, con los mismos privilegios.
Según Europa Laica el Estado, por distintas razones, entrega a la SICAR anualmente más de 10.000 millones de euros. Todos podemos hacer cuentas de lo que se podría hacer con ese dinero. Un dinero que no responde a contraprestaciones en la mayoría de los casos, o en su defecto corresponde a actividades muy dudosas en un Estado Aconfesional, como dice la Constitución.
Subvenciones de todo tipo, asignación del IRPF, pago de centros de ideario católico, sueldos de profesores de religión (pagados por los ciudadanos y elegidos por los obispos), exenciones de impuestos, Mantenimiento del patrimonio artístico (el Estado paga el mantenimiento pero lo que se recauda por venta de entradas y otras cuestiones es para la Iglesia). En fin, le pagamos entre todos, católicos y los demás, todo lo que necesitan para subsistir, para propagar su fe, para educar en su ideología, para mantener el chiringuito.
Bien, pues todavía cuando algún Ayuntamiento o Comunidad Autónoma se le ocurre insinuar que la Iglesia debería pagar el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles), ese que pagamos todos los ciudadanos, resulta que este gobierno chusco, decimonónico, meapilas y chupacirios –también actuó igual el gobierno del PSOE, en esto no hay diferencias a la hora de gobernar—, defienda y si es preciso sea capaz de llevar al Constitucional cualquier impedimento que haga que la SICAR y sus altos mandos sicarios se vieran en la necesidad de pagar este impuesto.
Así ha ocurrido en Navarra, donde se pretendía que la Iglesia pagara el IBI de todos los edificios que no fueran de culto. El gobierno ha dicho que nones, que la pobre Iglesia y ellos, sus sicarios, ya tienen bastante con que los seminarios estén vacíos, y ha recurrido esa ley foral de Navarra al TC.
Y qué menos que sea así. Porque si no, si tuvieran que pagar el IBI, les saldría muy caro inmatricular inmuebles. Ya saben ustedes que la ley hipotecaria española, esa que destroza hogares y envía a muchos españoles a la calle y con una deuda impagable, es la misma que en el artículo 206 permite a la Iglesia Católica inscribir a su nombre todos los bienes inmuebles que no estén registrados a nombre de nadie (ya lleva miles de bienes inmatriculados a su nombre). Terrenos, edificios, ermitas, capillas, casas, museos. Todo lo que no esté registrado puede pasar a manos del obispado correspondiente. Con un par. Eso sí, de pagar el IBI, nada de nada, eso es para seglares.
Esta Iglesia que no es capaz de sacrificarse en tiempos de crisis y que tiene el apoyo de un gobierno meapilas de peineta y sacristía, es la que tiene unos acuerdos vergonzantes, contrarios a lo que debería ser un Estado Laico y donde además de todos los privilegios incumple el acuerdo que habla de autofinanciarse –desde 1979-- , sin que lo haga ni nadie les obligue a ello.
En fin, por poner un ejemplo, sólo el cobro del IBI a la SICAR, supondría unos ingresos de unos 3000 millones anuales. Lo que, por ejemplo, se está recortando en Dependencia, en Investigación y en becas se podrían pagar con esos ingresos.
Y no valen excusas, los sicarios siempre dicen que cumplen misiones sociales, por ejemplo con Cáritas. Y no, que no nos engañen, los recursos de Cáritas vienen del Estado y de donaciones privadas, de la Iglesia sólo les llega el 2% de presupuesto.
Miren ustedes, los católicos como todos los pertenecientes a otras religiones tienen todo mi respeto, pero lo que no es de recibo es que pertenezcan a un club al que yo ayudo a sostener. ¿Por qué? Que se mantenga por sus socios. Que sean los católicos, como ocurre en otros países, quienes mantienen a su Iglesia.
Lamentable ejemplo que denota la sensibilidad de estos obispos tan majos que se dedican por ejemplo a inmatricular bienes populares o a tratar de “curar la homosexualidad” o a oponerse a leyes aprobadas por la mayoría o a inmiscuirse en cuestiones políticas. Y todo ello con la connivencia de los gobiernos de turno y con el dinero de los ciudadanos y sin hacer el mínimo sacrificio ante esta crisis. ¡Así, cualquiera!
¡ESTADO LAICO YA!
Salud y República
P.D. Si quieren ver la pobreza de la Iglesia Católica, aquí pueden comprobar su patrimonio