Dentro de seis días a estas horas se conocerá quién ha ganado el partido. Aunque se tardará un poco en saber quién y cómo gobernará. No creo que los resultados finales reflejen cambios significativos sobre las encuestas que se manejan. Por lo tanto, las conclusiones que se pueden sacar,si comparamos los resultados con los de 2005, son:
- Subida espectacular, de unos ocho escaños, del PSE
- Gran bajada de EA, de unos cuatro o cinco diputados
- Subida importante del PNV de seis o siete asientos
- Bajada sensible del PP de unos tres diputados
- Mantenimiento de EB
- Aumento de Aralar
- Posible aunque difícil entrada de UPyD en el parlamento vasco con un escaño
- La izquierda abertzale heredera de Batasuna no estará presente por prohibición judicial.
Hay que manifestar que existen dos cuestiones que extorsionan los resultados, la anulación de las listas de D3M y Askatasuna y la distribución del mismo número de escaños en las tres provincias de Euskadi.
La anulación de D3M y Askatasuna beneficia a los partidos centralistas, PP y PSE, pues de otra forma no podrían nunca, sumando los escaños, llegar a la mayoría absoluta.
La distribución de escaños, veinticinco por provincia, beneficia ampliamente a Alava con 306.000 habitantes y perjudica gravemente a Vizcaya con 1.137.000 habitantes. Lo que quiere decir que, una vez más --al igual que ocurre con la ley electoral-- hay un déficit democrático que hace que un voto en Alava valga casi por cuatro de Vizcaya. Una diferencia tremenda que se carga la ley primera de la democracia: Un hombre, un voto. Y esto permite que aunque en el número de votos válidos PP más PSE se queden lejos de la mayoría absoluta, puedan conseguir la mayoría absoluta de escaños.
Y con estos mimbres, ¿qué cesto se puede hacer? Llega el quid de la cuestión. Como se sabe en la composición de un gobierno hay que tener en cuenta dos premisas, una matemática, pues el número de diputados es fundamental para gobernar y otra, cualitativa, y aquí hay que hablar de componendas que no entren en contradicciones ideológicas. Y desde luego sólo hay dos posibles partidos que puedan conseguir la lehendakaritza: El PNV posible vencedor en votos y escaños y el PSE segundo partido.
El PNV ya ha manifestado su intención de repetir el tripartito, siempre que matemáticamente sea posible. Parece difícil y hay más probabilidades si se extiende el pacto a Aralar. Otra posibilidad es pactar con el PSE. Con el PP ya ha declarado que de ninguna de las maneras. Quedaría la última posibilidad, gobernar en minoría con apoyos puntuales, siempre con permiso de los demás.
En el caso del PSE la cosa no tiene nada más que dos salidas salvo que gane, o pacta con el PNV o gobierna con el consentimiento del PP. Ninguna de las dos parecen que sean fáciles, según lo manifestado por el candidato socialista. Si pacta con el PNV, parece que sólo lo haría con la cabeza de Ibarretxe en bandeja de plata, cosa que creo que no acepte el PNV. En el caso del PP, el PSE no creo que pacte un gobierno, pero sí puede dejarse querer y que el PP permita con sus votos un presidente socialista, sería devolver la navarrada, aunque el aval del PP, después de lo que ha llovido y sigue cayendo, será muy difícil de entender.
Si el PSE cumple lo que ha dicho su líder y he apuntado anteriormente, será difícil que gobierne pues está negando las casi únicas posibilidades que tiene. Ya veremos si cumple su palabra.
Esto es lo que hay, ahora voy a decir lo que me gustaría que ocurriera. Lo ideal, bajo mi punto de vista, es que EB consiguiera mejorar sensiblemente sus resultados, ya que es la izquierda transformadora y lo ha demostrado en su competencia en el actual gobierno: La vivienda. Y hoy más que nunca se necesitan políticas económicas que transciendan las que desde el PP y el PSOE se definen para salir de la crisis, que son más de lo mismo. Como parece muy improbable que EB gane, lo que preferiría sería un gobierno de izquierdas, el PSE con EB y Aralar, aunque esta suma puede quedar lejos de la mayoría absoluta. La otra posibilidad es la del cuatripartito encabezado por el PNV, opción que me gusta menos, pero que vistas las circunstancias, ha permitido hacer a EB una política de progreso y autónoma en su área.
Y, la solución en breve. Euskadi está a punto de salir al salón. Así es que a esperar lo que debe ser, o sea lo que voten los ciudadanos.
Salud y República