El colmo. La lideresa Aguirre (desde la sombra), cada vez más, se coloca en el Tea-Party más casposo de este país. Sus declaraciones sobre el caso Carromero son de un descaro y de un sectarismo propio de un personaje como ella.
Ella que ha estado calladita para salvar a su protegido, mientras que éste ha permanecido en prisión en Cuba, ahora, en cuanto ha venido a España, ha empezado a demonizar el régimen cubano y a ensalzar al “pobre Carromero” al que parece querer convertir en un héroe. Un mártir de la contrarrevolución cubana.
Aguirre se ha alineado completamente con la disidencia cubana más extrema. Mientras que la oposición razonable en la isla ha reconocido que Carromero es responsable, en gran parte, del accidente, la condesa consorte lo eleva a los altares. Seguramente tendrá que ver con que era su enviado y llevaba dinero y mensajes para ayudar a la oposición.
Un tipo como Carromero --al que en España se le ha quitado el carné de conducir por decenas de infracciones graves—, según se desprende de lo declarado por Aguirre, parece que ha sido apresado por nada (la sentencia dice que ha cometido homicidio imprudente), simplemente porque pasaba por allí, como si su forma de conducir –se ha demostrado que iba muy por encima de la velocidad permitida, al igual que solía hacer en España— no tuviera nada que ver con el incidente. La culpa es de la dictadura comunista cubana que le han encerrado al pobre sin haber cometido ningún delito. Así lo ha declarado la gran diva, dirigiéndose al culpable:
O sea conduce de forma indebida, y como consecuencia mueren dos ciudadanos cubanos, y la culpa es de la dictadura comunista, él simplemente defendía la libertad: ¡Hay que joderse!
Ella, por encima de jueces y de cualquier tipo de legalidad, ya ha proclamado que Carromero es inocente y ya verán ustedes como no tardaran en darle el tercer grado y salir de la prisión, si es que no le indultan –su abogado ya lo está pidiendo—, como suelen hacer con algunos amiguetes.
A muchos nos gustaría saber cómo hubieran reaccionado nuestras autoridades, con un españolito normal, si hubiera cometido el mismo delito en Cuba. Me temo que alguna visita del cónsul y a cumplir la pena en la isla. Pero, claro, se trata del vicesecretario de las Nuevas Generaciones (la OJE del PP) de Madrid y de un protegido de la Espe. Y claro, es necesario un trato especial, es imprescindible que el gobierno haya intervenido al más alto nivel para que Cuba acceda a dejarle volver a España.
Y es que este muchacho, rey de las carreteras, ha querido jugar a espías y, por desgracia, la cosa le ha salido fatal. Acostumbrado, como hijo de papá a que le saquen las castañas del fuego, ha campado por sus fueros, a sus anchas, haciendo siempre lo que le ha venido en gana. En esta ocasión ha querido ser un héroe pepero y ha quedado convertido en un villano pijo que con su conducta ha provocado este homicidio.
La dictadura cubana, según Aguirre, es muy mala, atroz. Sin embargo, ha permitido que el condenado por un accidente, que ha costado la vida a dos de sus conciudadanos, saliera de su país, a pesar de que había ido al país a ayudar a la oposición y a jugar a los espías. Una de dos, o la dictadura cubana no es tan perversa o el gobierno de España ha dado algo importante a cambio para conseguir que excarcelen a Carromero. Quizá las dos cosas.
Ahora viene la resaca del hecho y Aguirre puede decir misa, pero si no era culpable, ¿por qué ha aceptado el gobierno español esa sentencia? Esta mujer, que, a pesar de su dimisión, sigue mandando en Madrid, quiere tapar la mancha de este delito, echando la culpa a la dictadura comunista. Cómo me recuerda a aquel que siempre echaba la culpa a un contubernio judeo-masónico-comunista. Y la verdad, no hay casi diferencias.
Salud y República