El Hospital de Arganda patina más que anda

Hoy voy a hablar de uno de esos "maravillosos" hospitales que ha inaugurado, creo que éste solamente tres veces, Dª Espe-rancia. Me refiero al de Arganda, hospital llamado del Sureste y que pretende cubrir toda esa zona de la Comunidad de Madrid.

Leo hoy, para constatación de lo que ya sé y que les contaré a ustedes enseguida, la queja de veinte mujeres embarazadas. Sin aviso previo, les dicen que allí sólo hay un ginecólogo y que no dan abasto por lo que les tendrán que cambiar la cita. Naturalmente se revelan y pretenden hacer una reclamación, pero claro el servicio de Atención al Paciente está cerrado. ¡Qué maravilla! La historia sigue y pueden terminar de leerla ustedes que no tiene desperdicio; yo prefiero contarles mi experiencia personal.

Como muchos de ustedes --que siguen esta bitácora-- saben, mi hija dio a luz hace dos días. Pues bien, su hospital de referencia era el de Arganda. Yo ya lo había visitado acompañándola en una cita con la ginecóloga. La impresión triste y negativa que me produje lo conté a amigos y familia. Un sitio casi desértico; nuevo y limpio pero con sensación de deshabitado. Una sala de espera donde no había sitio suficiente ni para las mujeres embarazadas que, como si estuvieran castigadas, estaban colocadas mirando a la pared, una pared blanca y fría, mientras que al lado había una habitación grande pero absolutamente vacía.Ésta fue mi primera impresión.

El día uno de este mes mi hija se puso de parto y allá que fue al tri-inaugurado Hospital del Sureste. Nada más llegar la reconocieron y la ginecóloga le dijo muy claro:

"Estoy sola, no podemos atenderla en el parto, por lo que vamos a pedir una ambulancia para que la transfieran a la Maternidad del Gregorio Marañón." Y así fue. Sólo que hay que añadir que la ambulancia tardó más de una hora en llegar. Afortunadamente este incidente no tuvo mayor incidencia que la de los nervios, la innecesaria pérdida de tiempo y los paseos inútiles; si no, esta Espe-rancia y el chulito que tiene de Consejero se iban a enterar de lo que valen dos peines (con púas, uno para cada uno).

Menos mal que mi hija en ese momento no tenía dolores ni estaba en la fase avanzada. ¿Qué hubiera pasado si llega con dolores y a punto de parir? ¿Cómo se puede abrir un hospital, a todo trapo, manteniendo sólo una ginecóloga? ¿Por qué no se avisa a las embarazadas, que estén a punto, para que se vayan directamente a otro hospital y no hacerles recorrer cuarenta y cinco kilómetros inútiles con el riesgo que conlleva ese estado? ¿A qué está jugando esta Presidenta y su Consejero que de forma chulesca y a diario nos dicen que la Sanidad de Madrid es un modelo a seguir?

Varios ginecólogos de Arganda, me entero por la misma noticia, han dimitido en desacuerdo con la dirección por no querer quedarse solos haciendo guardia. El jefe de servicio que se atrevió a dar a conocer las carencias del hospital fue cesado. Se ve que la dirección del hospital sigue la línea de hierro marcada por la macarra Presidenta. Y ahora estos canallas han anunciado que van a quitar el servicio de ginecología de Rivas-Vaciamadrid (una ciudad de ochenta mil habitantes con el porcentaje de gente joven más alto de la Comunidad de Madrid) para llevarse los ginecólogos de aquí al Hospital de Arganda y así paliar los problemas que ellos han creado allí, dejando sin ese servicio a Rivas, a la que la tienen sitiada porque se les hace insoportable que está gobernada por un alcalde de IU.

Estos tipejos que dirigen nuestra Comunidad son escoria política, residuos humanos que carecen absolutamente de la mínima sensibilidad, que sólo sirven para salir en la foto (tres o cuatro inauguraciones de media en cada hospital nuevo) y que están dispuestos a que hartos de sus despropósitos nos cansemos de la Sanidad Pública y optemos por la Privada. Ese es el quid de la cuestión.

Mala gente, sin ningún escrúpulo, dispuestos a conseguir como sea su objetivo: Privatizar la Sanidad madrileña. Ante esto, desgraciadamente la respuesta desde el principal partido de la oposición en la Comunidad, el PSOE, es absolutamente tibia, sin atreverse a hacer lo único que puede acabar con la privatización: La derogación de la ley 15/97 y además, para más inri, no oponiéndose a los presupuestos que nos guían por ese camino.

Recuerdo aquel tren de vía estrecha que hacía el recorrido desde Vicálvaro a Arganda y que iba muy despacio. Hoy el tren no existe pero la presidenta y el tal Güemes (que está haciendo bueno a aquel indeseable de Lamela) se han empeñado en que en Arganda tiene que haber cosas que no andan.

Salud y República