En busca del personaje (3). La cultura como terapia

Volvemos, después de quince días a la búsqueda del personaje. La de hace quince días, tuvo como protagonistas a Maquiavello, Fellini, Tchaikovski, Rodin y los Hermanos Pinzón.

Los acertantes fueron varios. Freia, fue la que más atinó, ayudada por Selma, Àngels y Adanero que aportaron sus granos de arena.

Y, sin más dilación, pasamos al párrafo donde están las pistas de los seis personajes de hoy. Enterradas en un texto que no tiene más sentido que el dar las claves, y por cierto, tanto la fotografía que aparece como la música que cierra son dos pistas claves de dos de los seis personajes.

Y ahí va:

El curso dedicado a enseñar Lógica le hacía terminar extenuado. Era una empresa heroica, un año entero aguantando la mala educación de los alumnos, que compensaba con esos días de descanso, en los que se dedicaba a leer libros de política, en especial de la revolución de octubre, Lenin, y Trotsky no tenían secretos para él. Este año iría a Las Hurdes, a un balneario. Allí a encontrarse con los olvidados, con los más pobres, pero con los más auténticos. Al volver, lo haría por Salamanca, donde vivía su hermano Agustín y, aprovechando su amor por la gastronomía, visitarían algún restaurante para comer un buen lechazo.

Y luego vendrían las vacaciones largas, este año ya lo tenía todo preparado, iría a México. Y, después, en unos meses, la jubilación. El triunfo definitivo. Desde que le habían diagnosticado una sordera precoz, quería recogerse en un sitio tranquilo y dedicarse a pintar, su afición más querida, se sentía un poco Goya, también buscando la soledad. Allá en Grecia, en la isla Santorini, en esa casa azul y blanca que le tenía obsesionado, desde aquel verano. Había decidido terminar sus días allí. Pintaría autorretratos, no necesitaría a nada y a nadie, salvo un espejo y sus cd’s, donde no faltarían ni Serrat, ni Luz Casal ni Miguel Ríos.

Boomp3.com

Pues nada, lo dicho, que lo acierten bien, y aquí estaré esperándoles.

Salud y República