Mi amigo Enrique, presidente de la Asociación Laica de Rivas, ha escrito un artículo claro y rotundo para denunciar la hipocresía, la doble moral y la intromisión en cuestiones terrenales del monseñor jefe.
Lo mejor es que lo leáis, está publicado aquí, es la contestación a la petición del interfecto eclesiástico de convocar un referéndum para ver que opina el pueblo español de los matrimonios homosexuales. Como si alguna vez le hubiera importado lo que piensa el pueblo. ¿Desde cuando a este tipo le ha venido el aire democrático? Lamentable.
Una más, y van... ¡Lo que tenemos que aguantarles! Viven a nuestra costa, como diox por cierto, nos impiden borrarnos de su secta y pretenden hacer política, utilizándonos, cuando les interesa. Vamos la cosa queda clara: A Dios lo que es de Dios y a Rouco lo que es del Cesar. ¿De verdad, creen que no se avergonzarán estos elementos cuando digan estas cretineces? ¡Ah, no!, calla, que la cúpula eclesiástica no tiene vergüenza. No había caído.
Salud y República
4 comentarios:
Ni tienen vergüenza, ni la conocen, ni aunque se la encontraran de frente la reconocerían como tal. Así les va, que cada vez es mayor el número de deserciones entre sus filas, aunque no las apunten en sus registros, porque la gente está hasta el gorro de sus idioteces.
He leído tu Entrada y el enlace que nos propones... Y una vez más constatamos que ellos jamás hacen política.. ¡Qué va! Si no han dejado de hacerla y de ejercer su poder desde los 2000 años que existe esta secta... Ahora democracia según para que... interna jamás pero de la otra para tocar los eggs, la que quieras... Pero estoy cada vez más convencida que el desierto donde predican es cada vez más eso.... un desierto.
Un beso Rafa.
Yo llevo un parde años intentando borrarme de la secta, y ahora resulta qur mi partida de bautismo no aparece. ¡De lo que son capaces por seguir teniendo contrubuyentes! No hay palabras para semejante cinismo.
No es que no tengan vergüenza ni la conozcan. El Problema es que quien nos gobierna no tiene cojones a presentarsela de una puta vez.
El Canuit
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