En busca del personaje (9). La cultura como terapia

De vuelta a la terapia. Ni el virus que tenemos les libra de ésta. Y bien, empecemos por decir que la de hace quince días contaba con los siguientes personajes: Bizet, Atila, Virginia Woolf, Billy Wilder y Patinir. Y los que acertaron fueron: Selma, Adanero y Freia (por partida triple).

Y ahora sin más preámbulos pasamos al fragmento inventado de hoy. Ya saben es un texto sin mayor ambición que dar las pistas pertinentes para que acierten cinco personajes que se esconden en él. La foto también juega, o sea tiene que ver con uno de los personajes. Ahí va:

Nacido en Zamora, nieto de un médico rural, Ricardo se había criado en Madrid, en Vallecas. Después de estudiar medicina en Munich, se fue a trabajar a África, a Uganda, como médico de una ONG. Allí, convivió con la violencia y la poligamia, conoció traficantes mafiosos y caníbales sin reparo. Hasta que con el golpe de estado de 1971, tuvo que salir del país. Concluyó su periplo en París, donde triunfó con una biografía sobre Don Quijote y escribiendo sus memorias para una serie de televisión.

Sin embargo, había salido adelante siempre. Unas veces solo, otras con ayuda de su amigo Oscar o de su mujer Salomé, ventajas de ser bisexual. Además, su madre, una mujer muy dramática, siempre se lo había recordado: "Hijo mío, a pesar de ser tartamudo, tienes al ángel de la guardia de tu lado". Sin duda Ricardo era afortunado. Su gran afición era montar en moto y jugar al tenis...

Y lo dicho, ñoras, ñores, al salón. Esperando me quedo.

Salud y República