29 abril 2008

Praga, la bella Praga

Pues sí, ya estoy aquí. De vuelta. Qué rápido pasa el tiempo. Me pongo presto y veloz a relataros la crónica de un viaje anunciado. No me quiero poner nada literario que después de haber estado en la tierra de Rilke, Kundera, Havel, Kafka y algún otro, a lo más que puedo aspirar es a dar unas pinceladas personales del periplo.


La plaza Vieja el día que llegamos, llovía pa'aburrí

La primera cuestión que quiero resaltar es la forma de viajar que en general tenemos. Observo cada vez más que consumimos turismo con tal afán y prisa que me recuerda aquella película Si hoy es mártes esto es Bélgica, en la que se parodiaban los viajes organizados rápidos y donde casi no se bajaba del autobús mientras se atravesaba casi toda Europa, en un tiempo récord. Contrarreloj y a matacaballo. Recuerdo la diferencia que hay entre viajero y turista, se explica muy bien en la novela y la película El cielo protector, ¿verdad, Selma?, y está claro que la mayoría gente no puede o no quiere ser viajero, opta por ser turista. Un viajero se desprende del concepto tiempo, sabe de su destino pero no dónde le pueden llevar las circunstancias. Un viajero no consume viajes, los vive y los convive. No tiene nada programado, sólo tiene ideas preconcebidas. Bueno, pues a mí me gusta viajar más como viajero que como turista. Bien es verdad que me falta una parte esencial para ser viajero, no soy muy dado a aventuras desquiciantes y no soy tan osado como para no saber cuando he de volver, lo de vagar más que consumir, lo de dejarse llevar un poco, sí que lo tengo.

Tejados de Praga desde la subida al Castillo

Praga es una ciudad única. Muy bella, seguramente de las más hermosas del mundo. No os voy a hablar del Puente de Carlos, de la Plaza de la Ciudad Vieja, del Castillo, de la Basílica de San Vito, de la plaza Wenceslao, del río Moldava, del barrio de Mala Strana, del cementerio viejo judío, o del… (habéis visto el famoso truco –utilizado por muchos políticos— de decir no voy a hablar de esto y soltarlo). No, para eso están las guías de viaje o la revista Viajar que lo hace mucho mejor y os va a poner los dientes largos, o sea que no seáis rácanos y comprarla o buscarlo en Internet. Lo mismo digo de las fotos, soy un fotógrafo de pega, tengo una máquina digital que sólo hay que apretar y cerrar los ojos, o sea que no podéis esperar mucho del que suscribe.

Una placita de la islita de Kampa en Mala Strana (Ciudad Pequeña)

Sin embargo, si que voy a comentaros ciertas impresiones personales. Es mi segundo viaje a Praga y he notado ciertas diferencias en relación con el que hice hace diez años. Para lo bueno y para lo malo se ha occidentalizado mucho más y se ha convertido en una ciudad masificada. Había que ver la multitud que se congregaba, apelotonada y casi sin espacio para respirar, debajo del reloj astronómico de la Plaza Vieja o la gente que se amontonaba al lado de las dos torres en el inicio del Puente Carlos, viniendo desde la Ciudad Vieja. Sólo comparable con las multitudes que pasan sobre el puente Rialto de Venecia o las colas para entrar en el Prado.

La gente empezando a circular en la concurrida Plaza Vieja después de ver salir a los apóstoles sobre el reloj astronómico. ¡Es la guerra!

Otra característica apreciada es que a pesar de que siguen con la moneda local, la corona checa, y no han tenido que sufrir el temido redondeo del euro, la vida ha subido una barbaridad. Cuando fui la primera vez era mucho más barato que España, hoy Praga, en precios es equiparable a Madrid, en hoteles, restaurantes, espectáculos y museos (creo que en museos es mas cara).

Foto del Puente Carlos, desde el Museo Smetana (Monsieur Babeuf me dio el queo)

¿Qué es lo que me gusta de Praga? Si os digo que todos los monumentos y sitios citados en el tercer párrafo son únicos no descubro nada nuevo, sin embargo, a mí lo que me llama la atención de Praga son dos cosas: Una, el urbanismo. Es una ciudad única, en cualquiera de sus cuatro barrios centrales puedes encontrar edificios de distinta época y estilo, barroco, rococó, neoclásico, modernistas, neogóticos y pueden estar perfectamente unidos sin desentonar en absoluto, mostrando una coherencia poco habitual. Sin romper la línea se mezclan estilo y tiempo de una forma peculiar y única. Además ayuda enormemente que las vías son amplias y están limpias.

Una calle de la ciudad vieja. Distintos estilos forman un homogéneo núcleo urbanístico

El Moldava de Smetana


La otra cuestión que me llama la atención de forma positiva es el amor a la música que tienen los checos. Claro que teniendo a Smetana y a Dvorák, entre sus músicos no es de extrañar. De esto sabe mucho más que yo Freia, que seguro que nos deleitara con una entrada sobre estos monstruos. El amor por la música en Praga se palpa, hay grupos por las calles, sean de música clásica o de jazz, hay una importante temporada de concierto y de ópera. Ese amor y su instinto comercial han dado solución a un problema doble, la infrautilización de las iglesias en sus fines propios y otro el uso de las mismas como templos de la música. Insonorizadas y convertidas en pequeños auditorios, algunas iglesias han pasado a ser magníficas salas de concierto.


Scherzo de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorák

Es una ciudad limpia, organizada y con un transporte público bueno. Ésta ha sido mi visión. ¡Ah! y cuidado si vais a Praga. La gente es muy profesional pero fría, no es extrovertida. Y sobre todo con el turismo masivo ha venido también el aire del timo al turista. Cuidado al coger un taxi, cuidado con el cambio del dinero, ¡cuidado! He encontrado gente amable, normal la mayoría, pero en estos tres días ha habido tres ocasiones en las que me han querido timar, en un taxi, el taquillero del metro (éste lo consiguió, el muy mamón, aunque fue una cantidad mínima), y en el cambio de moneda en el aeropuerto. Es verdad que de esto sabemos mucho los españoles, donde hemos destacado por nuestras dotes picarescas y trileras, sobre todo en tiempos pasados.

¡Qué duro es soportar a Kafka que a la vez soporta a la otra persona que encierra en su cabeza!

Y esto es todo. No quiero cansaros. Agradeceros que os hayáis portado bien. En mi ausencia no ha habido nada negativo especialmente reseñable. Ni habéis roto España, Navarra sigue sin venderse. Y Rajoy sigue opositando de líder. Más de lo mismo. Y me voy a hacer la compra que tengo que hacer la comida.

Salud y República

15 comentarios:

Blanca dijo...

Lástima que no se pueda escuchar a Smetana (a ver si consigues arreglarlo). Veo que has disfrutado de tu escapada. Bienvuelto y muchos besos.

Martine dijo...

Qué feliz me hace volver a tenerte aquí Rafa, he seguido tu estancia en Praga a través de tu relato, y he admirado tus fotos... No conozco Praga, pero contigo de la mano se me hace más cercana, y si, de todas todas , es mucho mejor ser viajero que turista, y puestos a soñar, nómadas, lo ideal...

Un beso muy cariñoso Rafa, bien hallado!

RGAlmazán dijo...

Hola Blanca, es una puñeta esto de los servidores, yo lo oía perfectamente si entraba en Firefox pero no en el Explorer. Ahora lo oigo en los dos, espero que lo puedas oir tú y los demás.
Me imagino que estarás atareada. Te llamaré. Un beso.

Hola Selma, feliz de tenerte aquí de nuevo. Sí, la verdad es que no siempre se puede, pero no hay color, es mucho mejor ser viajero que turista. Un beso.

Salud y República

Martine dijo...

Rafa lo he escuchado todo sín problema, lo estaba haciendo ahora mismo, y acabo de guardar 1 foto entre mis documentos, es que me gusta mucho Kafka ;-)....

Y vuelvo a la música!!!

SaiZa dijo...

Hola Rafa, ay que ver como se te hechaba de menos, bienvenido.
Gracias por transportarnos a praga, me encantan las fotos y me gusta la musica escogida.

Gracias por visitarte desde Praga, y gracias por la revista que la recibi ayer. Un beso.

Salud, Memoria y Libertad

m.eugènia creus-piqué dijo...

Hola, benvingut.
Preciosas las fotos y con ganas de irme corriendo pa' llá, en los tiempos en que vivimos se hace dificil ser viajero aunque no imposible, es tener tiempo y dinero, ¡ Casi nada !

petonets

Antonio Rodriguez dijo...

Pues si que parece que ha cambiado Praga dede que yo estuve allí. Y es que el capital lo invade todo.
Tus fotos, buenas. Lo único que las diferencia de las mias es que mi camara es mejor.
Salud, República y Socialismo

Anónimo dijo...

Qué razón tienes, amigo Rafa, en tu apreciación sobre el "truco" de los políticos enumerando elementos que aparentemente no les interesan(según lo leía, he de confesar que te criticaba internamente, decepcionado literariamente, hasta que llegué a tu agudo toque de humor), y también en tu distinción entre viajeros y turistas. La mejor recomendación que puedo dar a alguien que se vaya a mover a algún sitio desconocido es "no seas turista, por favor".
También yo me percaté, en mi reciente visita, de la feroz expansión del capital por esas tierras. Ahora bien, mi sorpresa con el metro fue bien distinta a la tuya: allí nadie comprobaba si "sellábamos" o no el billete (que comprábamos directamente en el hotel, no en la taquilla).
De tus fotos, me ha sorprendido en la primera, ver la plaza despejada, ya que en mi visita estaba ocupada por casetas relacionadas con la Semana Santa.
Agradezco especialmente tus fotos y relato, por los recuerdos que me han refrescado.

Un abrazo

Gemma dijo...

Bonitas fotos y sugerente relato. Yo también tengo una fotografía junto al pobre Kafka descabezado, jaja.

(Y me encantó el Café Kubista. Precisamente, Vila-Matas le dedica un relato en su último libro, Exploradores del abismo, y también me gustó el museo cubista, y la Mala Strana, y el puente Carlos y... ¡hay que volver!)
Un saludo

Gracchus Babeuf dijo...

Me alegra haberle sido útil. ¡Cuando visité Praga, Checoslovaquia era un país comunista!

fritus dijo...

Hombre, encantado de la vida de verle d vuelta Don Rafael, ... le he echado de menos un poquito y me da una envidia mayúscula. encima, a juzgar por als fotos, le ha hecho solecito...

Un abrazo

mitxel dijo...

Rafa, la única forma de viajar hoy es la mochila y a patita o en auto-stop.
Pero si usted quiere intentarlo como se hacía no hace tantos años, yo me comprometo a buscarle uno de esos baúles que podía llenar de todo lo necesario, e incluso de un par de maletas de madera.
Porque así emigrabamos nosotros, nuevos ricos que no siempre reconocemos al hermano en el ser humano que llega para tener una oportunidad entre nosotros...
Pero lo dicho, yo le busco baúl y maletas, pero usted convence a Iberia, Renfe o quien sea de que le dejen embarcar con semejantes armatostes.
Por lo demás, sea bienvenido.

RGAlmazán dijo...

Gracias a todos, chicos y chicas por darme la bienvenida a mi rentrée.

Mitxel, ya me gustaría que se dieran las condiciones para viajar con baúl. Mi intención no iba tan lejos. Pretendía decir que es mejor no llevarlo todo organizado y sin dejar que el azar juegue. Es importante dejar que los sitios se te echen encima y no estar contrarreloj tratando de ver todo y que nada se escape. Esa era la idea. No me gustan los viajes organizados. Yo prefiero medio organizarlos y dejar jugar un poco al azar de pasear o de investigar paisajes poco conocidos o fuera de lo establecido.

SAlud y República

AF dijo...

La fotografía no en una cámara de fotos. Es, como tantas otras cosas del ser humano, un estado de ánimo. Optimistas y eufóricos sacamos buenas fotos en la playa, con el sol y la arena quemando los píxeles. Estando tranquilos y relajados, el ojo mira detenidamente y, así, ve lo que las prisas nos impedirían ver. Por ejemplo, esa vista de Praga desde un monte, la delicadeza de los mil colores, de los mil tejados, matizada por la lluvia.

Y estando deprimirods, no sacamos foto alguna.

Usted estaba relajado y tranquilo... y llovía.

Un saludo y bienvenido.

Angel Adanero dijo...

Bienvenido Rafa. Ya veo que el viaje ha sido provechoso.
Una vez hablando con un recepcionista de hotel en Francia sobre lo de ser turista o viajero, él llegaba más lejos. Me decía que lo mejor es ser un ciudadano más del sitio que se visita, tener relación con la gente de la ciudad e intentar vivir la ciudad como ellos la viven. Lo puse en práctica (fue en Lyon) y me fue muy bien. De hecho he vuelto más veces a esa ciudad.
Con la música ha acertado de lleno. El Moldava es una pieza preciosa, oyéndola te hace sentir que el río pasa a tus pies. Es más en estos momentos se me está llenando de agua la habitación.
Ahora viene una duda. He leído hoy en la prensa que el retiro telefónico de Arenas va a ser en Praga. No me disimule usted. Ni turista ni viajero ni gaitas. ¿Ha ido allí a prepararle el terreno a Arenas?

Un saludo.