Condenados por ladrones de niños

Gracias a los abogados de las Abuelas de la Plaza de Mayo, María Eugenia Sampallo ha podido luchar contra su propio secuestro, denunciando a sus padres adoptivos que la robaron de sus auténticos progenitores, Mirta Barragán y Leonardo Sampallo, sindicalistas, desaparecidos en la dictadura militar en 1978, cuando ella estaba embarazada de seis meses.

Aunque el precio ha sido mínimo, sólo diez, ocho y siete años, al militar, padre adoptivo y madre adoptiva de María Eugenia, es el primer caso en que el delito del robo de niños durante la dictadura militar es condenado. Los abogados defensores van a apelar pues piensan que la pena es mínima contra lo que ellos consideran un crimen de lesa humanidad.

Hoy he visto en el telediario al padre adoptivo, Osvaldo Rivas, llorar al entrar al juicio, diciendo que perdonaba a su hija. Este canalla bañado en lágrimas de cocodrilo fue capaz de quedarse (quien sabe si no la compró) con una niña recién nacida, falsificar los documentos y hacerla pasar por su propia hija. Su verdadera madre dio a luz en cautividad, le robaron a la niña para dársela a una familia afín al régimen y amiga íntima del capitán Enrique Berthier, un torturador.

Según María Eugenia, que cumple ahora treinta años, le dijeron que eran sus padres adoptivos cuanto tenía siete años, pero nunca le dijeron quienes eran sus verdaderos padres. Le contaron multitud de mentiras e historias como que su madre era soltera y azafata europea o que fue abandonada en el Hospital Militar. Fue ella quien, en su afán por encontrarlos, dio con las Abuelas de la Plaza de Mayo que, por medio de sus abogados, consiguieron conocer la identidad de sus verdaderos padres.

María Eugenia cuenta que en la casa dónde la raptaron, su falsa madre, María Cristina Gómez, la maltrató, siempre le estaba echando en cara que gracias a ellos vivía, que la habían mantenido, que podía haber terminado en una fosa.

Hoy se ha hecho justicia, aunque la pena sea pequeña, sólo pocos años por secuestrar y robar bebés. Ya son 88 los niños que habiendo sido secuestrados durante el golpe militar conocen su verdadera identidad. Se calcula que debe haber unos 400 niños robados a sus verdaderos padres durante la dictadura argentina.

Finalmente, Argentina parece recuperar el pulso democrático. Gracias, sobre todo, a la sociedad civil que con asociaciones como la de las Madres, primero y luego Abuelas, de la Plaza de Mayo han conseguido con su lucha, una dignidad perdida por la imposición indigna de esa dictadura militar que asoló a este país, durante varios años.

Salud y República