20 marzo 2008

Apostatar es un derecho

Es curioso ver con la facilidad que a un niño recién nacido le incluyen como partícipe de una asociación, llamada Iglesia Católica, sin más dificultad que recibir un jarro de agua fría. Pues bien, intenten hacer ustedes lo contrario y verán que no es tan fácil.

No me refiero a que se succionen el agua que le echaron en una pila bautismal hace la tira de años. No. Simplemente a disfrutar y usar su libertad para desdecirse de lo que otros, voluntaria o forzosamente (la gran mayoría de los que cuentan con más de treinta años) le impusieron: pertenecer al club de la Iglesia Católica. O sea a hacer uso del derecho a apostatar.

Hace años era impensable e imposible, hoy apostatar es difícil y cansino, pero posible. La Iglesia en su constante ejercicio de presionar al Estado (por otro lado fácilmente presionable por esta institución) presume de contar con más del ochenta por ciento de fieles repartidos por toda la geografía patria. Naturalmente esas cuentas no son de seguidores practicantes, sino de bautizados. Y en base a esa gran masa de católicos exige prebendas y medios para continuar con su poderosa maquinaria de poder terrenal.

Si no fueran tan mezquinos y no nos estuvieran todo el día restregando que son una gran mayoría y que por ello es necesario que tengan privilegios, seguro que no nos importaría tanto estar o no bautizados. De hecho un acto que no es voluntario no debería tener más transcendencia ni validez si no se confirmara cuando se llegase a la mayoría de edad.

Pero no, juegan con ventaja. Y claro ahí es donde duele. Todavía no han entendido que esto ya no es un estado nacional-católico, que la Constitución dice que vivimos en un estado aconfesional. Pues nada, ellos erre que erre. Moraleja: si no quiere que jueguen con usted como un número y le utilicen para sus fines, se ve en la obligación de apostatar.

Y ahí, sí señores, ahí sí que con la Iglesia hemos topado. ¿Cómo es posible que alguien quiera apostatar? Se preguntarán sorprendidos los prelados. Y es que son farisaicos hasta ofender. Pues sí, señores obispos, se ve que hay mucha gente que quiere apostatar. Lo que pasa es que ustedes se lo hacen complicado.

Si uno se quiere borrar de un club, de cualquier carácter, basta darse de baja y dejar de pagar. Bueno con la Iglesia es un poco distinto, darse de baja es muy difícil y dejar de pagar imposible. Lo de la pasta ya se sabe, sale directamente de los presupuestos del Estado, o sea de los bolsillos de todos. Lo de la dificultad es una realidad palmaria, no aceptan una baja voluntaria y hay que obligarles.

Los trámites para apostatar, si se tuviera que hacer sin asesoramiento, serían muy difíciles. Con asesoramiento son complejos pero alcanzables. En Rivas, ciudad donde vivo, se ha abierto la primera oficina donde asesoran sobre la apostasía, a todo el mundo (en menos de un mes que lleva abierta ha habido más de mil consultas), y gestionan gratuitamente los trámites a sus vecinos. Es tal el éxito que ha tenido que se ha colapsado y se está reforzando de personal especializado.

La apostasía hoy es menos difícil, aunque no estén en Rivas. Los trámites son largos (pues la Iglesia no hace sino poner obstáculos) pero todo lo que tiene que hacer está descrito y facilitado en la web: www.apostasia.es. Así lo he hecho yo y creo estar cerca del final del proceso.

Si de verdad cree en un Estado Laico, si quiere apostatar hoy es posible, basta seguir el proceso que le indican en la web citada y llenarse de paciencia. Y si vive en Rivas, mucho más fácil.

Salud y República

10 comentarios:

Angel Adanero dijo...

Padre Almazán, hace ya unos años cuando era más pardillo que ahora (si es posible), a raíz de ver un reportaje en Linea 900 sobre la apostasía, unos amigos y yo nos fuimos al arzobispado de Valladolid para informarnos sobre el tema. La persona que nos atendió, que no tengo muy claro que fuera cura, nos despachó con un rotundo: "La fe imprime carácter hijos". Lo que traducido al lenguaje común sería: "Que si os han bautizado daos por jo**dos hijos". Y nos fuimos con una cara de idiotas que creo que la persona que nos atendió aún se está revolcando de la risa.

Un saludo.

Unknown dijo...

Yo no quiero apostatar: quiero que me echen. Y voy a hacer todo lo posible por tocarles los huevos de tal manera a esta gente que un día, hartos ya de mí, me borren de la lista.

Tarea difícil, por otra parte. Pero entretenida.

Martine dijo...

Me parece que Manuel tendra que hacer muchísimas cosas para que lo echen, muchísimas,y viendo lo que hacen sus adictos es díficil superarlos, eso sí pasan por el confesionario, todo perdonado y vuelta a empezar.

A Francia por suerte es más fácil apostatar...

Un beso Rafa, y... vigila baílando!

Antonio Rodriguez dijo...

Si es que tu no entiendes, Rafa, que la iglesia tiene sus dificultades, que seguramente no tendran sus archivos informatizados, y como hacerle entender al parroco donde fuistes bautizado, que se tiene que modernizar y cambiar los libros de registro por un Personal Computer.
Así que paciencia que cuando seamos muchos exiguiendolo seguro que se compran el Personal Computer.
Salud, República y Socialismo

m.eugènia creus-piqué dijo...

Quizá si fuera más facil todavía me apuntaría, pero ya no tengo el humor de ir para aquí y para allá,he tratado de entrar en apostasía.es y no me ha dejado, no se que pasa, mi pc me lo bloquea.Encuentro más práctico no marcar su casilla.

Anónimo dijo...

La iniciativa de Rivas es un ejemplo que tenían que seguir todos los ayuntamientos gobernados por la izquierda. Intentaré en lo que esté en mi mano que cunda el ejemplo.
Los ciudadanos tienen derecho a que las instituciones defiendan su derecho a la libertad de culto.
Mo caso es complicado, ya que no estoy bautizado en España y por carta no me hacen ni caso.
Salud.

FerLosada dijo...

El caso es que depende de la diócesis donde toque. Yo mandé al Arzobispo de Santiago un formulario de apostasía (hay varias versiones circulando por Internet) y a los 10 días ya estaba fuera del catolicismo.

Eso sí, lo que hicieron fue hacer una anotación marginal al lado de mi libro de bautismo (en Madrid y Valencia ni eso). No descarto ir pronto a por el borrado de mis datos de bautismo, pero el paso previo, que muchos intentan y no consiguen, fue sorprendentemente sencillo.

RGAlmazán dijo...

Adanero: Usted no ha entendido que la fe imprime carácter. Pero lo que no le dijo aquella persona es de qué tipo de carácter se trata.

María: El hecho de que te pongan la notita en la hoja significa que ya no perteneces a la secta. No es lo ideal pero al menos si cuentan contigo están cometiendo otra felonía.

Manuel: Lo tiene usted claro, ni persiguiendo obispos por montes y llanuras le excomulgan. Están dispuestos a tragar con todo con tal de no deshacerse de usted. ¡Qué les habrá hecho para demostrarle tal cariño!

Selma: Manuel es un iluso, al final se convertirá, y si no al tiempo.

Antonio: Si el problema es el PC, tú que eres rico, regálale uno al arzobispado de Madrid. Piensa que ellos son pobres y hay que compartir.

M.eugènia: No es tan complicado, es largo y hay que enviar cartas. Lo de la casilla es importante, pero al final le dan la pasta que les falta, o sea que también tienen nuestro dinero. Si todos, los que estamos en contra, apostatáramos, otro gallo les cantara.

Raúl: Habría que exigirlo en todos los ayuntamientos. Por cierto, tu caso es difícil, es el mismo que le ocurre a Lola, mi compañera.

Drow male: ¡Qué suerte! Menos mal que hay algún arzobispado decente.

Salud y República

El Creador dijo...

Si al fin y al cabo sólo se elude el derecho a la apostasía por el bien de las ovejas descarriadas.

Freia dijo...

A mí la verdad es que me importa un pimiento que me consideren uno de los suyos y me pongan en una estadística (las subvenciones a la iglesia católica seguirían siendo las mismas aunque el número de bautizados bajara a la mitad). Yo sé lo lo que soy y en qué o quién creo (al menos en este terreno). Sin embargo, opino que debe de ser más fácil que te echen que apostatar. Te amenazan tantas veces con que una determinada acción traería consigo inmediatamente la excomunión, que no parece que cueste mucho trabajo.
Todo lo dicho anteriormente no quita para que defienda totalmente el derecho de otros a la apostasía.
¡Ánimo a los que lo intenten y espero que nos lo digan cuando lo logren!
Un abrazo especial Rafa.