Ya está bien. Otra mentira más. Han estado dando esperanzas de que subirían la pensión. Ha bastado que pasaran las elecciones catalanas –siempre esperan que pasen las elecciones— para destapar el pastel. Y aunque el IPC haya subido el 2,9%, las pensiones subirán un 1%, o en caso de que sean menores de 1000 euros, un 2%.
Otra promesa incumplida de Rajoy y sus muchachos. Ahí veíamos en los telediarios a las nuevas, pero malas, actrices, Soraya Sáez de Santamaría y Fátima Báñez, haciendo pucheros y lamentando, ¡las pobres!, que los pensionistas pierdan poder adquisitivo, en contra de su voluntad. ¡Que penita más grande!
Era la última línea roja que les faltaba por saltarse. Llevaban desde hace años y con gran hincapié durante la campaña electoral, diciendo que esto no pasaría jamás. ¡Si hay algo que no tocaré, serán las pensiones! repetía con pasión y fricción, el gran Mariano. Pues bien, otro año que disminuye el poder adquisitivo de los pensionistas.
¡Hay que tener caradura! Como si fuera la primera promesa incumplida. ¿Alguien me puede decir si este gobierno pepero ha cumplido, al menos, una de las promesas electorales? ¿Cómo es posible decir que es legítimo que se ganen unas elecciones prometiendo lo contrario de lo que luego se hace?
Hoy más que nunca, tiene sentido que este gobierno se revalide ante los ciudadanos. Las elecciones de hace un año no pasan la menor prueba. Todo el programa está incumplido en un año. Por ello, es necesario que esta gentuza haga un referéndum para ver si se aceptan sus medidas, contrarias a su programa electoral. Ganaron hace un año engañando a la gente y eso es ilegítimo. Desgraciadamente no es ilegal puesto que no está penado que los gobiernos mientan y engañen a los ciudadanos, algo que tendría que revisarse. Sin embargo, si es inmoral e ilegítimo y no debería consentirse.
De nuevo, nos han vuelto a engañar. ¿Qué será lo próximo? Continuarán con sus engaños y sus miserables recortes. Eso sí, salvando a los de siempre. Por ejemplo, las SICAV siguen pagando un 1%, sigue sin haber un impuesto a las grandes fortunas, el único presupuesto que se ha ampliado ha sido el de defensa. Se ha creado un nuevo cuerpo de antidisturbios –los bronces—, a la Iglesia no la recortan, al revés, cada vez tiene más recursos. La amnistía fiscal va a recaudar menos de 200 millones de los 2500 previstos. No se hace nada por cerrar los paraísos fiscales (la mayoría de las grandes empresas tienen cuentas en ellos), los clubes de fútbol siguen debiendo dinero a Hacienda y a la Seguridad Social. Y como colofón, seguimos dando dinero a los bancos para que estos sigan desahuciando a los ciudadanos menos favorecidos.
¡Hagan juego señores! ¡No va más!
Salud y República