La familia real es de quita-y-pon

Al igual que cuando se deshoja una margarita, así está la familia real. El rey, dicen que con un cabreo monumental, no sabe cómo arreglar lo del yerno deportista. Mientras, recibe asesoramientos contradictorios.

Primero que sí, que hay que acortar la familia real. Ya lo hicieron con Marichalar, al que barrieron de la foto real. Y ahora pretendían, para evitar que saliera el futuro imputado Urdangarín en la foto, sacrificar a sus dos hijas, nuestras “queridas infantas”. De tal forma que si las borraban de la Casa Real, de paso se cargaban al ínclito Urdangarín, y le dejaban fuera, compuesto y sin apoyo.

Pues no, se ve que un viaje de la reina a EE.UU, para ver a a su hija Cristina, su yerno Iñaki y sus nietos, ha cambiado la decisión. Ahora no, ahora dicen que no, en plena “tarara” particular, ha cambiado la decisión y ahora dicen que la familia son todos.

Otra vez todos una piña. Allá ellos. Yo no encuentro nada más que una explicación para esta marcha atrás. Urdangarín puede largar algo que puede dañar más a la Casa Real, y por eso le mantienen como miembro.

Y es que, te tienen que hacer pensar mal. Este rey tan campechano y dicharachero, capaz de recriminar a la prensa su comportamiento, o de hacer callar a Chávez en una reunión internacional, ahora permanece en silencio. ¿Qué hace que el rey y la Casa Real permanezcan en silencio? ¿A qué esperan? Sorprende el silencio del rey.¿Por qué se calla ahora? ¿Acaso se mira en un espejo y practica el “por qué no te callas”, de tan “gratos recuerdos”? ¿No estará temiendo que si toma alguna medida contra el yerno, éste cante y suelte algo de la Institución que no le guste?

Ya verán ustedes, cuando imputen a Urdangarín –supongo que lo imputarán, aunque nadie entiende por qué todavía no lo han hecho—, se producirá el “coitus interruptus”, o sea se abrirá un paréntesis sobre él en la Casa Real, que tratarán de aislarle y de que no contamine a los demás miembros, a pesar de que su esposa, Cristina, ya está tocada por ser copropietaria de la empresa que se llevaba el dinero del Instituto Nóos, y por ser, además vocal del mismo. Y luego, tratarán de que el tiempo haga olvidar este episodio.

Es difícil prever el final de esta película a ciencia cierta, lo que sí quisiera como republicano es pedir a Urdangarín y esposa que devuelvan el dinero robado y, después, darle las gracias por los servicios prestados, por ser el mayor agente de la causa republicana.

Y al rey, le pediría que nos ahorre ese mensajito que suelta todos los 24 de diciembre, sobre la grandeza de España y la unidad de la familia. Bastaría que saliera diciendo, mea culpa, yo empecé primero, y anunciara su dimisión.

Salud y República

P.D. Mientras tanto, pidamos al menos que las cuentas de la familia real se conozcan en detalle y desaparezca ese único privilegio de “partida secreta” –tanto como la fórmula de la Coca-cola--, de la que no hay que dar cuenta a nadie, ni tan siquiera al Congreso.

Izquierda Unida ha lanzado una iniciativa para pedir esa transparencia necesaria. Si están de acuerdo firmen aquí esta campaña, o a la derecha de este blog.