Labordeta: El deber cumplido

Son varios los diputados que no repetirán, por distintas causas, en las próxima legistatura. A uno me quiero referir en particular. Uno que a penas ha tenido minutos para defender sus tesis. Desde un principio, dentro del grupo mixto, ha sido una referencia de dignidad, honradez y transparencia. Lo que ha querido decir, lo ha dicho. No es un hombre que se haya planteado nunca ser políticamente correcto. Un hombre con una mochila llena de sabiduría a sus espaldas.

José Antonio Labordeta ha sido un tipo genuino y único. Enseñante de profesión, cantautor por vocación y político por impulso ético, ha defendido a su tierra y a la progresía siempre. En el parlamento con sus intervenciones y su voto, antes en el franquismo con sus enseñanzas y su sabia palabra cantada. No ha tenido miedo nunca de decir lo que pensaba. Ha sido un ejemplo de parlamentario y su vida política ha estado llena de seriedad, rectitud y honradez.

Ser de izquierdas le ha hecho pasar momentos difícil con la derecha en el Congreso. Los diputados del PP, a su paso hacia la tribuna de oradores, le insultaban y le preguntaban, despectivamente, por su mochila. Una mochila llena de cultura, sabiduría y bonhomía, de la que podían haber tomado ejemplo. Y le interrumpían durante sus intervenciones, a lo que no pudo contenerse y en una ocasión les mandó a la mierda.

Labordeta manda a la mierda a la bancada popular.


Hoy todos están de acuerdo (qué fácil es estarlo cuando uno se va), hasta el PP ¿? Y es que nadie puede negar su trabajo, su valentía y su defensa de Aragón. Ojalá muchos otros siguieran sus pasos. Al menos Labordeta ha sembrado la semilla. Se va con las manos vacías y el corazón a tope, sabiendo que cuando mire atrás, verá su deber cumplido.

¡Gracias amigo! Porque como tú, estoy convencido de que, de verdad, “habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad”.

Salud y República