25 agosto 2018

Se sublevan los hombres de Paco


Como setas en otoño, están apareciendo franquistas por doquier, y no es que no supiéramos que existían, pero hoy está quedando demostrado. Ha bastado con que se pretenda exhumar a Paca la Culona (perdón por el ultraje, pero si así le llamaban sus íntimos colaboradores –entre ellos Queipo de Llano--, yo no quiero ser menos).

Pues sí, los cardos del erial franquista están más espinosos, antes de marchitarse del todo. Los hombres de Paco están apareciendo por las esquinas tratando de apuntalar a su caudillo y temiendo que al desenterrarlo caiga uno de los mitos más protegidos por el populacho: “el culo blanco de Franco”.

Esa cancioncilla que tanto cantaban mis hijos cuando eran pequeños y que yo escuchaba con desprecio sobre todo porque además de interesarme poco el color del culo del genocida, se daba publicidad de un detergente de forma gratuita. Quién sabe si fueron los fabricantes del jabón quienes consiguieron hacer un hit de esa canción cantada por niños y jóvenes sin pudor. Aunque, reconozcámoslo, una letra que supera a la de la pelotillera Marta Sánchez.

Pero he aquí que, como decía anteriormente, el caso de la exhumación del dictador ha levantado de su cómodo lecho a los franquistas, hoy pocos, pero en pie de guerra. Y, vemos como, ante la desesperación de ver que el franquismo puede comenzar su final, se muestran contrarios al evento y han decidido plantar cara. Unos con hipocresía y de forma cobarde, con aquello de que era mejor no menear el pasado, removerlo es peor. Otros, más directamente, defendiendo a su genocida con fuerza y pasión, que para eso se han beneficiado de tener un bastón en donde agarrarse.


De los apasionados no hablaré, que referirse a gente con pasión por Franco es poco saludable y puede conducir a la sinrazón. Sin embargo, sí que quiero hablar de los que, escondiéndose en las cuestiones de forma, pretenden hacernos creer que mover al exterminador de El Pardo de su actual lugar de reposo, es una cosa inútil, que no es una prioridad, que es una cuestión de venganza de esa izquierda radical y comunista que sólo pretende dividir y traicionar a España.

Y ahí están, los hombres de Paco (Franco). Se encuentran en distintas esferas. Por ejemplo en la política. Partidos como Ciudadanos y PP, tienen sus franquistas propios. Recordemos que, por ejemplo Girauta, el número tres de C’s, escribió un libro sobre Azaña, avalado por el franquista Pío Moa que, tergiversando la historia, echa la culpa de la guerra civil a los republicanos.

Del PP, hay muchos ejemplos, desde Hernando, que insultó a las víctimas llamándolas peseteras, hasta el propio Casado que los llama carcas y les desprecia en sus discursos. Y todo ello pasando por distintos episodios de cargos, como concejales o diputados autonómicos, a los que, de vez en cuando, se les calienta la boca, y defienden al tirano con fervor. Es necesario recordar que este partido lo fundó un franquista y todavía no ha repudiado, públicamente, a su jefe espiritual.

Pero hay más, ahí están periodistas como Marhuenda, para el que Franco no es un dictador, o el gran Inda, al que sólo le falta venerar al genocida.

Y muchos más, pero a mí me gustaría hablar de uno, sólo uno que es importante. Me refiero a Felipe VI, ese que, debido al dedo de Franco y a su sangre azul heredada, hoy es el Jefe del Estado. Ese que ha tenido también la oportunidad de salvarse de la quema y, sin embargo, calla para no delatarse como otro franquista. Basta ver, como no ha puesto la menor oposición a que se adjudicara el ducado de Franco a la nietísima, o que, a pesar de ser el jefe del ejército, no haya dicho nada sobre esa carta en la que 600 militares retirados ensalzaban al asesino. Ha seguido el camino de su padre, el impune Juan Carlos, que siempre defendió a Franco, agradeciéndole que le nombrara rey de las Españas Imperiales.

Sí, los hombres de Paco son muchos. Algunos han sido nombrados aquí, pero ojo que hay más, aunque ya saben que su lugar en la historia irá unido al de su ‘ejemplar líder’. El principio del final está en marcha. Sólo les queda el pataleo, la infamia y la falsa defensa. ¡Que así sea!

Salud y República

1 comentario:

Javiguanarteme dijo...

JJJJ. ¿Paco o Paca? Según Queipo de Llano, Paca, "la culona". Que tanto franquista nos lo explique. JJJJJ