Como setas
en otoño, están apareciendo franquistas por doquier, y no es que no supiéramos
que existían, pero hoy está quedando demostrado. Ha bastado con que se pretenda
exhumar a Paca la Culona (perdón por el ultraje, pero si así le llamaban sus
íntimos colaboradores –entre ellos Queipo de Llano--, yo no quiero ser menos).
Pues sí, los
cardos del erial franquista están más espinosos, antes de marchitarse del todo.
Los hombres de Paco están apareciendo por las esquinas tratando de apuntalar a
su caudillo y temiendo que al desenterrarlo caiga uno de los mitos más
protegidos por el populacho: “el culo blanco de Franco”.
Esa
cancioncilla que tanto cantaban mis hijos cuando eran pequeños y que yo
escuchaba con desprecio sobre todo porque además de interesarme poco el color
del culo del genocida, se daba publicidad de un detergente de forma gratuita.
Quién sabe si fueron los fabricantes del jabón quienes consiguieron hacer un
hit de esa canción cantada por niños y jóvenes sin pudor. Aunque,
reconozcámoslo, una letra que supera a la de la pelotillera Marta Sánchez.
Pero he
aquí que, como decía anteriormente, el caso de la exhumación del dictador ha
levantado de su cómodo lecho a los franquistas, hoy pocos, pero en pie de
guerra. Y, vemos como, ante la desesperación de ver que el franquismo puede comenzar
su final, se muestran contrarios al evento y han decidido plantar cara. Unos
con hipocresía y de forma cobarde, con aquello de que era mejor no menear el
pasado, removerlo es peor. Otros, más directamente, defendiendo a su genocida
con fuerza y pasión, que para eso se han beneficiado de tener un bastón en
donde agarrarse.
De los
apasionados no hablaré, que referirse a gente con pasión por Franco es poco
saludable y puede conducir a la sinrazón. Sin embargo, sí que quiero hablar de
los que, escondiéndose en las cuestiones de forma, pretenden hacernos creer que
mover al exterminador de El Pardo de su actual lugar de reposo, es una cosa
inútil, que no es una prioridad, que es una cuestión de venganza de esa
izquierda radical y comunista que sólo pretende dividir y traicionar a España.
Y ahí
están, los hombres de Paco (Franco). Se encuentran en distintas esferas. Por
ejemplo en la política. Partidos como Ciudadanos y PP, tienen sus franquistas
propios. Recordemos que, por ejemplo Girauta, el número tres de C’s, escribió
un libro sobre Azaña, avalado por el franquista Pío Moa que, tergiversando la
historia, echa la culpa de la guerra civil a los republicanos.
Del PP, hay
muchos ejemplos, desde Hernando, que insultó a las víctimas llamándolas
peseteras, hasta el propio Casado que los llama carcas y les desprecia en sus
discursos. Y todo ello pasando por distintos episodios de cargos, como
concejales o diputados autonómicos, a los que, de vez en cuando, se les
calienta la boca, y defienden al tirano con fervor. Es necesario recordar que
este partido lo fundó un franquista y todavía no ha repudiado, públicamente, a
su jefe espiritual.
Pero hay
más, ahí están periodistas como Marhuenda, para el que Franco no es un
dictador, o el gran Inda, al que sólo le falta venerar al genocida.
Y muchos
más, pero a mí me gustaría hablar de uno, sólo uno que es importante. Me
refiero a Felipe VI, ese que, debido al dedo de Franco y a su sangre azul
heredada, hoy es el Jefe del Estado. Ese que ha tenido también la oportunidad
de salvarse de la quema y, sin embargo, calla para no delatarse como otro
franquista. Basta ver, como no ha puesto la menor oposición a que se adjudicara
el ducado de Franco a la nietísima, o que, a pesar de ser el jefe del ejército,
no haya dicho nada sobre esa carta en la que 600 militares retirados ensalzaban
al asesino. Ha seguido el camino de su padre, el impune Juan Carlos, que
siempre defendió a Franco, agradeciéndole que le nombrara rey de las Españas
Imperiales.
Sí, los
hombres de Paco son muchos. Algunos han sido nombrados aquí, pero ojo que hay
más, aunque ya saben que su lugar en la historia irá unido al de su ‘ejemplar
líder’. El principio del final está en marcha. Sólo les queda el pataleo, la
infamia y la falsa defensa. ¡Que así sea!
Salud y
República
1 comentario:
JJJJ. ¿Paco o Paca? Según Queipo de Llano, Paca, "la culona". Que tanto franquista nos lo explique. JJJJJ
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