Viernes 13: Y el rey estaba allí

Ahí lo tienen. Esta gente utiliza a quien sea para llevar a su huerto al personal. Y ¡qué casualidad!, en el consejo de ministros más importante por la gravedad y dureza de las medidas a tomar, de los últimos tiempos, han echado mano del rey. Justo en el viernes 13, en el consejo de ministros más terrorífico: él estaba allí.

El rey, este amante de los animales, este benefactor puesto por Franco, este gran hombre que no da cuentas a nadie de lo que hace, allí estaba ayer, validando lo que Rajoy y Cía. estaban decretando. Unas medidas, las peores, en contra de la ciudadanía. Una burla y una tomadura de pelo, justo lo contrario de lo recogido en su programa y en las declaraciones hechas en los últimos tiempos.

Y él, con su campechanía conocida, recogiendo el guante y alineándose con los suyos, en contra de la mayoría de los españoles. Y no es que me extrañe, esta guerra no va con él, que dispone de fondos casi ilimitados para sus caprichos y que de crisis no entiende ni jota.

Su sensibilidad se ha puesto a prueba. Ha sancionado con su presencia las medidas más crueles aprobadas contra este país. Y tan contento.

Lo grave es que encima nos quiera dar lecciones. Justo él, que representa el privilegio más alto, lo más alejado de la democracia, lo opuesto a austeridad y solidaridad. Ahora resulta que se permite aconsejarnos y nos pide solidaridad y espíritu de sacrificio. Hay que tener cara dura.

Desde luego, siempre había entendido que cuando alguien da consejos debería predicar con el ejemplo. Ya saben ustedes el ejemplo de austeridad y de solidaridad que nos da este caza-elefantes y su ‘querida’ familia.

¿No sería mejor que no hubiera asistido y se hubiera callado? Aunque hubiera seguido siendo el mismo, al menos, no habría pecado de descarado y falso.

En fin, francamente (adjetivo que le va de miedo a Juancar) no me ha sorprendido su actitud y tampoco la de Rajoy, llamándole como aliado para que se pringue, pero si que no termino de acostumbrarme a este descaro de manipulación y de cochambre que rodea al personaje.

Ahí queda el buen señor, en su sitio. No podía ser neutral en un viernes maldito como éste. Un viernes y trece donde él ha apostado por los suyos, en contra de ese pueblo al que dice que representa. Se ha quedado con los que han machacado a los más débiles, a los parados, a los ciudadanos en general. Y encima pide sacrificios y solidaridad. Y es que él vive en otro mundo, eso sí, bien y con nuestro dinero.

Salud y República