El PP y Gallardón bajan estrepitosamente

Es verdad que cambiar la realidad política no es fácil. Es cierto que después de todo lo que han hecho los peperos merecerían estar más abajo; pero también es verdad que, aunque lentamente, el electorado va avisando y se va alejando, de forma tranquila pero determinante, de este gobierno.

Ayer una encuesta que publicaba El País, hablaba claramente del desgaste pepero, por primera vez. Desde las elecciones hasta hoy, según esta encuesta el PP baja del 46,4% al 30%, total más de 16 puntos, que no está mal. El PSOE recupera sólo, a pesar de la pérdida de votos del PP, un 1,7%, pasando del 23% al 24,7%. Siendo las grandes formaciones beneficiadas IU y UPyD las que ganan 5 puntos cada una.



 
 El PP si estos datos se verificaran y hoy hubiera elecciones sacaría aproximadamente unos 140 diputados –muy lejos de la mayoría absoluta--, el PSOE estaría en los 120, IU 30 y UPyD 20. Todo esto a pesar de contar con una ley electoral que perjudica sustancialmente a las dos formaciones menores.


Pero, además de los recortes salvajes, del atentado contra el Estado del Bienestar y la subida de impuestos, parece que hay otra razón más que ha llevado al PP a esta debacle. Y esta razón hay que buscarla en el retroceso de leyes sociales y democráticas que han elaborado o han anunciado.

Un ejemplo claro, es la ley del aborto. Esta metedura de pata de Gallardón seguro que ha ayudado a estos resultados. La prueba está en el cuadro que presenta El País sobre la aceptación de la labor del gobierno.


En todas las encuestas realizadas, Gallardón era el miembro del gobierno mejor valorado. Hoy, además de no aprobar ningún ministro, el exalcalde de Madrid ha pasado de ser el primero en aceptación a ser el noveno, de los trece ministros.


Está claro que Gallardón se ha equivocado. Como no es tonto y además se mueve a golpe de encuestas y de aceptaciones –es lo que le pide su ego--, no me queda la menor duda de que, si cambia la ley del aborto, no se atreverá a quitar el supuesto que habla de malformaciones y minusvalías.

Ha perdido la batalla, esa batalla que hizo, bien como cortina de humo por la que está cayendo o bien para promocionarse entre los ultras de su partido --en una posible sucesión del rey Mariano--, le ha salido mal. Y ya se ha dado cuenta. Querer congraciarse con la ultraderecha de su partido le ha alejado de gente que le tenía por un hombre moderado. Ha pagado su precio.

Es verdad que es una encuesta y no se trata de cantar victoria. Simplemente es una encuesta fiable –Metroscopia es una empresa que trabaja bien— y saca la foto de un momento determinado, el de hoy. Hablar de resultados electorales próximos es muy prematuro, sin embargo es un síntoma bueno ver que empieza a cuajar en la ciudadanía, también la que votó al PP, las salvajadas y el mal gobierno de Rajoy y Cía. Ojalá que siga la tendencia.

Salud y República