Cosas del "beato Belloch"

El domingo comenté que la V jornada laicista que se había celebrado en Rivas Vaciamadrid había sido un éxito de organización, asistencia y de nivel intelectual. Y así fue.

La ponencia que más me gustó fue la de la relación de Laicismo y Política, defendida por Jesús Espasandín. Allí se demostró lo timorato que es este gobierno socialista, y el partido que lo sustenta con respecto a la Iglesia.

Sé que hay laicos dentro del partido socialista, yo los conozco, dicen que también los hay en el PP (no conozco ninguno), pero desde luego es difícil que un partido donde existen los "Bono, Vázquez y Belloch", se pueda hablar de partido laico. Y bastan los hechos para demostrarlo.

Para dejar claro como actúan algunos de esos mandamases socialistas, os voy a copiar una invitación que hace el ilustre catoliquísimo Belloch (ya saben el del Cristo móvil, del despacho al salón de plenos y viceversa) a los otros concejales a los actos religiosos de San Valero, el próximo día 29:

Me lo han enviado los amigos de MHUEL (Movimiento Hacia un Estado Laico) de Zaragoza y aquí sigue la explicación del acto, no dejéis de leerlo. Un ejemplo de "laicismo puro y duro":

El día 29 de enero, jueves, el Alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y toda la Corporación Municipal de la ciudad (salvo los concejales de CHA e IU) comerán el roscón tradicional del día (parecido al de Reyes o la “mona” de Pascua) en la sacristía de la catedral de La Seo, acompañados del Arzobispo y su Cabildo, tras asistir a una Misa Pontifical y a una procesión presidida por unas reliquias de san Valero (cráneo y un brazo), patrón de la ciudad.

En la tarjeta de invitación que el Alcalde zaragozano dirige a los miembros de la Corporación Municipal puede leerse que el Alcalde “ruega” a sus concejales la asistencia a una “solemne Misa de Pontifical” en la catedral de su ciudad (en el artículo 13 del Protocolo municipal tal “ruego” se convierte en obligación). Previamente, en procesión, la Corporación Municipal se dirige a la Catedral en procesión, precedida habitualmente por guardias y caballos engalanados, recogeboñigas, maceros, banda y demás parafernalia al uso en estos casos.

En la citada tarjeta de invitación se lee también que los concejales (salvo, repito, los de IU y CHA), deben ir en la etiqueta preceptiva (“traje oscuro y Banda e insignia de Concejal”), y en el debido orden de protocolo: Arzobispo y Cabildo delante, después los miembros de la Corporación municipal , “en orden inverso, el último el Alcalde”. En la procesión se harán dos paradas: la inicial, para que el jerarca católico recoja unas reliquias de san Valero (como se ha dicho, su cráneo y los restos de uno de sus brazos) y otra, posterior a la misa, para devolver las reliquias a su capilla originaria y “venerar la reliquia” (sic, en la propia tarjeta).

A renglón seguido toda la comitiva eclesiástica y municipal se dirijan a la sacristía del templo “a tomar el roscón”. Como el Alcalde parece cuida hasta los más nimios detalles, aconseja también en la tarjeta de invitación a sus concejales que “sería conveniente llevar una moneda de un euro para el óbolo”, si bien no aclara cuál es el objeto final de dicho óbolo, pues “óbolo”, según el diccionario de la RAE, es una “pequeña cantidad con la que se contribuye para un fin determinado”, aunque es de suponer que la intención del Alcalde y de la Corporación Municipal de Zaragoza asistente a semejante acto (PSOE, PP, PAR) sea destinar ese donativo al sostenimiento de la Iglesia Católica.

Toma ya, laicismo del puro ¿o no?

Salud y República