Es verdad que las cifras oficiales del paro hablan de que
tenemos menos de 4.000.000 millones de parados. Es verdad que la bajada del
paro es importante. Lástima que se olvide que hay algo más que números en los
datos –personas-- y que hay otros datos que ensucian y amargan esa felicidad
que los peperos quieren encontrar a toda costa, al inicio de una campaña
electoral.
Porque la verdad les escuece. Sólo dicen lo que les
interesa, sin importarles la situación real. Una situación difícilmente
soportable, porque al escucharles, nada dicen de la estacionalidad, y se
olvidan, intencionadamente, de que muchos de los que trabajan no llegan a final
de mes, y que la tasa de cobertura del desempleo está en mínimos históricos y
solo cubre al 52% de los parados, cuando en 2010 era del 81%.
Este gobierno no entiende, ni le interesa saber, que detrás
de las cifras que ellos encuentran maravillosas, hay personas en condiciones
indignas, cada vez hay más pobres.
Más del 95% de los contratos que se firman son precarios.
Por no hablar de la desigualdad, que cada día que pasa supone una fractura
mayor entre los ricos --cada vez lo son más-- y los pobres, que cada vez son
más.
Cáritas, una organización dependiente de la Iglesia y por lo
tanto poco sospechosa de ser de izquierdas, ha puesto los puntos sobre las íes
en su informe anual. Y destacan entre sus afirmaciones, las siguientes:
- A pesar del crecimiento económico, está
aumentando la exclusión social
- La desigualdad, la pobreza y el
desempleo están creando una España a dos velocidades
- Débil e insuficiente recuperación del
empleo
- Cada vez hay mayores diferencias entre
el norte y el sur
- Los ingresos de los hogares han caído
un 10% de media durante la crisis
- La pobreza aumenta de media un 9% al
año
- Una de cada seis personas que trabajan
son pobres
- La tasa de pobreza entre los
trabajadores alcanza casi el 45%
Es más, Cáritas emplaza al gobierno que salga después del
26-J a crear un fondo de 10.000 millones de euros para proteger a los grupos
sociales vulnerables.
Pero, como si nada. Ahí les tienen ustedes a D. Mariano, a
la ministra Báñez (la peor ministra de trabajo que se recuerda) y a otros
peperos, contentísimos por sus logros, felices por haber aumentado la pobreza y
la desigualdad. Contentos por haber servido a los suyos, a los poderosos.
Insensibles ante la mayoría de los ciudadanos y muy sensibles a ensalzar unos
datos que como mucho se podrían calificar de menos malos, en su época.
En fin, ellos son así. En esto no engañan, están felices porque
han conseguido lo que querían, poner España al servicio de los bancos alemanes,
seguir ayudando a los bancos españoles (ahora podrán aumentar su capital 10.000
millones, de lo que deben por el impuesto de sociedades) y ampliar la
desigualdad, por aquello de que la clase media estorba, sólo quieren que haya
ricos (ellos y su gente) y pobres (el resto) que les trabajen o les sirvan.
Sólo hay una forma de cambiar esto, y es votando el 26-J a
favor de la única alternativa posible, la que puede cambiar esta desvergüenza,
Unidos Podemos. Todo lo demás, significará más sacrificios, más recortes, más
desigualdad y más penuria para los más débiles.
Salud y República
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