Ahí la tienen ustedes, más chula que un ocho, más campechana
que Juan Carlos, como si no fuera con ella. No está dispuesta a conjugar el
verbo dimitir. Eso sí, acusa a los demás de recibir mamandurrias y, sin ninguna
duda, podría ser nombrada la Condesita del Alto Mamoneo.
Mientras, sigue rodeada de porquería por todos los lados,
siguen saliendo más cuestiones que la obligarán a dimitir y, sin duda, a ser
imputada. Pero ella, no sabe, no contesta, y la fiscalía, de forma
inexplicable, siguen sin encontrar motivos para investigarla, algo difícil de
comprender.
Lo de la Púnica es de escándalo supremo. Cada día se van
descubriendo más corruptelas que la cercan. Y qué decir de la Gürtel, donde
Madrid ha quedado como la segunda comunidad, después de Valencia, y a poca
distancia, manchada por esa trama mafiosa.
Se ha demostrado que el PP se ha financiado ilegalmente, lo
que conlleva a haber jugado con ventaja en las elecciones celebradas, puesto
que han sido pagadas, en gran parte, con dinero negro y por beneficiarios de
servicios.
Por no hablar del Canal de Isabel II (empresa pública de la
CAM), donde durante los mandatos de la condesa consorte y de su sucesor,
González, se han enchufado a decenas de familiares y cargos peperos. Donde se
han gastado millones de euros de dinero público para limpiar la imagen de
dirigentes del PP. Donde la Fiscalía está investigando una desaparición de 15
millones de euros. Todo ello ha convertido a esta empresa en la cueva de Alí
Babá.
Y, hoy, el no va más. Resulta que mientras la lideresa era
presidenta de la CAM, era, a la vez, accionista de una empresa junto a su
marido: Savial S.L. Pues bien, esta empresa a pesar de estar en quiebra técnica
recibió unos créditos por tres millones del BSCH y de Caja Cataluña. Un crédito
que sirvió para jugar en Bolsa. Y, además, recibió hasta el año 2014,
subvenciones públicas por valor de cuatro millones de euros (una pequeña
mamandurria).
O sea, una empresa dedicada a la ganadería y la agricultura
cuyos propietarios son Aguirre y su marido (la lideresa dice que donó sus
acciones a su marido en 2005, pero no ha presentado ninguna prueba de que ha
sido así), casi en bancarrota, recibe préstamos de dos bancos importantes, en
una situación financiera incomprensible y además recibe hasta 2014,
subvenciones (eso que Aguirre llama mamandurrias cuando las reciben otros) por
valor de cuatro millones de euros.
Esta mujer, incomprensiblemente, todavía en la política
activa, debería ser investigada sin dilación. No es posible que esté pasando
por la política española con los escándalos que la rodean y algunos que la
alcanzan de pleno, como el de la empresa Savial S.L.
Esperemos que la fiscalía actúe en consecuencia y esta
señora que no quiere dar explicaciones de lo que hace y, sin embargo, insulta,
levanta falsos testimonios, y criminaliza a los demás, deba explicarse ante un
tribunal, que ya está bien de tomaduras de pelo.
La lideresa está más cerca de saltar por los aires de una
vez, la política decente no puede permitir que personajes como ella sigan
despreciando la democracia y riéndose de los ciudadanos. Hay motivos, más que
suficientes, para que se vaya, y pague el daño que durante sus mandatos ha
hecho a los madrileños. Y, que no se le olvide devolver el dinero de las
mamandurrias que ella directamente, o familiares o amigos suyos, han recibido
por ser quienes son.
Salud y República
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