25 septiembre 2007

Suárez y Cía

Hoy cumple Adolfo Suárez setenta y cinco años. Felicidades. Su estado de salud, por desgracia, no le permite gozar de su cumpleaños. Suárez fue el presidente que condujo la transición. Un hombre que fue atacado desde todos los lados. Desde el régimen anterior fue acusado de traidor. Desde las filas democráticas le llamaron franquista.

Es difícil entender lo ocurrido si no se vivieron aquellos momentos. La situación era tal que para desmontar el franquismo sólo había dos soluciones, o lo hacían los mismos que procedían del régimen o tenía que acometerse un cambio revolucionario, por la fuerza.

Con todos los errores, que los hubo, fueron los mismos franquistas, empujados por el deseo colectivo de este pueblo, los que dieron paso al régimen democrático. Yo que fui opositor al régimen he de reconocer que de no haberse dado personajes con la talla de Adolfo Suárez no sé cómo habría acabado el postfranquismo.

Fue necesaria la intervención de personas del régimen que se dieran cuenta de la necesidad del cambio y que tuvieran la autoridad para poder hacerlo. Una vez resuelta, dedocráticamente por Franco, la herencia en la Jefatura del Estado, los tres ejes en los que se apoyaba el franquismo eran: el eje político, el Movimiento Nacional-Sindicalista; el eje religioso, la Iglesia Católica; y el eje militar, el Ejército y las fuerzas de Orden Público. Suárez, que fue el Secretario General del Movimiento, antes que presidente del Gobierno, se responsabilizó de coordinar el cambio y de mantener relaciones con las fuerzas democráticas futuras. El cardenal Tarancón fue el encargado del cambio en la Iglesia Católica. El General Gutiérrez Mellado fue el responsable de contener el ejército y convertirlo en una institución democrática.

Todos los cambios fueron difíciles. El cambio político se pudo realizar permitiendo a actores franquistas entrar dentro de partidos políticos donde pudieran jugar sus bazas (el más importante, no el único, fue Alianza Popular, también en UCD se refugiaron muchos ex-franquistas y en otros partidos de extrema derecha), olvidando su historia anterior, incluso a los que tenían manchadas las manos de sangre (produciéndose una amnistía encubierta). Además, entraron en la escena política los partidos democráticos que habían estado ilegalizados durante el franquismo (la legalización del Partido Comunista fue el paso más delicado). Mientras, las fuerzas militares y del orden fueron perdiendo poco a poco su ultrapoder franquista (no fue fácil y su persistencia al cambio llevó a una parte importante del ejército a dar el golpe de Estado del 23-F, afortunadamente abortado). Por último, la Iglesia se fue acomodando a su nueva situación, sin perder sus cuotas de poder en parcelas como la Educación y manteniendo su financiación estatal (hoy la Iglesia es más beligerante que en aquel momento).

Sin embargo, es de resaltar la valía de estos primeros espadas que permitieron el paso, mejorable sin duda, del franquismo a la democracia. Recuerdo con gratitud el esfuerzo que realizó el cardenal Tarancón (se hizo famoso el grito de los franquistas: Tarancón al paredón, al tachar de traidor al Presidente de la Conferencia Episcopal). Cómo no recordar el mérito de Gutiérrez Mellado quien, en más de una ocasión, en funerales de militares asesinados por ETA o en el mismo golpe de Estado del 23-F, fue insultado, zarandeado y ultrajado como un traidor. Y qué decir de Suárez que se jugó todo, con un cambio de régimen que debió abanderar convencido y desafiante contra las fuerzas vivas que, durante mucho tiempo, siguieron caminando sobre las aguas franquistas.

Un ejemplo para todos. Con sus errores y fracasos, el balance fue positivo y hoy no podemos por menos que recordar a quienes fueron los mayores artífices del cambio provenientes del régimen franquista. Desde mi posición crítica de entonces, que mantengo hoy en matices importantes, pero con la ventaja que da la visión histórica después de tres décadas, agradezco a Suárez y Cía. haber ayudado, de forma definitiva, a hacer posible que hoy seamos lo que somos, a pesar de todo.

Salud y República

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Son ejemplos de lo que Bobbio llamaba el buen traidor y que Ford retrató a la perfección, Wayne mediante, en ¿Quién mató a Liberty Valence?

Anónimo dijo...

valance, perdón

Anónimo dijo...

Aún recuerdo la portada de 'Cambio 16' la misma semana en la que fue nombrado presidente Adolfo Suárez. Para los más jóvenes, hay que decir que 'Cambio 16' era 'de lectura obligada' entre el mundo del 'hampa' antifranquista. Pues bien, aquella portada con la página completamente en negro, traía una foto pequeñita de Suárez y un texto a cuerpo chorrocientos que decía: "EL APAGÓN". ¡Vaya visión que tuvo entonces el ya difunto Juan Tomás de Salas!

Freia dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Hubo errores y desaciertos, pero yo también considero el balance positivo. Y creo que todos tardamos un tiempo en darnos cuenta. Muchas veces me he preguntado qué habría sido de este pais si el rey hubiera elegido a Silva Muñoz o López Bravo...

Salud

Eulalia dijo...

Cuando murió el hideputa, estaba viviendo en Jaca porqué mi entonces marido estaba haciendo la mili allí. El disfrutaba de pase pernocta por tener a la parienta viviendo en el pueblo, y como era suministrador del cuartel de Jaca y del de Candanchú, se podia permitir aparecer por ellos cuando le venía en gana.
Pero aquel día vino a buscarle un compañero muy de mañana.
Mientras él estaba en el cuartel bajé al piso de ladueña de la casa donde vivíamos, una Jacetana ya entrada en años, que había vivido la guerra civil. Y la buena mujer estaba acojonada. Temía, al igual que muchos de los habitantes del pueblo, que aquello derivara en otra guerra, pues eran conscientes que todo lo que hasta aquel momento se había estado moviendo en la sombra, a la espera de la noticia, derivara en una nueva confrontación.
Creo que no respiró tranquila hasta que vió a Juan Carlos jurar como rey y que tomaba las riendas del país. Porque en estos momentos nos podemos plantear la utilidad de la monarquía, pero entonces, a mi entender, fue clave en los hechos posteriores al 20N.
Si cuanto leí en aquel momento es cierto, fue él quien cesó a Arias Navarro (alias el llorica) y puso a Suarez al frente del ejecutivo (Corrijánme si estoy errada).
En cuanto a Gutierrez Mellado, hay que tenerlos muy bien puestos para enfrentarse a los que asaltaron el Congreso aquel aciago 23F.
Por cierto que poco después le escuché en una entrevista con Jesús Quintero, en su programa "El loco de la colina" y lo primero que le suelta es: -Mi coronel, ¿sabe Vd. algún chiste de militares?- Y G.M. se lanzó a contar algunos.
Pienso que son buena gente y lo hicieron lo mejor que pudieron, dadas las circunstancias.
Saludos.

Maripuchi dijo...

La historia suele poner a cada uno en el sitio que merece.
Creo que Suárez ha pasado ya a la historia de España.
Un beso, Rafa.

June Fernández dijo...

Como bien dices, es difícil opinar sin haber vivido esos años. Me fío de tu criterio.

Anónimo dijo...

El día del nombramiento de Suárez como Presidente del Gobierno me encontraba de fiesta en Priedrahita (Avila) y recuerdo que me cogí uno de los cabreos más grandes de mi vida, no olvidemos que Suárez era entonces Ministro Secretario del Movimiento, o sea el guardián de las esencias del régimen, por los que a priori no se podía esperar nada bueno de ese nombramiento sino involución.
POr suerte lo mismo que con Tarancón y Gutiérrez Mellado, aún siendo personas de derecha, supieron entender el momento histórico que le tocaba jugar y optaron por una actitud positiva y abierta con respecto al proceso político de cambio en que estaba inmersa la España de ese momento.
Un ejemplo de dialogo y tolerancia que debería tomar la derecha rancia y troglodita que representan los dirigentes actuales del Partido Popular.
Salud, República y Socialismo.

RGAlmazán dijo...

Manuel, Cambio-16, Triunfo y Cuadernos para el diálogo fueron revistas que contribuyeron a la llegada de la democracia, a pesar de fallos como el que tú dices. Un día hablaremos en el blog "El Abuelo Cebolleta" de esas revistas.
Freia, sí, se me pone la carne de gallina de pensar que hubiera pasado con Silva o con López Bravo.
Eulalia, es verdad que cuando juró el Rey se sintió un alivio colectivo, sin embargo juró en las Cortes Franquistas y sólo luego, demostró que el camino era el correcto (con matices).
Antonio, llevas razón, tanto los personajes de la derecha de aquella época como la iglesia que representaba Tarancón eran mucho más moderados que los de ahora.

Salud y República

Naveganterojo dijo...

Recuerdo haber leido( y no hace mucho),que incluso les dijo a algunos intimos,que quiza le tocara presentarse ante el rey para decirle que tenia que abdicar,eso es echarle un par de huev.. en aquella epoca.
Felicidades Adolfo.
Salud y republica

Anónimo dijo...

En mi opinión no fue en absoluto ningun acto de valentía. Fue un dictador que murió en la cama y un sistema que estaba abocado a cambiar ya que había que cambiar su aspecto y formas para subsistir en el mundo contemporáneo.
fijense que incluso auténticos dictadores como Bush lideran regímenes criminales pero bajo apariencias democráticas y con importantes cuotas de libertad individual.
hoy el totalitarismo sin elecciones, de culto al caudillo, es un modelo caduco que no sirve para esta época. sirvió en su momento como freno a las diferentes ideas socialistas pero ya no.
Ahora es lo necesario al nuevo totalitarismo de la economía de mercado y eso ya lo sabían los tecnócratas del Opus Dei desde hacia décadas, contra los anticuados fascistas del regimen que ya no servían y que abocaban a España a un aislamiento cada vez mayor.
El mérito que yo les daría es el de haber sabido salir de rositas de tantos crímenes y encima aparecer ante las historia como que ellos nos dieron la democracia (flaco favor le hacemos a esta si dejamos que esto sea así)
¿donde estuvo la valentia de esta gente para condenar los crímes del fascismo?
El modelo español es de verguenza, no hubo ruptura y los responsables no pagaron nada, más un, vivieron acomodados en los puestos del poder. en realidad fue aquello de "cambiar algo para que todo siga siendo igual"
Espero no haber infortunado este blog pero no me he resistido a poner una opinión diferente.

Salud!

RGAlmazán dijo...

Tico, todas las opiniones con respeto son aceptadas. Yo creo que hay algo de verdad en lo que dices. Es verdad que se vieron abocados por la historia, pero si no lo hubieran visto así ¿qué hubiera pasado? El saldo negativo de la memoria histórica está ahí y el hecho de haberse ido de rositas es verdad, pero también es verdad que dentro de los franquistas estos supìeron evolucionar y desde luego hoy, con todos nuestros defectos podemos decir lo que pensamos, y eso querido amigo, no es poco. Yo, al menos, que he vivido lo contrario, creo que es un avance muy importante, aunque me duelas ciertas cosas como a tí.
Intentemos cambiarlas ahora.

Salud y República

Anónimo dijo...

Manuel, lo que dices es verdad histórica, pero no es óbice para nada. Suárez sorprendió a todo el mundo, incluso a un juntaletras (dizque historiador) que tituló un artículo de prensa "Qué error, qué inmenso error" y acabó por ser ministro suyo.

Anónimo dijo...

Adolfo Suarez, dijo y con razón:

“Soy
una persona de la cual trata ya más la historia que la opinión. Espero
que su juicio sea benévolo conmigo porque traté de llevar, bajo el
amparo de la corona, lo que creí mejor para españa y para todos los
españoles.”

Creo que la Historia de esta época sólo será objetiva cuando pase mucho tiempo.

El el ámbito taurino, decimos:
Atoro pasao no hay naide mejor
que tu.

Anónimo dijo...
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