Me acabo de enterar de que Angelita Cuesta ha fallecido. Angelita, junto con su hermana Carmen que falleció hace dos meses, fue compañera de las Trece Rosas, aquellas trece jóvenes que asesinaron en agosto de 1939, por una simple venganza y por haber pertenecido (alguna ni eso) a las Juventudes Socialistas Unificadas.
Hoy, como tantas veces, también me acuerdo de ti, madre, que estuviste en la prisión de Ventas con ellas. Algunas os pudisteis salvar, pero luego tuvisteis que vivir medio escondidas, sin poder recordar vuestro pasado y sin poder llorar públicamente a vuestras amigas, a vuestra gente, durante cuarenta años.
Después llegó la transición, y os olvidó, pudisteis contar vuestra historia, pero las instituciones democráticas, esas a las que defendisteis años antes, esas por las que sufristeis, no quisieron escucharos, se volvieron voluntariamente sordas.
Y no os devolvieron esa dignidad, perdida por haber sido republicanas, por haber defendido el orden constitucional, por haberos enfrentado al fascismo. Mientras en este país oscuro se colocaban en puestos principales los franquistas reconvertidos en demócratas convenidos, para mantener el poder que les facilitó el nuevo régimen.
Angelita Cuesta, como todas vosotras, las que pudisteis sobrevivir, lo hicisteis con sufrimiento, contra corriente, con miedo, con represalias, pero lo hicisteis sin bajar la cabeza. Hasta el último día. Un accidente segó su vida, pero tuvo tiempo para decir que la enterraran con la bandera republicana encima del féretro. Un gesto que dice mucho de esta mujer, hasta el último momento.
Quiero dedicaros a vosotras, mujeres republicanas, mi más sincero reconocimiento. A muchas en la cárcel, os torturaron, os violaron, os marcaron, y hoy sabemos que también a muchas de vosotras os robaron vuestros hijos para apartarlos del “mal rojo”. Esos canallas os destrozaron la vida, y cuando parecía que se podía levantar la vista, fue un espejismo y os encontrasteis solas, sin apoyo de las instituciones democráticas.
Hoy todavía estáis mal tratadas por las instancias oficiales, los grandes partidos no quieren saber nada de vosotras, se apresuran a pasar página. Unos, como herederos de los franquistas, coherentemente, siguen pensando que ganaron la guerra, y los otros –que irónicamente se hacen llamar socialistas— con una desvergüenza tremenda, os han ido dejando morir, silenciando vuestra memoria y sin mirarse en el espejo de la historia, para no sentir escalofríos por cobardes. Sólo se atrevieron a elaborar una ley de la Memoria Histórica descafeinada, para cumplir con el trámite, miedosos ante la derecha y la Iglesia.
Todavía muchos de vuestros compañeros y compañeras yacen en cunetas, el templo del franquismo, el Valle de los Caídos, sigue siendo un homenaje a los genocidas y asesinos. Y si alguien se atreve a defender vuestro honor y dignidad o a tratar de reconocer y enterrar a vuestros compañeros, como hizo Garzón, le imputan por la comisión de un delito. El único juez que se ha atrevido a dar un paso adelante a favor de dignificar vuestra memoria, hoy se encuentra a la espera de un juicio que será un paripé, porque la sentencia de culpabilidad está escrita, desde que se inició el proceso.
Sólo os puedo prometer una cosa --probablemente no podremos hacer que seáis reconocidas y recompensadas como merecéis: mujeres que defendieron el orden democrático y que por ellos sufristeis cárcel, violencia y torturas—, que hay gente, mucha gente de a pie, que por encima de todo, que, en contra de lo que les gustaría al poder institucional, vamos a luchar por mantener vuestra memoria hasta que se nos acaben las fuerzas. Porque somos muchos los que sabemos que vuestro sufrimiento y vuestro recuerdo no puede quedar en el olvido; y gente como Angelita, como todas vosotras, tiene que pasar a la historia por la puerta grande. En ese empeño nos esforzaremos, para cumplir el deseo que Julia Conesa, una de las Trece Rosas, escribió en su última carta, a pocas horas de ser asesinada: que vuestro nombre no se borre de la historia.
Salud y República
P.D. Esta entrada se puede completar con el homenaje que Javi Larrauri ha hecho a dieciocho Mujeres Republicanas, de quien he tomado la segunda ilustración.
14 comentarios:
Me entero por ti de la muerte de Angelita, Rafa, y la lamento contigo. Sólo esperemos que su memoria viva, porque sobrevivir en estos tiempos es ya algo heroico que precisa las mejores guías y los más comprometidos ejemplos. Un abrazo.
Que sus nombres no se borren de la historia!!!
Suscribo todas y cada una de tus palabras emocionadas.
Un abrazo
Precioso homenaje y emotivo texto. Estoy contigo, Rafa: Que su nombre no se borre de la Historia.
Una forta abraçada!
(Sigo sin conexión...)
Como cada vez que mencionas a tu Madre, a todas estas Hermosas y Valientes Mujeres, me estremezco, Rafa, y bien que lo sabes!
Sabes que lo difundí, antes de abrir La Jaima, en los foros de la Ser donde participaba, en un Blog que tenía en el País, y que "tuve" que cerrar, todo eso lo sabes, ¿verdad?..
Rindamos un sentido Homenaje A Angelita,a su Hermana Carmen que vivieron también la represión ignominiosa a los mineros del 34 en Asturias.. A tu Mamá,ahora y siempre, estamos a su lado.. en nuestros corazones están..¡SU NOMBRE NO SE BORRARÁ NUNCA DE NUESTRA MEMORIA!
Unos besos muy sentidos y emocionados, Rafa..
Sólo puedo darte las gracias en nombre de todas ellas.
Conforme iba leyendo una gran congoja se iba apoderando de mí.He tenido que parar y volver a leer
Gracias y gracias, y hoy quedo un poco más desarmado.
Un fuerte abrazo republicano
Lamento mucho la muerte de Angelita, a la que no conocía. Es muy cobardeabandonarlos en el olvido, con el único fin de silenciarlos conforme vayan muriendo.
Precioso homenaje,es tarea nuestra que sus nombres no se pierdan,un saludo.
Una entrada conmovedora Rafa. Cuando leí la noticia esta mañana en el diario Público, rápidamente me acordé de ti.
La historia de todas estas mujeres, la historia de tu madre, como bien señalas han sido olvidadas institucionalmente. No por parte de sus familiares, ni de sus amigos, ni de otra mucha gente que sabe lo que estás mujeres republicanas hicieron por la defensa de la libertad.
Un abrazo especial
Descanse en paz la compañera antifascista. Su lucha no quedará en el olvido.
Como tu dices hoy solo nos cabe reivindicar su memoria.
Salud, República y Socialismo
Gracias por tu post, hoy especialmente. Quizás si no hubiese que pagar los desaguisados, no importaría reconcerse muchos de ellos.
Todo es poder, y sobre todo poder económico, una desgracia a para todos.
Que descansen en paz, y que siempre sean recordadas.
Salud
Un homenaje precioso.
Bicos
Publicar un comentario