Gran meada popular

Leo una noticia veraniega que me ha llamado la atención. No digo yo que esté bien orinar en la vía pública, así por que sí, aún recuerdo los antiguos carteles que lucían muchas tapias de antaño donde se podía leer:

Resulta que dos jóvenes que venían de fiesta con ganas de desbeber y se ve que con incontinencia desmedida, se pusieron a hacer las aguas menores en plena vía pública y mira por donde les pilló un guardia municipal, que inmediatamente procedió a denunciarlos.

Este hecho que se debe de repetir a menudo, cualquiera de nosotros seguro que lo ha visto alguna vez --es más, qué joven de mi generación no lo ha hecho alguna vez--, y no deja de ser una guarrería, no es proporcional a la multa que les puede caer a los dos muchachos, 750 euros a cada uno.

Me parece absolutamente desproporcionado que el litro de orina derramado salga a precio de caviar doble cero. Y no digo yo que no haya que castigar a estos gamberros pero de esta forma es posible que quienes salgan castigados sean los padres de los jóvenes multados. Pero, aquí se ve un afán recaudatorio por parte de la autoridad municipal, que estoy seguro que a este precio le encantará que haya más personal que siga con esta afición a "la micción a la intemperie"  para así llenar las arcas locales, que a buen seguro, estarán depauperadas con esto de la crisis.

Y ocurre que también lo ven así algunos vecinos que con gran sentido del humor han convocado una meada colectiva en el pueblo, el próximo día 22, como solidaridad con los jóvenes y en contra de esa desproporcionada multa. No digo que me parezca bien, sí que me parece que es una respuesta original. Ya veremos cómo actúa la policía municipal si medio pueblo se pone a mear desde el puente.

Yo no soy partidario de este tipo de castigo pecuniario. Pienso que hay otros que serían más eficaces, por ejemplo, que efectúen durante unos días trabajos para la sociedad, para el municipio. Así, podrían dedicarse a limpiar los urinarios públicos o de las instalaciones municipales durante una semana. Me parece mucho más eficaz, me temo que se lo pensaría antes de volver a reincidir y se evitaría la supuesta respuesta vecinal. Lo que ocurre es que así no se llenarían las arcas municipales, y tampoco es eso.

Salud y República