Todos hablan de financiación y de dinero, que si el presupuesto del Estado, que si el déficit público, que si la financiación autonómica --con más o menos tino, resuelta--, pero se ve que aquí nadie habla de financiación municipal.
Resulta que toneladas de tinta se ha llevado la financiación autonómica y parece que ya está todo resuelto. Ahí quedan, los ayuntamientos, esos entes que están más cerca que nadie de los ciudadanos y que cubren necesidades que no entran dentro de sus competencias, ya es hora de que hablemos de la financiación local. Por ello he elegido este artículo de Nuria Bosch, aparecido en Público, que habla de esa necesidad y aquí lo copio íntegro:
Financiación local (por Nuria Bosch)
Una vez acordado el nuevo sistema de financiación autonómica, es la hora de abordar la financiación local. Dados los graves problemas financieros que sufren actualmente los gobiernos locales, no se puede posponer más la reforma en profundidad de su financiación. La tributación local, excepto algunos cambios como la supresión parcial del IAE (Impuesto de Actividades Económicas), deriva de 1987 con muchos aspectos problemáticos que deberían reformarse; la participación local en los ingresos generales del Estado es insuficiente y sus criterios de distribución inadecuados; las participaciones locales en los ingresos autonómicos están por desarrollar; una parte importante del gasto municipal corresponde a servicios impropios (competencia de otros niveles de administración), sin que el sistema de financiación actual los cubra; el peso de los gobiernos locales dentro del sector público es parecido al del inicio del período democrático; las participaciones locales en los grandes impuestos estatales han de adaptarse a los nuevos porcentajes autonómicos de participación, y así podemos continuar con un largo etcétera.
Además de estos problemas, la actual crisis financiera castiga fuertemente a las arcas municipales al basarse en tasas e impuestos relacionados con la actividad inmobiliaria. La caída recaudatoria de estas figuras es notable.
La reforma de la financiación local tiene que apostar por un fortalecimiento de la imposición sobre la propiedad inmobiliaria a través del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI). El uso de beneficios fiscales en este impuesto debería minimizarse al objeto de ampliar su recaudación. Asimismo, si se quiere que el IBI cumpla una función preventiva contra la retención especulativa del suelo edificable, se deberían autorizar tipos diferenciados y progresivos en el tiempo con los que incidir sobre comportamientos especulativos. Por último, la aproximación de los valores catastrales a los reales de forma suave y pacífica debe ser un objetivo de cualquier reforma de la Hacienda local. Se debe mejorar la gestión catastral y permitir la cooperación interadministrativa para optimizarla.
El IBI debería complementarse con una imposición que se adecuase a la nueva filosofía que vincula la financiación local a la prestación de servicios personales. Ello exige una mayor vinculación entre fiscalidad local y variables económicas como renta y consumo, frente a un esquema de financiación local apoyado en la imposición sobre la propiedad y vinculado a la prestación de servicios locales relacionados con la propiedad inmueble. Por ello, la tributación sobre la renta personal debería ser susceptible de ser aprovechada por los ayuntamientos a partir de una cierta dimensión. Ello daría mayor flexibilidad al sistema impositivo local en épocas de expansión económica. Ahora bien, el impuesto central debería ser el IBI, mucho más estable en su rendimiento que la renta al no depender como este último del ciclo económico. Ahora toca reformar la financiación local. Los gobiernos locales no pueden afrontar un nuevo ejercicio presupuestario sin que el Gobierno central tome alguna medida al respecto.
Pues nada, lo dicho, es hora de la Financiación Municipal.
Salud y República
7 comentarios:
Para que luego los administradores locales decidan rebajar los horarios de los funcionarios o tardar un año en realizar una obra de un mes...Buenas piezas todos.
la Financiación Municipal, desde luego.. pero con buenos administradores, que los hay de todo pelaje..
A estas horas del mediodía y con la calor que está cayendo..me leí el artículo.. pero lo volveré a mirar.. Rafa..
Mientras, un beso muy cariñoso.
Paso a saludarte. Te vi en casa de AF. Un abrazo. PAQUITA
Interesante artículo, Rafa. Y es cierto que es un tema pendiente revisar la financiación local. Como dice el artículo, la gestión catastral debería ser abordada de forma inmediata, entre muchas otras cosas sin duda.
Un beso dominguero
Pues si tardan tanto como las autónomas nos vamos a morir, nosotros y los ayuntamientos.Petonets.
Es una prioridad que la financiación de los ayuntamientos no dependa del labrillo como hasta ahora. De esa forma nos evitariamos la mayor parte de las tramas de corrupción que de vez en cuando salpican los medios de comunicación.
Y también establecer cuales son las competencias exclusivas de los ayuntamientos y que estos se atengan a las mismas.
Por tanto no solo es una problema de financiación si no de establecer con claridad cuales son las competencias reales de los mismos, que por supuesto pasa por revisar la ley de régimen local.
Salud, República y Socialismo
En mi provincia se viene tratando de implementar una modificación en la estructura estatal buscando la descentralización política administrativa. Creo que mientras más inmediata sea la proximidad entre la necesidad y la acción, más eficiente serán los resultados, disminuyendo los trámites y gastos burocráticos que no hacen más que desperdiciar y demorar recursos. Además, quién mejor que el municipio (que conoce directamente la problemática del lugar)para aplicar las acciones que se requieren?. Creo que todo avance que se haga en ese camino será muy positivo. Otra ventaja es que, dada la inmediatez entre los ciudadanos y la administración municipal, de ser necesarios, los reclamos y correcciones se podrán plantear en forma directa.
Todo un tema!
Un abrazo.
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