Me he
enterado tarde. Hace quince días murió Carmen Arrojo. Javi me lo dijo anteayer.
Dolor, tristeza y mucho cabreo. Eso me produjo saber que otra mujer
republicana, represaliada por el franquismo, se nos ha marchado. La Memoria
Histórica viva se está quedando vacía, enterrada por los sepultureros que se
empeñan en que el olvido es el remedio a ese crimen atroz que representó una de
las dictaduras más sanguinarias y duraderas del siglo XIX.
A sus 98
años, después de una vida de lucha, ha caído esta mujer defensora de las ideas
republicanas frente al fascismo. Y lo más grave, es que se ha ido sin la
reparación merecida, sin el reconocimiento de un Estado cobarde o ‘victorioso’,
olvidada por las instituciones de este país desmemoriado de forma interesada.
Quieren que
los estragos, el genocidio franquista lo borre el tiempo, y Carmen hasta su último
día lucho porque esto no ocurriera. A pesar de su edad, de su historia
personal, nunca olvidó quién era, sus valores, su historia. Alegre, siempre
alegre, Carmen contaba los episodios negros que la hizo vivir el franquismo con
alegría, con gracia, pero también con redaños.
Yo la
conocí en uno de los homenajes que la dieron hace unos años. Guapa,
dicharachera, castiza y ocurrente, era un primor, una mujer única. Siempre con
sus recuerdos pero también con sus deseos de reconocimiento.
De su vida
poco voy a decir, es una delicia leer su autobiografía: “Lo que no se debe perder”. Y aquí Javier Larrauri ha resumido muy
bien su semblanza. Todo su afán fue ayudar a la República, lo que pagó después
con la cárcel. Carmen, junto a otras mujeres –entre ellas, otra Carmen, mi
madre--, fue compañera de las Trece Rosas y como ellas su mayor delito fue
haber pertenecido a las Juventudes Socialistas Unificadas: ser rojas. Por ello,
muchas murieron y otras quedaron marcadas para siempre.
Su novio,
Eugenio, fue fusilado por los franquistas, lo que la dejó viuda antes de
casarse, para toda la vida. Durante la dictadura se vio obligada a esconder su
pasado para poder sobrevivir y evitar más represalias.
Qué
tristeza pensar que se están yendo nuestras mujeres y hombres republicanos,
aquellos que lucharon por mantener la libertad y los valores democráticos, y que
lo hacen sin que se les haya dignificado, se les haya reconocido. Su gran lucha
no ha tenido los frutos esperados, pero los tendrá. Más temprano que tarde
tiene que llegar el día en que las víctimas franquistas, al igual que lo son,
las víctimas de otros terrorismos, tengan una reparación y un hueco en la
historia oficial.
¿Alguien
puede explicarme por qué a las víctimas franquistas no se las considera víctimas
del terrorismo? Creo que la única razón es que los gobiernos desde la transición,
unos por cobardía (el PSOE) y otros por considerarlas enemigas (el PP), se han
ocupado sólo de las víctimas que han creído que les podían dar votos, las de
ETA. Una discriminación sin sentido, porque tanto unas como otras son víctimas
de un terrorismo desalmado, bien de banda armada o bien de Estado terrorista. Esa
es la primera reivindicación que deberían haber atendido.
Estos peperos
no pierden el tiempo en ‘pequeñeces’, ellos tienen sus prioridades: robar, continuar
con los recortes, crear desigualdad, beneficiar a los poderosos, perpetuar
prebendas, doparse en las elecciones y olvidar esa Memoria Histórica,
despreciable para ellos. No pidamos peras al olmo, sólo la presión puede
obligarles a cumplir con su obligación, aunque sea en contra de su voluntad.
Gracias, de
nuevo, a Carmen y a todas las víctimas que han sido capaces de llenar la
verdadera historia de España, esa que el PP quiere dejar en blanco, cuando no
manipularla. En eso contarán con el apoyo de muchos de nosotros que, por encima
de instituciones olvidadizas y de partidos políticos interesados en que pasemos
página, estaremos siempre luchando para que nuestros héroes y heroínas puedan
encontrar la Verdad, la Justicia y la Reparación que hoy les siguen negando,
injustamente.
Ha sido un
placer haber podido conocer a Carmen Arrojo, mujer cuyo apellido la define. Su
recuerdo no nos fallará. Una de esas mujeres a la que les tocó vivir momentos
difíciles y que supo comportarse con dignidad ejemplar. Esa dignidad que tanta
falta hace en las altas esferas del poder.
Salud y
República
P.D. Es muy recomendable, para quien
no lo haya visto, el documental: Mujeres Republicanas, de Javi Larrauri, donde Carmen Arrojo y otras mujeres republicanas cuentan sus
historias.
3 comentarios:
No la conocía, que en paz descanse...
Salud
Que descanse en la paz que no supieron darle en la tierra.
¡Salud!
Los que nos des-gobiernan son descendientes de los que la torturaron, a ella y a las demás.
Son hijos y nietos de los que acabaron con la república y estuvieron mas de 40 años ahogando la libertad.
¿Como queremos que tengan la más mínima expresión de piedad hacia las victimas de sus padres o abuelos? Seria reconocer que son hijos y nietos de torturadores, de fascistas y que han mamado ese odio a todo el que no piensa como ellos desde la cuna y lo han asimilado e incorporado a su quehacer, aunque lo han disfrazado de democracia.
No, Rafa, desengáñate. Nunca nos darán la razón.
Y para más INRI ni siquiera los tribunales internacionales se pondrán de nuestro lado y les perseguirán, como hicieron con los nazis alemanes, porqué, como dijo alguien, Hitler perdió la guerra, pero Franco la ganó.
Salud, república y libertad.
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