Pues sí.
Trump cogió su fusil, y es que jugar a la guerra le gusta más que a los chivos
la leche. Ya lo había anunciado, y ya se estaba esperando. El momento ha
llegado. Sus hechos hablan por él mismo. A pesar de que USA es el primer país
en gastos militares, Trump ha aumentado el presupuesto en más del 9% a costa de
inversiones sociales. Su objetivo es claro y ha sido anunciado a bombo y
platillo. El “América first” para él y su gente es demostrar a costa de lo que
sea, también de muertos, que son el país “number one” en poderío militar.
Ojo por ojo
y diente por diente. No importa saltarse la Comunidad Internacional, no importa
que se haga de forma unilateral. Es importante también que todos sepan que
Trump y los yanquis están por encima de cualquier acuerdo internacional. La
ONU, la OTAN y el Sursuncorda no pueden parar la ambición estadounidense, sólo
les queda someterse al poder militar de la Gran Potencia.
No es
seguro que haya sido el canalla de Bashar al-Ásad el autor del tremendo
asesinato de población civil con bombas químicas, pero aunque lo hubiera sido,
atacar sin el respaldo internacional es una acción ilegal de difícil
consecuencias. La ley del Talión nunca ha sido la solución. Había que haber
apostado por una comisión de investigación internacional para poder castigar al
autor. Arreglar con más muertos y más niños muertos un asunto criminal no es la
solución.
Hoy el
Estado Islámico está aplaudiendo esta acción, esta ayuda. Trump ha conseguido
ponerse, sin quererlo, al lado de los terroristas, los que luchan contra el
tirano sirio. Hoy
el
terrorismo criminal Daesh está contento. Ha conseguido lo que probablemente
quería.
Por cuenta
propia ha iniciado una acción que ha colocado a USA y a sus aliados en contra
de la otra gran potencia: Rusia. Y ha puesto en peligro el equilibrio
internacional, con Putin y Trump, dos enajenados, como árbitros de la paz
Ahí están
los que han apoyado sin ambages el ataque: Arabia Saudí (sabido es que están al
lado de los terroristas), Israel (que busca mantener y aumentar el apoyo yanqui
al conflicto con Palestina) y el Reino Unido (que cada vez está más fuera del
concierto europeo y buscan arrimarse más a los yanquis para huir de la soledad
con que el Brexit le puede dejar).
La
actuación de los países europeos, incluida España, ha sido la bajada de
pantalones, pues aunque hablan de que es necesario el soporte internacional, en
el futuro, aprueban la medida ilegal, sin que les de vergüenza su mamporrismo.
No se atreven a la mínima crítica sobre Trump, no vaya a ser que les convierta
en enemigos. Y, en estos momentos, habría que preguntarse para qué sirven las
instancias internacionales.
Las leyes
hay que cumplirlas siempre, dicen por ejemplo, desde nuestro gobierno a los
grupos independentistas, en relación al posible referéndum. Sin embargo,
consienten sin rubor que Trump se salte los acuerdos internacionales y como
mucho hablan de que los cumpla en el futuro. ¿En qué quedamos?
Todo sin
olvidar que los barcos desde donde se han disparado los misiles yanquis tienen
su base en Rota. Ya es hora de que desaparezcan estas bases americanas de
nuestro territorio, que no hacen sino ponernos en peligro como copartícipes,
aunque sea de forma pasiva, de estas acciones bélicas.
No, la
solución no es la guerra. Hay que empezar, antes de que sea tarde a reivindicar
una paz que está en peligro y a salir, si fuera preciso, de nuevo a las calles
para volver a dejar claro que no estamos por ninguna guerra, luego puede ser
tarde.
¡¡NO A LA GUERRA!!
Salud y
República
3 comentarios:
Suscribo!
Todo el tema de las guerras dan ganas de mear y no echar gota, porque mira que los rusos con Ucrania... y ahí mismo en Siria, menudos angelitos, es la misma mierda maloliente, con ellos, coreanos, chinos americanos, españoles vendiéndoles armas a porrillos a Arabia saudí que luego entregan en Yemen, como leía ayer, en fin, dan ganas de vomitar...
Salud
Con todo de acuerdo salvo de tildar a Putin como enajenado . Creo que ha demostrado suficiente contención ante la agresión imperialista . Si hubiese sido otro ya hubiésemos tenido una guerra termonuclear
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