El PP enfrentado en la Sanidad Pública. No hay que repagar

Esto está llegando a unos niveles de incomprensión total. Y es que la Sanidad Pública ha hecho estallar las costuras del traje de unión del PP.

Por un lado, son varias las CC.AA., donde gobierna el Partido Popular, que han afirmado que el modelo que se quiere implantar en Madrid de gestión privada en la Sanidad Pública no les gusta y no lo van a imponer en su Comunidad. Lo cual hace que esta medida enfrente a comunidades como la valenciana, donde ya se está ejercitando, o la madrileña que acaba de aprobar esa privatización, con las de Murcia, Castilla y León o Galicia, que se han manifestado en contra.

Por otro lado, el gobierno pepero está llevando al TC, un recurso contra la instauración del repago farmacéutico –el euro por receta—, al igual que ha hecho en Cataluña. Lo que provoca una importante disensión entre miembros del mismo partido. Génova, la central pepera, en contra del reino de la lideresa de la C.A.M. (que sigue siendo la presidenta en la sombra, mientras que le deja a González el papel de pelele que da la cara).

Mientras tanto, los ciudadanos miramos con extrañeza y sorpresa está guerra muda (unos y otros peperos se comprenden, pero se tiran los trastos a la cabeza en silencio) y empezamos a soportar las medidas contra la Sanidad pública, que ha implantado el tándem Aguirre-González.

Encontramos a los peperos divididos y enfrentados sin que nadie ponga orden. Ya me dirán ustedes cómo puede controlar Rajoy, presidente del partido, a su gente cuando, sobre temas tan importantes, hay esas diferencias esenciales, hasta el punto de poner un recurso de inconstitucional sobre el tema del euro.

Total, Rajoy más que gobernar, desgobierna, y ese hecho que ha quedado demostrado en el país, también se extiende a su propio partido, donde Madrid, con Espe Aguirre a la cabeza, le está haciendo cara e impone medidas que tiene que recurrir desde Génova.

Y es que, quien haya creído que la lideresa se iba de la política, se ha equivocado rotundamente. Está haciendo la guerra para asaltar la Moncloa en el momento oportuno. Basta con ver cómo la prensa ultramontana y cavernícola la apoya. Y es que el carajillo-party madrileño sigue en pie con la jefa al frente.

Con todo esto llegamos a la conclusión de que se está gobernando a golpe de improvisación.¿Para qué sirven las reuniones que hacen los barones en Génova, si no tienen una política común?

Este gobierno está superado por las circunstancias y no es capaz de mantener en pie y unido su propio chiringuito. Justo ellos que siempre han presumido de una unidad de destino en lo universal.

Y aquí quedamos los ciudadanos, recibiendo las patadas que se dan unos y otros, en nuestro propio culo. Por lo tanto, no podemos quedarnos quietos. En cuanto a la privatización en marcha, deberemos seguir apoyando a los profesionales que luchan contra ella y, si nos toca un hospital privatizado, cambiar de hospital de referencia a uno público.

En cuanto al euro por receta, debemos negarnos a pagarlo. Si el propio gobierno central no está de acuerdo, nosotros menos. Está previsto la condición de objetor, para lo cual hay que rellenar un impreso que las farmacias deben tener, aquí se explica detalladamente, y lo más que puede ocurrir es que nos hagan pagar posteriormente, un euro y veinte céntimos. Sin embargo, si el recurso de inconstitucionalidad es aceptado o si lo objetamos muchos, se verán obligados a eliminar esa tasa injusta o a no cobrarla.

Estos son nuestros gobernantes. Los gobernantes que ganaron unas elecciones con mentiras y que nos están llevando a la más absoluta de las miserias. No les dejemos, juntos podemos.

Salud y República