19 agosto 2009

Los muertos consentidos

Ayer volvió a ocurrir. Otro muerto al correr un encierro. En este caso un joven de dieciséis años. Y por paradojas de la vida, ésta se la quito un toro "manso", o sea un cabestro. El encargado de guiar la manada.

Leo varios periódicos, escucho la radio y veo la televisión y todos, unidos por una única sensibilidad, la de los menores --se ve que los mayores se las trae al pairo--, cuestionan que un menor pueda asistir a los encierros. Pero ni uno que yo haya visto, se plantea si esta actividad es conveniente, aconsejable, temeraria o medio-pensionista. No me ha llegado ningún medio que critique correr los encierros. Acerca de que los menores puedan hacerlo, no me voy a pronunciar porque mi tesis va más allá.

Yo creo que todos los que vivimos en este país, de cerca o de lejos, hemos visto qué ocurre en los encierros (el subconsciente me había traicionado, había escrito entierros), y a mi modo de ver se trata de una salvajada. En la mayoría de los casos, los participantes son gente que si no borracha al menos está bebida y que se dedica a vacilar a un toro y provocarle para luego burlarle y que no le coja.encierro 1 Es verdad que no llega a ser como en las corridas puesto que el sufrimiento del toro aquí es mucho menor, pero sigue siendo un acto temerario para el que lo practica, un acto de violencia para el animal y un acto de exhibicionismo y de autoafirmación en el que el ser humano parece que ha de demostrar su superioridad sobre los animales. Todo esto como espectáculo que precede a la gran tarde de la Corrida. Donde se culmina la faena.

Nuestra superioridad intelectual sobre los otros animales, si la hubiere, desde luego no se refleja en muchos de nuestros actos. Nuestra inteligencia debería servir para respetar a este planeta y a los seres vivos que lo habitan y sin embargo, no sólo no es así, sino que en muchos casos la utilizamos para lo contrario.

Dicen que los encierros sirven para descargar adrenalina. Pues miren ustedes jueguen un partido de baloncesto o corran durante una hora o vayan al desierto y peguen cuatro gritos. Vamos que hay otras formas para descargarla sin necesidad de hacer sufrir a otros seres vivos y correr peligro de la propia vida. ¿Es mucho pedir que se utilicen esas otras formas? ¿Tan indispensables son los encierros que se puede pagar con vidas humanas sin parpadear y hacer, además, que el animal sufra? Y sobre todo, recordemos que los mismos sirven como antesala de la gran matanza, la Corrida.

No tengo ni idea de los muertos por encierros al año, pero me parece injustificado que haya ni tan siquiera heridos. No sé que pensarán los familiares de los muertos en los encierros, pero me temo que de poco sirve, pues se ha consumado un hecho irreversible.

Entiendo perfectamente que cada uno es libre de hacer con su vida lo que quiera. Pero miren ustedes, como sé que habrá algunos lectores que estén a favor de los encierros, les diré que un encierro no es sólo cuestión de valor y de correr mejor o peor. Un encierro es el prolegómeno de una fiesta bárbara. Y es también dinero, dinero de todos. La legislación marca una serie de requisitos para realizar un encierro, requisitos sanitarios y de seguridad, imprescindibles si se quiere remediar lo peor ante un incidente. Eso, sin contar los gastos sanitarios o de otro tipo que pueda generar un percance. Y me pongo prosaico y crematístico porque hay quien entiende así mejor la cuestión. y es que el gasto de los toros, el encierro es parte de ellos, es de una cuantía enorme, llevándose en muchos pueblos una parte importantísima del presupuesto municipal. Un dinero que se podrían dedicar a otras actividades menos peligrosas y más formativas.

No estaría de más que desde el mismo ministerio que se preocupa de que no fumemos, y no me parece mal, se preocuparan de evitar otros factores que generan también un mal irreversible. Pero claro, qué importa una vida si la comparamos con la insuperable Fiesta Nacional. Una gota en la inmensidad del océano.

Salud y República

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo veo los resúmenes de las corridas y de los encierros cuando el Morlaco empitona a alguno de estos bravos tipos que los torean o putean en los encierros. Ya que es fiesta yo la disfruto a mi manera.
Alguien dijo que el mundo cambiaria cuando tuviésemos una escuela en cada calle. Para eso no hay dinero, para los toros sí.
Que descansen en paz y que sus familiares lloren sus muertos, yo los festejo.
El Canuit

Mercè Salomó dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mercè Salomó dijo...

Ya sabes lo que pienso al respecto. O sea que..., yo no voy a llorar a esos muertos.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

señor Rafa, ha puesto usted correr un "entierro". Y no sé yo si se trata de un error o no.

mitxel

Anónimo dijo...

ya veo que ha sido el subsconsciente...


pero mire, hay más actividades peligrosas: por ejemplo, el montañismo.

¿que no se hace daño a nadie?

no estoy yo tan seguro.

mientras tanto, no llevar cinturón creo que son dos puntos.

mitxel

RGAlmazán dijo...

Canuit el dinero ya se vé para dónde va. No sé si sabes lo que cuesta montar unos encierros y una corrida. Te diré que yo he visto algunos presupuestos y en ciudades de menos de veinte mil habitantes, la mitad del presupuesto de fiestas o más se va en la corridita.

Mª Mercé, habría que llorarlos aunque a diferencia de otros muchos, estos saben el riesgo que corren. Un beso.

Mitxel, me ha vuelto a traicionar el subconsciente. Y no lo he hecho aposta, pero es que la verdad es un anticipo de entierro. Y querido amigo, hoy toca los encierros, pero le aseguro que todas las actividades que encierran peligro de vidas me perturban, por ejemplo el montañismo de alto riesgo (no hablo de subir montañas, sino de jugar a ganar ochomiles, por ejemplo) y otros muchos, por ejemplo conducir ebrio o sin cinturón también, y podríamos sumar, deportes, actividades y eventos que son prescindibles y que sin embargo al practicarlos se corre un riesgo mortal.

Salud y República

Unknown dijo...

Nadie va a prohibir estas fiestas que nunca he entendido, pero hay gente que se vuelve loca con ellos. Huelo dinero, dinero y dinero.
Es una vergüenza.
España profunda.
Un abrazo.

Dilaida dijo...

No puedo entender ciertas fiestas.¿Cómo puede divertirse alguién corriendo delante de un toro o viendo como ASESINAN a ese toro?
Bicos

Martine dijo...

Opino lo mismo que tú.. es además creo yo una más de las demostraciones de los que alardean de muy "machos"...
Me dan lástima.

Un beso, Rafa.

mariajesusparadela dijo...

Todo seguirá igual mientras medio mundo entienda que para divertirse tiene que hacer sufrir a otro ser vivo(léase toros, peleas de perros, gallos, etc,, acoso escolar, maltrato...sí, sí, todo eso...en el mismo saco: la crueldad, la falta absoluta de empatía).

Antonio Rodriguez dijo...

Estoy con María, ni corridas ni encierros y mucho menos cuando anuncian la cogida de alguién por un toro, o miro hacia otro lado o apago la TV. Me parece de una morbosidad tremenda y pienso que debería estar prohibido la retransmisión de esas imagenes, que normalmente se emiten en noticiarios en los que por su horario puede haber menores viendo las escenas.
Salud, República y Socialismo

m.eugènia creus-piqué dijo...

Cuanta razón tienes Rafa, todo gira alrededor del dinero, que pena este chavalín, con 16 años ya en el otro mundo, y suspadres no quiero ni pensarlo como deben estar.Son todos unos inconscientes, ojalá llegue el día en que estas fiestas desaparezcan, ya sabes, no me gustan nada.Un beso

RGAlmazán dijo...

Hola María, guapa, a mí tampoco me gustan esas escenas de cogidas de toros. Miro a otra parte o cambio.Un beso.

Antonia, sí, es la España profunda, capaz de ver arte cuando lo que impera es tortura. Un beso.

Dilaida, es verdad, hay cosas incomprensibles, ésta es una de ellas.

Pues sí, Selma, además de todo lo demás, es un espectáculo machista donde se complace su ego el machismo ibérico. Un beso.

Desde luego, María Jesús, algo falla en la educación cuando se transmites estos valores de violencia, tortura, crueldad. Un beso.

Antonio, no me gusta prohibir, pero si hay que prohibir algo es el acto en sí, los toros, así no habría posibilidad de retransmitirlos. Muerto el perro, se acabó la rabia.

Geni, ojalá que desaparezcan pronto, aunque no es muy previsible. Un beso.

Salud y República

Caminante dijo...

COMO MENCIONAS EN ALGÚN COMENTARIO LA CUESTIÓN ES ECONÓMICA, EL RESTO SON EXCUSAS. Ni tradición ni hostias, dinero, siempre dinero; como en las guerras, en las vacunaciones masivas, en tantas cosas somos utilizados como consumidores finales, exclusivamente eso, sin poder alguno para cambiar esos rumbos.
Besos. PAQUITA

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Desde aquí a lo lejos, te diré que no entiendo cómo aún pueden perdurar estas costumbres, que, por un lado, valoro como tradiciones, pero dado el peligro que implican, me inclino por pensar que deben desaparecer.


saludos.

Dean dijo...

Esta parte de los festejos populares tendría que haber desaparecido hace muchos años, como han desaparecido cosas similares en países desarrollados. Eso no es riqueza sino pobreza cultural.
Un saludo.

Josep dijo...

Hola Rafa.
Es verdad que hay deportes de alto riesgo que se lo tendrían que mirar un poco mas.
Yo soy de tu opinión cuando dices lo de los ocho mil.
Pero el ejemplo que nos pone MITXEL
no vale. Él sabe muy bien que le hacen a un toro 48 horas antes de salir a un ruedo.Y no lo dice.
A un deportista por atrevido o inconsciente que sea no le hacen lo mismo.
Creo que la diferencia es notable.

Pues claro que esto pertenece a la España de la charanga y la pandereta. Y según en que corridas hasta un clavel reventón.

Salut.