Gente
encantadora. Eso sí, con características extrañas por decir algo. Los peperos
son gente que acostumbra a aplaudir en momentos delicados, en situaciones
límite, en circunstancias increíbles. Y lo hacen con ganas, el caso es
aplaudir, aunque sepan que se trata de cumplir un trámite, o como preludio de
un final esperado, o ante un fallo del líder. El caso es aplaudir. Ese es su
himno.
Sólo hay
algo que hacen con mayor frecuencia que aplaudir: mentir. Fíjense en los aplausos
de ayer, cuando el gran M punto Rajoy se olvidó del nombre del alcalde al que
fue a honrar a Alicante. O, por qué no, acordémonos de los aplausos a Cifuentes
en Sevilla, hace un mes (dos minutos sin parar ante un cadáver político). Era
el aplauso de un funeral anunciado. O tantos y tantos otros, los que recibía
Carlos Fabra, Camps, Espe Aguirre o Matas. Gente encantadora que ha estado en
la cárcel o que está hundida en una ciénaga de mierda hasta el cuello.
Pero ellos
son así. Eso sí, con ellos mismos. Cuando se trata de hablar de los demás,
cuando les pillan in fraganti, con un micrófono abierto, entonces es cuando se
sabe lo que piensan, lo que detestan a los demás, lo que no se atreven a decir
a la cara.
Recordamos
aquel famoso “¡que se jodan!” dirigido a los parados, de la diputada Andrea
Fabra, hija del corruptísimo Carlos Fabra, en el congreso. O cuando el
bocachancla Hernando vino a decir lo mismo de las víctimas del franquismo. Y,
lo último es mucho más reciente, cuando a la secretaria de Estado de
Comunicación –Carmen Martínez de Castro-- la han pillado diciendo una frase
preciosa, de una educación propia de una muchacha de colegio de pago bien
aprovechado:
"¡Qué
ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles: pues os
jodéis!"
Naturalmente no la dirigía a ETA, ni a
ningún grupo terrorista, no. Esta frase maravillosa que rezuma cortesía,
solidaridad y urbanidad iba dirigida a los pensionistas. Lo que demuestra a las
claras lo que el PP piensa de los jubilados. Recordemos que lo ha dicho la
responsable de comunicación del PP, quien debería ser la primera persona en
cuidar el lenguaje y quien marcara el estilo de todo lo que se dice en su
partido.
No tienen solución, ellos son así. Se
están hundiendo, pero se aplauden, y si hay un colectivo capaz de protestar o
de no seguir su camino, les insultan o les instigan, tratándoles como enemigos
viscerales. Y eso que en este caso se trataba del colectivo donde tienen su
mayor caladero de votos. Les da igual, es superior a sus fuerzas.
Es de esperar que los jubilados tomemos
nota. Si después de esto, los pensionistas siguen votando mayoritariamente al
PP, querrá decir que este país está enfermo y que hay millones de masoquistas a
los que les gusta que les insulten y les injurien.
Y es que parece que este pueblo no tiene
remedio. Les insultan, les putean, les machacan con sus políticas y como
contrapartida, les siguen votando. ¡Oh país!
Salud y República
1 comentario:
Si, enseguida me acordé de la joya de la Fabra, pero esta gente es que son así, de verdad, no es por decirlo, ellos se ponen una careta de cara al publico-votante, y luego, entre ellos se dicen y hacen lo que piensan, no con todos, claro, por si hay filtraciones.
Yo creo que les siguen votando porque piensan que son todos iguales, y no les falta , en cierto modo, razón, aunque yo jamás lo haría...
Lo que ya es el colmo, es el tono de voz con que la bicha esa pide disculpas... :(
Salud
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