No creo
exagerar cuando hago esta afirmación. Basta seguir la historia política de la
preguerra civil española y la de Rivera, líder de Ciudadanos.
Rivera ha
acusado al PP de ser blando con los nacionalismos. Le ha jodido que el PNV con
la sexta parte de diputados que su partido haya conseguido mucho más en el
pacto de los presupuestos. Y, por otra parte, sabemos bien lo que piensa sobre
los catalanes. Ayer mismo, en el Congreso, escenificó un acto donde acusó a
Rajoy de no aplicar el 155, y por cuya razón su partido abandonaba dicho pacto.
Algo incomprensible puesto que, por un lado, en pocos días habrá desaparecido,
ya que habrá gobierno en Cataluña y, por otro lado, no tiene otro sentido que
rebasar al PP por la derecha y mantener esa hegemonía que una parte importante
de los catalanes prefiere: la eliminación de los independentistas y el
asentamiento de un nacionalismo español exacerbado.
Por cierto,
sigue afanosamente ayudando al PP, tanto en la aprobación de los presupuestos
como en la herencia de Cifuentes en Madrid. Algo que como mínimo parece
incoherente con sus constantes quejas contra el PP (al que acusa de ser un
partido corrupto y mafioso). Pero claro, su único fin es ganar votos.
Y sí, es un
personaje que se parece mucho a José Antonio Primo de Rivera –coinciden hasta
en una parte del apellido-- y Ciudadanos a su partido, Falange Española de las
JONS, quien en sus textos –si pretenden leerlos les sugiero tener a mano un
caja de Alka-Seltzer o de Almax— se pueden observar sus dos grandes obsesiones
o paranoias: El nacionalismo español exacerbado y la regeneración política. Ya
me dirán ustedes a qué partido político actual les recuerda.
José
Antonio y su partido, a diferencia de Hitler, que tenía las mismas paranoias
anunciadas, no pudo llegar al poder en las elecciones, como el dictador alemán,
por lo que su labor fue propugnar e instaurar el golpe de Estado, al lado de
los militares rebeldes, para combatir el poder popular ganado en las urnas.
Debemos
recordar cómo Juan Carlos Girauta, el número tres de Ciudadanos, escribió en
2006 el libro “La República de Azaña”, donde acusa a la II República
de ser la responsable
y causante de la Guerra Civil –un libro prologado por Pío Moa, un
seudo-historiador franquista hasta la médula, que adula a Girauta por coincidir
con sus ideas franquistas--, olvidando que fue el Frente Popular quién gano las
elecciones. Por cierto, otro libro de Girauta, la eclosión liberal, está
prologado por Jiménez Losantos. ¡Casí nada!
Es fácil de
constatar que la situación política no es comparable a la de hace ochenta años,
pero no olvidemos la historia. José Antonio, al igual que Hitler, pretendía ser
“socialista” en sus fines y sin embargo ya sabemos su lugar en la historia.
Seguro que Rivera no podrá recorrer el mismo camino, pero su intención es
clara. Empezó diciendo que su partido era socialdemócrata, para ir girando y
hoy, cree que Ciudadanos es el único partido patriota, relegando a los demás, y
dejando al PP en un papel secundario, rendido parcialmente ante los
nacionalistas.
¡Cuidado!
No se dan las condiciones, pero eso no quiere decir que Ciudadanos sea trigo
limpio. Si llegara al poder, se cumpliría su primer objetivo. Quién sabe si
después no imitaría a los partidos de extrema derecha que hoy predominan en
Italia, Francia, Holanda, Dinamarca y otros países de Europa.
No nos
llamemos a engaño. Ayer decían que eran socialdemócratas, hoy hablan de
centro-derecha, y mañana… Si consiguen gobernar, sabremos sus verdaderas
intenciones. Hoy, solamente sabemos cuál es su tendencia. Y da miedo…
Salud y
República
1 comentario:
Pues como termine como Jose antonio, no solo va de culo el, todos nosotros detrás... :)
Salud
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