24 abril 2017

Otro Año Mariano de la corrupción

El líder, el gran capo de la banda, no sabe qué hacer, no sabe qué pensar. Vaya diez días que lleva. Y lo que le queda. Este año tampoco lo va a pasar muy bien. En menos de cuatro meses se han despertado las bestias de la corrupción –los sapos que diría Espe, la llorona— y parece que esto no va a tener fin.

Es lo que tiene no limpiar su propia casa. Queda polvo por todos los rincones y no basta con agua, hay que emplear lejía a fondo y cambiar los enseres y muebles que huelen fatal. Génova 13 es un sumidero donde durante muchos años han habitado alimañas.

Este año la cosa empezó con la condena de la Gürtel, donde los cabecillas, incluido el ex pepero Pablo Crespo, fueron condenados a trece años de prisión. Después vino la condena del “autor del milagro español”, Rato, al que le han caído cuatro años por las tarjetas black, y eso que le esperan casos judiciales mucho más serios.

Mientras, D. Mariano, aquel que vio en la Gürtel una trama contra el PP –hay que tener jeta--, ponía buena cara e iba saliendo como podía y con su táctica habitual: No hacer declaraciones, sonrisa forzada, ya no son del PP y su fe en la Justicia. 

Y de paso dando consejo en el congreso de las NN.GG., donde, con todo el descaro mundial, aconsejaba a los jóvenes leones que se portaran bien. ¡Vaya huevos!

Luego, siguió el baile. Ya sin apoyo parlamentario suficiente tuvo que tragar y aceptar una comisión de investigación sobre la financiación del PP. A la fuerza, con todos los grupos en contra, no le quedó más remedio.

Y llegó abril, el mes más maldito para el gran capo. Primero ha sido la Púnica, en su sucursal de Murcia. Allí después de aguantar lo que pudieron, Pedro Antonio Sánchez, presidente de la comunidad murciana, con dos imputaciones, tuvo que dimitir.

Para colmo, la Audiencia Nacional cita a Rajoy como testigo. Algo insólito y sin precedentes. Un presidente del gobierno en activo llamado a declarar por un juez. Aquí perdieron los papeles los segundones abrazafarolas del gran capo, y ellos que siempre habían tratado de mantener las formas con la Justicia, acusaron a la misma de ser parcial. Maillo, Cospedal o Hernando, entre otros, estallaron. Fue Rajoy, quien en un acto de hipocresía angelical despacho el hecho con normalidad y con buenas formas.

Por último –hasta hoy, quién sabe mañana qué pasará--, se destapó el caso Lezo, con más de veinte imputados, con Ignacio González investigado por un desfalco continuado que puede pasar de los cien millones de euros. Ex presidente de la C.A.M, mano derecha de Espe Aguirre, el tal González hoy vive a la sombra en Soto del Real, mientras que su jefa está la pobre llorando y desconsolada, porque ‘a sus espaldas’ le han traicionado, y en la cloaca que ha gobernado no caben ya más ranas.

Todo ello muy aliñado con sospechas partidistas fundadas sobre el fiscal general y el fiscal anticorrupción –ambos afines al PP— y con visitas del hermano del tal González al número dos del ministerio del Interior para pedir árnica e informarse de las investigaciones en curso.

En fin, un gobierno ejemplar apoyado en un partido ejemplar que sufre y lucha por España mientras que muchos ciudadanos, los medios de comunicación y los jueces inventan tramas mafiosas para atacarles. Menos mal que cuentan con sus acólitos, sus votantes, capaces de entender que también robando se hace marca España (en Suiza).

Salud y República

P.D. Como se esperaba, rodeada de ranas y perfumada por un hedor irresistible, Espe Aguirre acaba de dimitir

1 comentario:

Genín dijo...

Si, la he visto hace un rato dimitiendo en la 6ª ha sido un momento, y no ha aceptado preguntas...
Salud