Este tipo que no deja hablar a los demás, que impone sus
tesis con mentiras, que chilla más que habla y que siempre cree estar en
posesión de la Verdad con mayúsculas, ha demostrado ser un mentiroso
compulsivo, un farsante capaz de manipular pruebas y montar documentos falsos
para atacar a los que dice son sus enemigos, fruto de una paranoia gigantesca.
Y ahora, además, un maltratador puesto que no cumple con sus obligaciones familiares
--al no pasarle los emolumentos acordados a su familia--, lo que es una forma
de maltratar a su exmujer y a sus hijos, al tiempo que demuestra su catadura
moral. Justo él que siempre trata de dar lecciones de ética personal y periodística.
Para Inda, Pablo Iglesias recibía dinero de Venezuela, algo
que el juez echó abajo y acusó a Eduardo Inda de falsificar pruebas y hacer
montajes falsos para denostar al líder de Podemos. Lo mismo hizo con Trías, el
exalcalde de Barcelona, al que acusó de tener una cuenta en Suiza, algo que no
ha podido demostrar y que otro juez ha archivado, y hoy es él el acusado por
Trías, por haberle acusado en falso, lo que le puede costar sentarse en el
banquillo.
Después de haber sido denunciado y haber perdido varias causas
por mentir, manipular o falsificar pruebas –su obsesión contra Podemos e
Izquierda Unida, así como contra los nacionalistas, le enloquece— ahora es
acusado también de no pasar a su exmujer la cantidad de dinero acordado por el
juez. Le debe más de 13.000 euros, por lo que le han embargado su sueldo y
demás cantidades recibidas de La Sexta.
Un periodista, como cualquier otra persona, puede
equivocarse, pero lo que Eduardo Inda hace es mentir a sabiendas, para
calumniar, que ya se sabe que algo queda, aunque luego se descubran sus
falsedades. Esa es su forma de hacer periodismo. Justo lo contrario de lo que
se enseña en la facultad. Su exhibicionismo le lleva a vociferar, a gritar más
que los demás, a no dejarles hablar, a inventar historias contra los que
considera sus enemigos, y eso no es hacer periodismo, eso se llama goebbelismo.
Repite y repite siempre las mismas mentiras para que haya quien cree que son
verdades.
Algo incomprensible, por muy amigo que sea, es que García
Ferreras le tenga como comentarista habitual en La Sexta, conociéndole como le
conoce. Un tipo así sólo puede estar en diarios o programas libelo, como es su
Okdiario. Todo lo demás es meter en casa a un impresentable exhibicionista cuyo
fin es hacerse famoso a costa de construir historias cuyo parecido con la
realidad son pura coincidencia. Hoy “Al rojo vivo” tiene una carga negativa al
contar con un tipejo como Eduardo Inda, y Ferreras se lo debería hacer mirar,
porque sin duda, le quita brillo, esplendor y veracidad al programa.
Salud y República
2 comentarios:
Pero no veas la pasta gansa que se embolsa por las tertulias esas teles, que son mas de dos, porque el tio hasta habla de futbol en el "Chiringuito"... :(
Salud
A lo mejor García Ferreras es parecido a el. Yo no pongo las manos en el fuego por nadie. Saludos.
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