19 diciembre 2016

Rivera, ni quita ni pone rey, pero ayuda a su Rajoy

Lo tiene crudo y lo sabe. Cuanto más se empeña en ser el correveidile y el abrazofarolas del PP, más el partido de Rajoy le ignora y le aparte de sus decisiones, a sabiendas de que, al igual que un perrillo fiel, continuará por el mismo camino y que Rivera y sus chicos terminarán en el PP, con algún carguillo que les incentive y les tape la boca.

El PP prefiere como socio al PSOE, e incluso al PNV, olvidándose de esas 150 medidas que pactaron. Rajoy sabe que su marca blanca, hagan lo que hagan, le seguirá y, se dedica, a darles algunas migajas.

Rivera llamó a Rajoy para quejarse –eso sí con la boca pequeña--, porque no le hace ni caso y le tiene marginado. Pero él, inflexible, sigue ayudando a su capo. A cambio de casi nada, se han unido al gobierno y han aprobado, el techo de gasto, han impedido que las pensiones subieran un 1,2% el año que viene, y, en contra de lo que siempre dijeron se han abstenido y no han votado a favor de derogar la reforma laboral y la ley mordaza. Y ahora, a pesar de haber criticado, en su momento, la reforma exprés del Constitucional que aprobó el PP para actuar contra Cataluya, votarán no a la proposición de ley con la que el PNV pretende cargársela.

Además, empieza a tener problemas internos. Hay militantes de C’s que se han creído que su partido era autónomo y se están dando cuenta de que simplemente son un apéndice del PP, por lo que se han levantado en armas contra la actual dirección, pidiendo regeneración interna y mayor limpieza en las primarias durante el próximo congreso de finales de enero. A ello, se une los problemas surgidos por el fracaso en las autonómicas gallegas y vascas y las dimisiones en Castilla-León o en la Comunidad Valencia.

Rivera no deja de sorprender a fieles y a extraños con sus incoherencias de todo tipo. Por ejemplo, hace dos años, defendió la existencia de corrientes internas para combatir el pensamiento único en los partidos, y hoy, según sus nuevos estatutos define como infracción muy grave, con resultado de expulsión, la creación de corrientes de opinión dentro de su Partido. También pueden ser motivos de expulsión, las declaraciones en nombre del Partido que le comprometan, o la manifestación pública de discrepancia grave con la ideología del Partido. En fin, todo esto en un partido que se llama moderno y democrático, que dice cambiar la política española, eso sí, con unos tics totalitarios que le aproximan a los de su gran tótem, el Partido Popular.

Últimamente está desaparecido, y cuando aparece es para echar un cable a su amado líder, Rajoy. A pesar del constante incumplimiento de su pacto por parte del PP, acaba de afirmar que esta legislatura será larga y fructífera (naturalmente con su incondicional ayuda). Además, jugando con ventaja ya ha anunciado su candidatura para liderar su partido, en la IV Asamblea General de finales de enero, mientras que sus posibles rivales no podrán anunciarlo hasta el 23 ó 24 de enero, con lo que, mientras el líder naranjita estará haciendo campaña durante más de dos meses, los demás tendrán sólo tres días.

A este ventajista naranjita, le ha salido un grano importante, se trata de los militantes críticos agrupados en #TransCsparencia,que le tildan de tramposo y de llevar todo cocinado a la IV Asamblea General, haciendo de este congreso un paripé donde todo estará atado y bien atado, y Rivera se paseará entre sus fieles en olor de multitudes.

Lo dicho, un magnífico líder, un estupendo partido que desaparecerá cuando su magnífico líder y sus huestes más fieles y aristocráticas se hayan colocado en el PP. Ese es su fin, y mientras tanto, a ayudar a su Rajoy.

Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

Pero mira que bien y que fácil se gana el jornal...jajaja
Salud