Pero, ¿de dónde saca los ministros Rajoy? ¿Acaso tiene las
llaves del Parque Jurásico y abre sus puertas para formar el ejecutivo? Ahora, el tal Dastis, a la sazón nuevo
ministro de Exteriores, ha sentado cátedra, siguiendo a la ministra rociera
Fátima Báñez, e insiste en que no hay nada como que los españoles vayan a
trabajar fuera de las fronteras.
Una maravilla, alejarse de la familia y los amigos, irse de
su ambiente natural, trabajar de camarero, a pesar de ser ingeniero o
economista, todo ello, según Dastis es “amplitud de miras”, “adaptabilidad a
nuevos horizontes”, enriquece, abre la mente, fortalece habilidades sociales”,
etc. Pero, ¿cómo es posible estar tan alejado de la realidad social?
O sea, no encuentras trabajo, ni siquiera de algo que no es
lo que has estudiado, y después de desesperarte, decides irte fuera de tu país
a trabajar en lo que sea, y lo haces “para adaptarte a nuevos horizontes, para
que se abra tu mente, para ser feliz”.
Hay que ser bobochorra y sobre todo desconocer el mundo que
te rodea. Resulta que el paro está haciendo un favor a los jóvenes, si no fuera
por él no emigrarían, y no aprenderían el oficio de camarero en Londres, o el
de recepcionista en Berlín, todo ello a pesar de tener una licenciatura y algún
master. Hay que dar gracias a esta reforma laboral que ha conseguido que España
sea el país donde los jóvenes son más abiertos de mente, tienen más amplitud de
mira y pueden abandonar a su gente, eso sí, para conocer, a la fuerza, a otras
personas a las que probablemente no entiendan, para trabajar en algo para lo
que no estudiaron, para tratar de no ser una carga en su familia, para poder
sentirse útil aunque sea a la fuerza.
A todo ello hay que sumar la cuestión económica. En España
se forman jóvenes a costa del erario público para luego –como somos ricos—
regalar esa formación a otros países o simplemente tirarla por la borda.
Parece muy compatible ser ministro del PP y majadero, si no,
no se explica. Es difícil, muy difícil, ir tan en contra del sentido común y de
la verdad. Y ellos lo consiguen, se esfuerzan en pintar un país de colores
cuando viven y vienen del más profundo blanco y negro. Y así nos va.
Es imposible pensar que quien no entiende la crisis laboral
que sufren, particularmente, los jóvenes, sea capaz de dirigir un país. No me
cabe duda: son de otro mundo. Lo que no sé es si se trata de extraterrestres o
de zombis, pero que no pisan la calle y deciden nuestro futuro sin tener ni
idea es un hecho constatable. A las pruebas me remito.
Salud y República
1 comentario:
Ese lo que es, es un caradura que solo merece que le saquen de ese trabajo a patadas y que se largue a abrir su mente inexistente...
Salud
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