Y dirán por qué. ¿Qué es lo que tiene el actual director
general de la Guardia Civil, para que nos alarme que suene como ministro, bien
de Interior o bien de Defensa, en un próximo gobierno de Rajoy?
Fácil, muy fácil. Este opusdeista es un individuo manchado
por sus acciones. La última ha sido consentir, durante siete meses, que un
guardia civil no fuera apartado del cuerpo a pesar de haber sido probado que
había maltratado, torturado y violado a una compañera, además de haberla hecho
abortar a la fuerza. Para él, no era una cuestión grave. Al final ha tenido que
ceder y apartar al Guardia Civil de su cargo y abrir una investigación, aunque
veremos cómo termina.
Pero, antes ya existían antecedentes de sus “delicadas”
decisiones, como las devoluciones en caliente en Ceuta y Melilla o los disparos
con pelotas de goma a subsaharianos en el mar que provocaron, ni más ni menos
que quince muertos. Como se puede entender, una obra pía propia de alguien de
la Obra. Todo ello en contra de las normas de la UE y del mínimo respeto a los
derechos humanos. Un crimen permitido.
Aún hay más, este personaje antes de entrar en Alianza
Popular, era cadenero. O sea falangista miembro de un grupo paramilitar, que al
igual que los famosos guerrilleros de Cristo Rey, se dedicaba a amedrentar y
apalear a demócratas, sindicalistas y rojos en general, en Ferrol durante los
años 70, con una impunidad propia del franquismo.
Añadamos que era delegado del gobierno cuando el accidente
del Prestige y que por toda respuesta a tamaño desastre declaró: “Hay una cifra clara, y es que la cantidad que se ha
vertido no se sabe”. Magnífica
reflexión que descubre la ineficacia del individuo y su despreocupación por el
asunto.
Y, siendo diputado, en 1995,
se produjo la guerra del fletán (un contencioso comercial con Canadá), a lo que
este espécimen contestó invitando a que Felipe González hiciera uso de la
Armada para atacar a Canadá, y como no lo hiciera, tachó al gobierno de débil
por no intervenir contra el país norteamericano. Propio de los más profundos
“impulsos imperiales”.
Bueno, pues aquí le tienen, este ínclito director de la Guardia
Civil, de claros antecedentes fascistas –ya dice mucho que el PP le
haya nombrado para tal puesto—, parece tener bastantes papeletas para ser
ministro en el próximo gobierno. Y no es que me extrañe, porque el opusdeista
Fernández Díaz, su jefe, ministro y correligionario en la Obra, ha demostrado
con sus andanzas, su totalitarismo patológico, sin embargo, en una situación
como la actual, donde el PP del rodillo ha pasado a ser el PP “amigable”, no
sería admisible que se consintiera que un personaje como éste fuera nombrado
ministro. Ya sé que Rajoy es capaz de esto y de mucho más, sin embargo, está en
los grupos que le apoyen que lo consientan o no.
Poco más puedo hacer que denunciar el hecho. Anunciar que es
posible que un tipo de pasado falangista, capaz de ignorar los derechos de la
mujer, los derechos de los inmigrantes, además de haber demostrado una
constante ineficacia, un criminal comportamiento y un desafiante totalitarismo
en su gestión, pueda llegar a ser ministro. Sólo queda esperar que no ocurra. Y
si sucede, al menos que sepamos con quién nos jugamos los cuartos. Amén.
Salud y República
1 comentario:
Detesto a este basura desde que mintió con esa cara dura de chaquetero con el tema de las pelotas de goma, lo que son estos tios que lo mismo les da ser falangistas que masones si hiciera falta o del Opus o vender a quien haga falta, si alguiien pensara un poco, en cualquier país verdaderamente democratico, tanto el por sus mentiras como su coleguita con sus conspiraciones, hubieran dimitido, pero estos no tienen vergüenza ni saben lo que es eso, y su jefe que es el que les tendría que haber cesado fulgurantemente, es igualito que ellos...
Dan ganas de vomitar... que asco...
Salud
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