Ni más ni menos. Hace 85 años que se proclamó la II
República Española, y hoy somos muchos los que vemos cómo esta efemérides es
olvidada por la gran mayoría de los medios de comunicación.
Mientras que fiestas históricas como el dos de mayo se
celebran y se recuerdan de forma general, el 14 de abril se trata de evitar.
Olvidando que, sin duda, el periodo de la II República fue un tiempo de
progreso, de igualdad, de cultura y de democracia.
La primera vez que España tuvo un régimen democrático, al
que sólo pudieron vencer con la reacción militar, con el poder de las armas,
con un golpe militar fascista.
Hoy, todavía, somos muchos los que esperamos que esta fiesta
se celebre como se merece. Hoy, después de tantos años, somos muchos los que
esperamos que se reconozcan los valores que tuvo esa República, que cambió este
país, y que sólo un régimen franquista pudo parar su ímpetu demócrata e
igualitario.
Después de la República, debido al golpe de Estado vinieron
cuarenta años de oscuridad, de ocupación, de falta de libertad, de odio, de
venganza, de muerte. Y, a continuación, una transición que se olvidó de nuestra
República y vendió sus valores por un plato de lentejas. Una transición que
todavía está inconclusa.
Hoy después de miles de muertos, somos muchos los que
esperamos que fructifique la Memoria Histórica y que las víctimas de la
represión franquista puedan ser honrados con la Verdad, la Justicia y la
Reparación.
Cuando desde las instancias oficiales se mantiene el
silencio y la desmemoria, no podemos contribuir al olvido. Hoy, que los
derechos de los ciudadanos se están conculcando, debemos, más que nunca,
mantener activa nuestra memoria hacia la II República, a la que el atropello y
la rebelión de las fuerzas fascistas no dejaron desarrollar sus principios.
La actitud contraria de partidos como el Partido Popular,
heredero, en gran parte, del franquismo, y de Ciudadanos –que cuenta con gente
como Juan Carlos Girauta, autor de un libro que culpa a la II República del
golpe de Estado del 36— y la inacción del PSOE, que se autodenomina
republicano, pero que siempre encuentra excusas y se pliega a la Monarquía,
hacen que haya dificultad para profundizar en los valores democráticos que esa
II República anunció y que se cortaron de raíz por las hordas franquistas.
Porque en una España de charanga y pandereta, la II
República fue capaz de iluminar un futuro de valores democráticos. Así,
legalizó el divorcio, aprobó el voto de la mujer, extendió la educación por
todo el país; el arte, la cultura y la ciencia sufrieron un auge desconocido
hasta ese momento. Y los trabajadores vivieron adelantos que no soñaban como la
ley de huelga o la jornada de ocho horas al día.
Es sorprendente observar la asimetría que existe entre
diversas víctimas de terrorismo (el Estado franquista fue un Estado
terrorista), mientras que, con todos los merecimientos, algunos homenajean a las
de ETA y terrorismos islámicos, se olvidan y se ríen de las víctimas
franquistas. Y dicen que recordar esa época huele a rancio, que no hay que
mirar atrás. Otros le echan la culpa del golpe de Estado, porque sin duda hay
quien se dedica a cambiar la historia, de hacerla a su medida, de inventarla a
su conveniencia. Todo ello con desvergüenza e inquina.
Por eso, no podemos dejar de manifestar nuestra más viva
emoción al recordarla.
Para recordarla y homenajearla hay actos de primera magnitud
que se celebran el próximo sábado, día 16. Uno en Rivas, otro en el Cementerio
del Este (los carteles están más arriba). Es justo que sintamos el imperativo de recobrar esa primavera
republicana que ha de volver. Porque la Tercera República es además de un
deseo, una necesidad ineludible.
Salud y República
1 comentario:
Pues si...
Que penita... :(
Salud
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