El pobre ministro no sabe qué decir. Por mucho que reza e
invoca a sus santos, ángeles, vírgenes y demás personajes de altos vuelos,
siguen apareciendo casos de corrupción en el Partido Popular. Y Fernández Díaz
se mosquea y dice que no cree en casualidades.
Porque según él, no es casualidad que todos los casos de corrupción que siguen apareciendo sean sólo del PP. Debe estar convencido de
que los otros partidos tienen casos y no salen a la luz. Francamente, no está
equivocado cuando dice que no es casualidad, porque lo que es, es causalidad.
Al haber causa (o sea presunto delito) hay efecto: detenciones, imputaciones,
acusaciones, etc.
Según el ministro la tienen tomada con el PP. Tanto los fiscales,
que nombra el propio Partido Popular, como los Jueces, como las fuerzas de
Orden Público encargadas de investigar y detener estos delitos, deben tener un
acuerdo para ir contra el PP. No es posible tantos actos delictivos (actos
impuros diría el ministro en su delirio opusdeista), o los exageran o se los
inventan para hacerles daño. ¡Pobrecillos!
Y toda esta crítica viene de un ministro meapilas, miembro supernumerario
del Opus-Dei y que tanto ha hecho y sigue haciendo por esta España tan ingrata.
Un hombre religioso y honesto, sensible y solidario, capaz de condecorar a la
Santísima Virgen de los Dolores de Archidona o a la Virgen del Pilar, mientras
coloca cuchillas hirientes en las vallas de Melilla y Ceuta; capaz de tener un
ángel de la guarda (Marcelo, de nombre) que le ayuda a aparcar, mientras
defiende que los guardias civiles hayan disparado bolas de goma a inmigrantes
en el mar provocándoles su muerte. Capaz de comulgar a diario, mientras
propugna su aversión por los homosexuales. Capaz de recogerse para rezar, con
frecuencia, en el Valle de los Caídos, mientras recibe en su despacho del
ministerio al imputadísimo Rato para consolarle y reconfortarle por la injusta
situación por la que pasa.
Un hombre lleno de amor y de paz, capaz de haber elaborado
una ley, conocida como Ley Mordaza, que obstaculiza las manifestaciones e
impide las concentraciones so pena de abultadas multas o de incurrir en delitos
penales.
Bueno, pues este hombre, para más inri Ministro del
Interior, desde su puesto en funciones, ha decidido comportarse como un
impostor, y tomar parte por su partido antes que por la defensa de la honradez
y la lucha contra la corrupción. Para él, las corrupciones del PP son un
montaje exagerado. Este ministro quiere volver a poner de moda las
conspiranoias. Es tanto lo que desbarra, que estoy convencido de que su ángel
de la guarda, Marcelo, lo ha abandonado.
¿Por qué no se va de una puta vez al Valle de los Caídos y
se queda allí para siempre, acompañando a sus amigos? Ya está bien de fariseos
y de chupacirios farsantes que defienden a los corruptos y hacen daño a la
gente decente. Pero él, nada, a lo suyo: “A dios rogando y con el mazo dando”.
Salud y República
1 comentario:
Lo de este hombre es de vómito, aparte de que siempre ha sido un meapilas, decir lo que ha dicho es rebajar a la policía, porque que yo sepa es la policía la que lleva ante el juez a los delincuentes, la misma policía que el se supone que manda, mientras se metan en la cárcel a corruptos, la cosa no va tan mal, de lo contrario no pasaría esto, en fin a ver si te hace caso y se va eternamente a su valle de los caídos con sus santos y sus vírgenes preferidas, amén.
Salud
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