Rita es mucho Rita. No hay nada más que ver cómo la han
ensalzado todos los popes del Partido Popular. Una exageración: desde el “I
love you”, del ‘internacional’ Alfonso Rus, al “Yo te quiero Rita” del amoroso
Mariano Rajoy, pasando por el “Eres la mejor” de Cospedalia S.A. o el “eras el
ejemplo de mi madre de la resabiada Saenz de Santamaría y tantos piropos más de
otros insignes peperos.
Pero claro, ante la evidencia de lo que se avecinaba había
que salvar a la soldada Rita, y cuando perdió el ayuntamiento de Valencia no se
la podía dejar desamparada, había que protegerla y qué mejor que regalarle un
escaño en el Senado –un escaño nombrado a dedo por el partido, que no fue
ganado por votos— para que pudiera estar aforada y así obstaculizar su posible
procesamiento.
Hay que recordar que hoy hay cerca de 10.000 personas en
España, de los que más de 2.000 son políticos. Una barbaridad si se compara con
otros países de nuestro entorno, donde en países importantes (Alemania y Reino
Unido) no tienen ni un aforado o como mucho (Francia) están aforados el
Presidente de la República y el gobierno. Pero claro, no se compara con otros
países, porque la comparación más que odiosa es insoportable.
Pues bien, ya vemos que el aforamiento sirve también para
obstaculizar la labor de la Justicia. Ya se sabe que es mucho más difícil
imputar a un aforado, ya que tiene inmunidad que le han de rechazar por medio
de un suplicatorio y además es juzgado por un Tribunal Superior, lo que
conlleva mucho más tiempo y muchos más filtros que pueden hacer que la
imputación quede en el camino, o como mínimo se aplace mucho tiempo.
Volviendo a Rita, han ido más allá. No sólo la han colocado
en el Senado, sino que además, hoy mismo, ha sido nombrada, por su propio
partido, senadora de la comisión permanente, lo que quiere decir que en caso de
elecciones, seguiría siendo senadora, con lo que prorroga su estatus de aforada
más allá, puesto que la mayoría de los senadores dejan de serlo y, por tanto, pierden
su aforamiento cuando se disuelven las Cortes.
Total, que Doña Rita Barberá ha sido blindada, al máximo,
por su partido. De esta forma es cómo el PP entiende esa regeneración que dice
que ha emprendido. ¡Hay que tener cara dura!
Ahora dirán que es normal, que es legal, que es lícito. Todo
lo que quieran, pero ahí está. Cuando tendrían que haberle pedido a la
susodicha el acta de senadora por su supuesta corrupción, por activa o pasiva,
resulta que la premian y le colocan una coraza para protegerla contra la ira de
la Justicia. Había que hacerla feliz, aunque ya vendrán tiempos peores.
Hace muchos días que Rita está escondida, detrás de su
ventana, entre visillos, pero hay gente que dice que hoy su espíritu paseando por
las calles de Valencia, y que iba eufórico, saltando, alegre, y entre caloret y
caloret, haciendo suyo ese dicho famoso, gritaba: “A Rita, Rita, Rita, el aforamiento no se le quita”.
Salud y República
2 comentarios:
¡Qué vergüenza!
Y todo sigue igual.
Nada nuevo, es la caradura y el pensar que los españoles somos tontos de siempre del PP...
Salud
Publicar un comentario