Estos chicos se superan. Y día a día encuentran, sin esfuerzo y con naturalidad, el “más difícil todavía”. Y es que se trata de un circo, sin duda, lástima que el espectáculo pepero en vez de risas provoque alarma.
Sí señores, Rita Barberá, la alcaldesa de los bolsos Vuitton, la archiduquesa de la fórmula 1, ha hecho una demostración de amor a su tierra y a su lengua que ha dejado perplejos a los propios valencianos, incluidos aquellos que la votan.
Porque vaya discursito y vaya birria de valenciano que habla, ella que tanto presume de su tierra. El pregón de ayer, de inauguración de las fiestas, de las fallas, fue vergonzoso. Y es que cuando los peperos valencianos se ponen a impulsar la marca España, son únicos, ¿Qué le pasó ayer? Quizá iba un poco tocadita, o muy tocada, no sé de qué, no me importa, lo que sí importa es que cuando alguien se encuentra en ese estado no se pone a dar pregones, se mete en la cama o se pone a bailar una jota en privado, o se esconde. Lo que ocurre es que Rita, la de los bolsos, no sabe lo que es vergüenza y es capaz de cualquier cosa, incluso de hacer el ridículo y quedarse tan pancha.
Sra. Barberá no saber hablar un idioma no es una vergüenza, hable castellano y si es que está colocada, escóndase en su palacio de invierno, que tampoco es para presumir, salvo que quiera hacer de su caloret, lo que hizo Ana Botella de su “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor”, o sea ser el hazmerreir del mundo entero.
Mientras tanto, en Madrid los peperos se dedican a cosas más edificantes. Por ejemplo, desde el gobierno de González, ya saben el Barón del Ático, se dio la orden a Indra –multinacional de la informática— de pagar a jueces en Madrid por asesorarles sobre nuevas aplicaciones informáticas, en contratos que tiene esta empresa privada con la administración madrileña.
O sea, el gobierno de la C.A.M. paga a Indra por unos servicios y, a la vez, obliga a que esta empresa pague a jueces por asesorarles. ¡Una maravilla! Esto es lo que se llama rizar el rizo.
Parece una cosa bonita y ejemplar, lástima que la incompatibilidad de los jueces no les permita recibir estipendio, salvo en caso de la enseñanza y la investigación, nada que ver con el asesoramiento empresarial.
Se trata de pagos periódicos (todos los meses entre 400 y 600 euros a cada juez que asesora), de los que tampoco se libra el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Francisco Vieira. Este procedimiento que supone un sobresueldo ilegal fue instaurado por Espe Aguirre, ¡quién si no! y está siendo llevado a la práctica por el consejero de Justicia Salvador Victoria y por el presidente Ignacio González.
En fin, no sean malpensados. Es que los pobres jueces no saben de leyes y de normas, y desconocían, los angelitos, lo de la incompatibilidad. Además no iban a ser ellos menos que los peperos de pro. También querían sus sobrecitos. Por cierto, ¿y a estos jueces quiénes les juzgan?, ¿acaso sus amiguetes del Consejo General del Poder Judicial? Pues eso, el día que yo cometa un delito ruego que me juzgue mi mejor amigo, ya les daré el nombre.
Y no vayamos más allá, que si acaso vemos alguna sentencia rara en Madrid, en relación con la Comunidad o con Indra, no se les vaya la pinza, no se tratará de favoritismo, sino de un acto de justicia de difícil comprensión para los ciudadanos de a pie, y nada más, que sé que hay gente muy mal pensada.
Y así sigue el PP, “de oca a oca: corruptelas y bicocas”.
Salud y República
1 comentario:
Una entrada como para acalorarse... jajaja
Salud
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