Por activa y por pasiva. Todos, menos ellos, piden su dimisión. Y no sólo en Madrid. Ya la había solicitado la dirección federal y ahora lo han hecho todas las federaciones de IU menos la extremeña, que casualidad: la que ha dejado gobernar al PP, al ‘canario’ Monago y sus muchachos. Pero insisten en no marcharse.
Se han quedado pegados a la poltrona. Una poltrona conseguida con una actuación mafiosa, creando una red clientelar. Los portavoces del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, Ángel Pérez y Gregorio Gordo, respectivamente, no quieren irse, a pesar de que se lo han requerido, desde la Presidencia Federal, en varias ocasiones.
Ellos apostaron por Moral Santín, el ayudante de Blesa y de sus hazañas en CajaMadrid y el ayudante de Rato en Bankia. Ponían la mano en el fuego por él, le mandaban abrazos. Y además no han entendido que se ha formado una clara mayoría, después de las primarias abiertas, que con la dimisión de Eddy Sánchez, el que era coordinador de Izquierda Unida en Madrid (el único que ha entendido que hay una nueva mayoría) ha cambiado claramente el panorama en la capital.
No quieren irse y además están en contra de la necesaria convergencia de las fuerzas de la Izquierda. Ellos quieren mantener el chiringuito como sea, aún a sabiendas de que cada vez son menos y de que están haciendo un daño tremendo a la organización en Madrid.
Jugaron sus bazas tramposas hasta el último momento. Exigieron que se pusieran dos urnas en las primarias de Madrid porque suponían que la de los militantes les era favorable. Pues no. Tanto Tania Sánchez como Mauricio Valiente barrieron en las dos urnas, lo que no consiguió que cambiara su opinión. Ahora han decidido resistir contra toda mayoría. En Madrid su apoyo –el reflejado en las primarias— no llega al 30%, y fuera de Madrid, todas las federaciones, a excepción de la de Extremadura, han solicitado su dimisión. Pero ahí siguen.
El líder de esta corriente, cada vez más minoritaria y cada vez más encerrada en sí misma, es Ángel Pérez, ‘el colocao’, un personaje siniestro que lleva sentado en sillones institucionales veinte años, habiendo sido de todo en IU y que sigue querer siendo durante los próximos años (parece que pretende venderse ahora como senador para las próximas elecciones). Un individuo que ha venido desangrando a la organización en Madrid, desde hace tiempo, al amparo de una red clientelar.
No queda otra. Cayo Lara, y el resto de la dirección federal, debe imponer su autoridad y hacer que una gestora en Madrid sustituya a la dirección actual. Ya está bien de medias tintas. Deben actuar con contundencia, pueden y deben hacerlo. De no ser así, Izquierda Unida de Madrid puede acabar siendo una organización rota y testimonial, incapaz de actuar como impulsora del cambio necesario. Y hay que darse prisa porque no se puede esperar. Si dejamos que haya gente que sigue haciendo agujeros en el barco, éste se hundirá sin remedio.
Cayo Lara tiene que terminar su mandato actuando con contundencia. No puede dejar que en Madrid dirijan la organización unos falsarios. Tiene que actuar, no se puede repetir lo de Extremadura, que una federación de IU actúe en contra de los mandatos de la dirección federal.
De no ser así, ese anhelo de recuperar Madrid quedará como un azucarillo en un vaso de agua. Ahora o nunca. Nuestra prioridad ha de ser converger con otras fuerzas para hacer posible ese cambio que Madrid necesita, una ciudad con ilusión y con alegría, preocupada por los verdaderos problemas de los madrileños, y eso sólo se puede hacer desde una dirección que cuente con el apoyo social necesario y que cambie las viejas políticas por la participación ciudadana y la justicia social.
Salud y República
1 comentario:
IU anda revuelta por todas partes, no se porqué...
Salud
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