La insoportable insaciabilidad de Los Mercados

Esta vez, ha sido la presidenta del FMI, --por cierto un organismo, otro más, incapaz de predecir la crisis que se nos vino encima hace tres años-- Christine Lagarde, la que ha lanzado sus agoreros presagios. Según ella, se cierne otra crisis mundial.

Como vocera de Los Mercados, ha cumplido su misión. Como bocazas, también. Basta que se alarme para que, como esperan todos los especuladores, vuelvan a bajar las bolsas (el Ibex ya ha bajado casi un 5%) y vuelvan a subir las primas de riesgo (la española ya está en 340 puntos). Pero ella ha cumplido. La fiel servidora de sus amos, Los Mercados, debe estar satisfecha. Mientras, sus fieles seguidores, los gobiernos de los distintos países europeos, ya están preparando medidas traumáticas, se aproximan las rebajas sociales de otoño. Bajar otro escalón del Estado del Bienestar, que empieza a ser el del Malestar.

Así es que, prepárense ustedes, porque dicen que hay que inyectar capital a la banca, ya que la pobre parece que no obtiene suficientes beneficios. Y claro, un banco sin beneficios o con pocos beneficios no tiene sentido. Total, que el dinero que hay que dar a los bancos debe salir de algún sitio.

Y es que es curioso que se hable tanto de la deuda y el déficit público y resulta que la gran deuda es la privada, la que tienen particulares, empresas y bancos. Esa es la gran deuda. Las deudas de las empresas y bancos privados duplica las de todas las instancias del Estado (1,2 billones de euros contra 640.000). Sin embargo, este sistema es tan majo que hay que pagar la deuda pública, porque lo público es un bien común de todos los ciudadanos, y la deuda adquirida por entidades privadas y particulares, también, porque si no el país se va a pique.

O sea que ya saben ustedes quienes son los paganini. Usted, yo y todos los ciudadanos. Mientras que las grandes empresas juegan al Monopoly y cuando les sale mal se arruinan, sus deudas, al final las pagamos nosotros. Como ven un sistema justo y equitativo.

Y cuando digo nosotros digo todo el país, pero en las proporciones que ustedes conocen, cada asalariado de media paga a Hacienda el 30% más que cada empresario. Total ellos se divierten --pierden su empresa pero no su patrimonio que lo mantienen separado y a veces en paraísos fiscales—, y usted y yo a pagar. No me dirán que no es gracioso.

En fin, que los buitres acechan sobre los más débiles, y nosotros no somos precisamente de los más ricos. Esto es lo que da de sí un sistema inmoral como el capitalista. Un sistema donde los que menos tienen mantienen a los que tienen más, que siempre están a salvo de todas las crisis.

Si al menos tuvieron algunos ricos decentes, como en USA, Francia, Alemania, que han pedido a sus gobiernos pagar más porque son los que menos tienen. Pero, vaya usted y diga a los Botín, Koplowitz, Albertos, Ortega y demás fauna de las alturas, que les van a subir los impuestos. Ya verán como se ríen. A ellos mientras existan paraísos fiscales, que no les vengan con cuentos.

Les aseguro que no soy pesimista, pero ya estoy comprando vaselina y uno de esos pantalones cagaos, porque así no hará falta ni bajármelos, cuando nos llegue el momento. Y lo mejor es dar facilidades.

Salud y República