Comisión de investigación: se acabó lo que nunca empezó

Se veía venir, lo pensamos y lo dijimos todos. Esta comisión estaba trucada desde el principio. Había que seguirla para que se descubriera claramente la trampa.

Primero se empezó tarde para no coincidir con las elecciones gallegas y vascas, con dieciocho días de retraso. El partido popular se erigió en juez y parte al nombrar a uno de las suyos (uno de los nuestros, diría Dª Espe) como presidente (presidenta), al aceptar las comparecencias que le ha dado la gana y al dar acceso sólo a los documentos que ha querido. Dejando en el tintero a varios de las personas escuchadas, entre ellas altos cargos del PP, simplemente por el hecho de que no son de su cuerda. Por ejemplo a Cobo, vicealcalde y al ex-consejero Prada, ambos alineados con Gallardón.

Porque lo que subyace aquí, además de las escuchas es una lucha política vergonzosa, entre Dª Espe-rancia, por un lado, y Rajoy, por otro. Propiciada por Gallardón, que también aspira a suceder a D. Mariano. En definitiva una guerra de sucesión, donde el titular no se entera y los posibles herederos no hacen sino darse de leches.

Ya se ha anunciado que mañana será la última comparecencia de la comisión que se cerrará con la votación de las conclusiones el próximo día dieciocho, trece días antes de lo previsto. Granados, el secretario del partido en Madrid, será el último invitado de esta farsa. No hay ninguna expectación pues se sabe perfectamente lo que va a decir, ya lo ha hecho presente en varias ocasiones. “Ni él, ni su equipo han montado las escuchas y todo es falso, lo ha inventado El País”.

En fin, ya suponíamos qué iba a pasar, pero para mayor precisión bastaba haber leído el editorial del libelo El Mundo, órgano de propaganda y apoyo de Espe-rancia Aguirre, el domingo pasado. Ya ordenaba qué es lo que tenía que hacer Dª Espe, cerrar la comisión, pues estaba todo “claro”.

Sólo queda el acto de mañana y el de clausura de la comisión. La oposición ha de ir allí para poder decir de nuevo que esto es una bufonada. Pero a la hora de votar, yo me ausentaría dejándoles solos con sus propias mentiras y canalladas. Además, hay que llevar esta acción al terreno judicial. Hasta el constitucional.

Hay que procurar que esta tipa pague por su prepotencia desvergonzada. Por todas sus mentiras y por lo que debe esconder, a razón de la prisa que tiene por mentir sin pudor y justificar con desparpajo este cierre, que no se vaya de rositas.

Queda esperar, con poca confianza, que el PP, según dijo De Cospedal, vuelva a abrir la investigación interna, aunque sea sólo para tapar sus vergüenzas, visto que la Comisión de Investigación ha dejado todo abierto. Hoy más que nunca hay que esperar que Rajoy, el pusilánime, al menos se mueva aunque sólo sea porque la condesa consorte le quiere quitar la silla.

Y lo dicho, está a punto de acabar lo que nunca empezó.

Salud y República