El Partido Popular parece vivir un momento dulce. Los buenos resultados de Galicia y los menos malos de Euskadi han hecho resurgir a la nueva camada de peperos, que liderados por el --hasta hace poco-- desechado Rajoy cantan victoria y se creen con el derecho de perpetrar desmanes de todo tipo, como si esos resultados les otorgaran la impunidad necesaria.
Así, Espe-rancia Aguirre no sólo da carpetazo a esa comisión, sin haber llamado a declarar a los que han sido espiados de su propio partido –¿se imaginan ustedes un juicio donde no se llama a quien ha sufrido el delito?—, sino que además se permite colgar el teléfono a un periodista porque le pone el dedo en la llaga con los terrenos del AVE. Y se queda tan campante.
Mientras María Dolores de Cospedal se queda tan pancha cerrando la comisión interna de las escuchas, porque no tienen más que hacer, o sea tampoco pueden tomar la declaración a Manuel Cobo, María del Carmen Flores y Alfredo Prada, por cierto los dos últimos, a pesar de ser diputados, no asistieron a la votación de las conclusiones de la comisión, y nadie del PP dice ni mu.
Por otro lado, alguno de la vieja guardia, como es el caso de Trillo, quien debería estar fuera del parlamento si tuviera vergüenza política después del accidente del Yak-42, se empeña en echar la culpa al sastre de Camps por no tener título y no dice ni pío de que su querido amigo el presidente valenciano no tenga las facturas que le permitirían demostrar su inocencia.
Aún hay más, resulta que Luis Bárcenas, senador y tesorero del PP, en vez de dedicarse a probar que el tal Correa no le entregó mil millones de euros, se dedica a defenderse de Garzón, esperando que su caso llegue rápidamente al Tribunal supremo (donde hay jueces afines), antes que Garzón pueda descubrir el bacalao.
O sea que la culpa de las escuchas es de El País, porque como es mentira se lo ha inventado todo para hundir al PP. El hecho de que la tía de Espe-rancia tenga terrenos al lado del AVE que se han recalificado es una casualidad y preguntar por ello es merecedor de que te cuelguen el teléfono. Y por otro lado la cuestión de los trajes no es que los haya aceptado Camps, habiéndolos pagado la empresa de Correa, no, el problema es que el sastrecillo valiente con nombre de torero, José Tomás, no tiene el título de sastre. Y cómo no, el máximo culpable es el juez Garzón que no hace sino inventarse cosas para apalear e injuriar a los pobres peperos, cuya inocencia se ha demostrado pues sólo han tenido que dimitir diez cargos públicos y están imputado otros ocho.
Sin duda es una conspiración contra estos pobres políticos de la derecha cuyo único fin es servir a España (¿o servirse de España?).
Salud y República
3 comentarios:
Echar balones fuera y cargar el muerto al de la lado es muy pepero, el día que salga uno admitiendo un error o una culpa no nos lo podremos creer.Que asco los políticos estos !.Que tengas un buen fínde.
Está claro que no entran en politica para servir al pueblo, si no para servirse del pueblo.
El amigo zaplana ya lo reconoció hace años.
Pero lo que más me indigna, es que se puedan montar estos entramados con la justicia para irse de rositas y se puedan permitir el lujo de reirse en nuestras propias caras. ¿Tan dificil es legislar, para que ninguno del color que sea, se ria del pueblo de esa manera?
El Canuit
Es la doble moral de la política, aunque unos la practiquen más que otros, echar la culpa al mensajero.
Cuando se trata de responsabilidades propias se alude al famoso: "Se es inocente mientra no se demuestre lo contrario", pero cuando las responsabilidades son ajenas entonces se exigen resposabilidades políticas.
Aunque en este arte los del P.P. son verdaderos maestros y sinvergüenzas.
Salud, República y Socialismo
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