No
descansa, siguen saliendo conversaciones grabadas por este excomisario, hoy en
la cárcel. Las últimas tienen como titular al marido de Cospedal (para los
enemigos: Doña Finiquito Diferido), empresario que ayudaba a su mujercita en
las labores de frenar los dislates del PP y llenarse los bolsillos.
Este
Villarejo, es mucho Villarejo. Es increíble pensar cómo este tipejo, el mayor
representante de las cloacas del Estado ha estado durante veinte años dentro
del aparato estatal sin que los dos grandes partidos hayan hecho nada por
apartarle, quizás porque les sirvió humildemente. El PP y el PSOE conocían
quién era este individuo y, sin embargo, le mantuvieron y le dieron de mamar.
Ayer, por
recordar las dos últimas, fue la ministra Delgado, hoy López del Hierro, marido
de Cospedal y empresario. Ya escribí sobre el tema que atañía a la ministra,
hoy toca a López del Hierro y María Dolores de Cospedal. Veremos de quién hay
que hablar mañana, pues está claro que el ‘villarejazo’ no va a parar.
Es verdad
que este infame personaje está utilizando medios ilegítimos y reprochables
éticamente, pero tampoco se pueden pedir peras al olmo. Él es así, le importa
un carajo su actuación barriobajera, sólo pretende chulear al poder y, una vez
que ya está en la cárcel, poder arremeter contra el Estado que le permitió ser
un desalmado y que hoy le desprecia.
Sin
embargo, el hecho de que el mensajero sea un tipo despreciable y que esas
grabaciones hayan atentado contra el derecho de intimidad de los hablantes, no
quiere decir que los hechos que se escuchan deban pasar sin pena ni gloria y, en
aras de esa ilegitimidad, no se tome acción de esas escuchas donde los actores
actúan como mafiosillos de tres al cuarto y pretenden exprimir y utilizar a
Villarejo para sus fines espurios, relacionados con corrupciones y otros
delitos.
En las
últimas grabaciones, el empresario López del Hierro –un pobre hombre que apenas
gana 204.000 euros al año, según su propia confesión-- trata de sonsacar
información que pueda parar las tramas corruptas del PP. Entre otras
cuestiones, Villarejo le alerta de la gravedad que está tomando la trama
Gürtel, y presume de haber avisado a Cotino para que su sobrino, el empresario
Vicente Cotino, destruyera material comprometedor. Llega a afirmar que trata de
ralentizar los procesos policiales y judiciales para que el PP tenga tiempo de
prepararse y defenderse.
En fin,
unas escuchas edificantes. Propias de lo más profundo de las alcantarillas, a
las que Cospedal trata de quitar importancia, sin negarlas, porque pasaron hace
nueve años y dice que no influyeron en la instrucción de los casos de
corrupción del PP. Algo difícil de creer, puesto que el mismo excomisario
afirma haber avisado a tiempo para que se destruyeran pruebas delictivas.
Nada
sorprendente viniendo de quién viene. Hablo de las dos partes. Un empresario
que ya aparecía en los papeles de Bárcenas (entregó 19 millones de pesetas al
PP), delito prescrito, por el que no se le ha juzgado. Además López del Hierro
según el Bigotes afirmó, era ‘un atizante’ que iba a soltar ‘el mondongo’, o
sea que cotizaba al PP a cambio de no se sabe qué favores. Y por otro lado, un
partido corrupto al que la justicia ya le ha dado un primer palo, aunque no
será el único.
Estas
grabaciones revelan las miserias de la corrupción del PP, que no sólo cometió
actos delictivos al corromperse, sino que además trató de borrar las huellas de
esos delitos de forma ilegal. Claro que según Casado, al igual que su máster,
este caso es sólo una burda manipulación para tapar que Sánchez es un golpista,
e Iglesias su vicepresidente independentista. Pues eso: ‘A por ellos’.
Salud y
República
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