Hablar de Montoro, alias Mr. Trolas, como de un político
mentiroso, es algo obvio. Durante más de cuatro años nos ha estado dando
lecciones que no ha sido capaz de cumplir, ha justificado con mentiras lo
injustificable y siempre ha echado la culpa a los demás de sus desmanes, sus
incumplimientos y sus fracasos. El caso del déficit es paradójico.
Resulta que el gran Montoro, además de otros miembros del
gobierno incluido el capitoste Rajoy, nos ha estado diciendo que este año se
iba a cumplir el déficit –pactado con la Unión Europea— del 4,2% y resulta que se
ha ido hasta el 5,16% o sea casi diez puntos más, o lo que es lo mismo, la
friolera de 10.000 millones de euros más.
Total que por cuarto año consecutivo, este gobierno, que
tanto presume de cumplir el compromiso del déficit, ha vuelto a incumplirlo y,
naturalmente, como había elecciones generales nos han vuelto a mentir con toda
pasión, como sólo ellos saben hacerlo. Durante el final de 2015 insistían, a
pesar de que el comisario europeo Moscovici ya anunció una fuerte desviación
–por cierto, que le llegaron a llamar mentiroso--, que se iba a cumplir el 4,2%
comprometido, y sin ir más lejos, hace mes y medio, el gran Mariano, nuestro
presidente en funciones hablaba de un posible 4,5. Otra mentira más de los
mismos mentirosos patológicos.
Una broma que nos puede costar recortes adicionales de
10.000 millones de euros. Así es que estemos preparados. Claro que estos
trileros cuya apuesta cuando empezó la legislatura era dejar el déficit por
debajo del tres por ciento y bajar la deuda (estaba en el 60% del PIB y hoy
roza el 100%), siguen presumiendo de éxito económico, cuando ha sido un fracaso
total, puesto que dejan al próximo gobierno unos datos económicos que no
querían para ellos y eso, a pesar de todos los recortes, que han dejado el
Estado del Bienestar en Estado del Regular-estar.
Y siendo grave este dato que nos traerá por la calle de la
amargura los próximos tres años, lo más grave son las justificaciones viles que
da Montoro. Y es que no tiene parangón cuando se trata de buscar excusas a su
constante fracaso.
Según el ministro Trola, la culpa la tienen las CC.AA., la
Seguridad Social y la Hepatitis C. Todos menos él, que como sabemos no ha
gastado nada en la campaña electoral para promocionarse, como por ejemplo las
bajadas de impuestos.
Cuando resulta que es desde el Estado Central desde donde se
reparte la tarta del presupuesto y, a sabiendas, se da a las CC.AA. menos
recursos que los que necesitan para cubrir sus principales objetivos sociales,
la Sanidad y la Educación –no olvidemos que estas dos partidas, las más
importantes con diferencia, fueron transferidas a las CC.AA.--, quedándose el
Estado Central con lo facilito y con más recursos, resulta que la culpa es de
las CC.AA. No digo yo que no haya habido algunos excesos en estos entes, pero
pretender salvarse a costa de ellos es una falsedad calculada.
Otra de las desviaciones fuertes se da en la Seguridad
Social. Y está claro que viene de que las cotizaciones son pocas y bajas. ¿A
quién querrá echar la culpa Montoro? La cuestión es clara, las cotizaciones son
bajas porque la reforma laboral ha sido un fracaso. Se cotiza menos porque los
sueldos son menores y se ha bajado las cotizaciones a las empresas, lo que hace
que la Seguridad Social tenga déficit. Sólo creando más empleo, y sobre todo de
mayor calidad, se podría paliar este problema. Claro que, a lo mejor, si
preguntamos a Montoro resulta que no es responsabilidad del gobierno, sino…
La justificación que Montoro ha dado y que --sin duda es la más
canalla y vergonzosa-- demuestra qué tipo de personaje insensible, cruel y
despreciable es. Me refiero a la del tratamiento de la hepatitis C. Un fármaco
que costó años y muertes antes de que este gobierno lo acogiera dentro de la
Sanidad Pública, y cuyo coste ha representado un 0,1% del desvío del déficit,
es para este ministro canalla una razón importante del incumplimiento. Como si
se tratara de algo aleatorio, prescindible, lo ha remarcado como un gasto extra,
como una justificación de este desvío.
Alguien incapaz de entender que este fármaco significa la
vida para mucha gente, y que no importa su precio, es un ser cruel e
insolidario. Una verdadera ignominia. Y luego se cabrean cuando les llaman
indignos.
En fin, otra más, esperemos que la última, de este gobierno
lamentable que nos ha llenado este país de desigualdad, recortes, mentiras,
fracasos, insolidaridad y corrupción. ¡Basta ya! Un nuevo gobierno es necesario
más que nunca.
Salud y República
1 comentario:
Pues ahí los tienes, mintiendo se incluso así mismos, que se puede esperar de "cosas"así, listos para mentir lo que haga falta e ir a las próximas elecciones... :(
Salud
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